Dana Andrews y el cine bélico

Hoy toca dedicar la entrada a un actor con un amplio recorrido dentro del cine bélico: Dana Andrews. Actor que se dio a conocer en los años 40, e intervino en una de las grandes películas de esa década, el drama de la posguerra "Los mejores años de nuestras vidas". Entre 1943 y 1951 intervino en numerosas películas del género, pero sería repescado ya siendo un veterano, en dos títulos conocidos de la gran década del cine bélico: Aquellos maravillosos sesenta.

Érase una vez durante la Guerra Dana Andrews se mudó a Hollywood a principios de la década de los años 30, intentando labrarse una carrera como cantante. No lo conseguiría y tras alternar diferentes trabajos alejados del cine, acabaría consiguiendo su primer papel en un Western de 1940: "El forastero". Sería la película que le catapultaría a un estrellato inmediato. Su rostro sería uno de los más reconocidos de los años de la II Guerra Mundial (1939-45).

Al igual de lo que sucedería con actores de la talla de John Wayne o Errol Flynn, Dana Andrews no iría a la guerra y dedicaría sus esfuerzos a protagonizar numerosas películas bélicas. Fue 1943 su año de bautizo en el género, donde puso la voz en el documental de John Ford dedicado a Pearl Harbor: "7 de Diciembre". Pero como lo que se trata es de hablar de sus labores actorales, en ese año llegó el clásico submarino "Tiburones de acero" al que dediqué entrada recientemente en la Sección #AventurasSubmarinas. Un triángulo amoroso donde secundaba a Tyrone Power en el rol protagonista, en una película menor pero que puso sobre la mesa los tópicos del cine submarino que han sido considerados válidos en el mundo cinematográfico.

Ese mismo año trabajaría por primera vez a las órdenes de Lewis Milestone en "La estrella del Norte" donde volvería a trabajar junto a Anne Baxter, una de las estrellas femeninas del momento y la mujer que le "birlaba" Tyrone Power en "Tiburones de Acero". La trama tenía lugar en la Unión Soviética recién invadida por la Alemania Nazi, y la Resistencia de un poblado era la excusa para esta loa al aliado soviético.

A Andrews le daría tiempo a protagonizar otros tres títulos antes de concluir la guerra. Se hizo un fijo de Lewis Milestone, con quien repetiría en "El corazón púrpura" dedicada a los pilotos norteamericanos que fueron condenados a muerte por el ejército japonés tras haber sido hechos prisioneros tras el bombardeo de Tokio, y "Un paseo bajo el sol" donde lideraba un pelotón en los campos de Italia. Entre medias, otro título analizado en este blog: "Alas y una plegaria" que fue uno de los #ClásicosEscondidos de este año y una película que incluí en el #belicómetro. En ella se narraba la aventura de un portaaviones que se escondía del enemigo, despistando a los japoneses, y de los pilotos que veían como la guerra estaba tan cerca... pero no les dejaban combatir.


Después de la Guerra Del mismo modo que Hollywood se olvidó entre 1946 y 1948 de la guerra, Dana Andrews no protagonizó título bélico alguno en ese tiempo. Sin embargo, llegó uno de sus grandes clásicos, la mencionada "Los mejores años de nuestra vida", título que homenajea el retorno de los soldados de un conflicto, una película fantástica de William Wyler que tuve el placer de revisionar y publicar a finales del año pasado como colofón a la sección que dediqué a la IIGuerra Mundial cronológicamente narrada.

"Sword in the dessert" es un título menor, un tanto desconocido y que he de reconocer que el único bélico de la filmografía de Andrews que no he tenido el placer de ver. Tal y como indica el título, tiene lugar en el Norte de África, nuevamente durante la II Guerra Mundial, único conflicto bélico al que Andrews dedicaría sus esfuerzos cinematográficos. La película fue estrenada en 1949 y fue la manera de repescar al actor para uno de sus géneros fetiche.

Porque en 1951 llegarían dos títulos más, que serían los últimos en muchísimo tiempo dentro del cine bélico. "Cargamento blindado", una de esas rarezas de la RKO con una trama piratil en el Atlántico, una historia de suspense, un thriller donde nada es lo que parece y el espionaje cobra protagonismo. Y "Luchas submarinas", otra película narrada en este blog donde Andrews compartía protagonismo con Richard Widmark. Al igual que en "Tiburones de acero" había un duelo interpretativo entre ambos, en su afán de tener al resto de la tripulación a su favor. La película nos narraba el extraño mundo de submarinistas que se dedicaban a allanar el terreno, infestado de minas y trampas mortales, para los posteriores desembarcos en el Pacífico.

Como decía, podían haber sido los últimos títulos bélicos de Dana Andrews. Sin embargo, en 1965 Hollywood lo repescaría para la causa bélica incluyéndolo en uno de esos títulos míticos: "La batalla de las Ardenas", dirigida por Ken Annakin. Un pequeño papel para repescar a uno de los grandes rostros de Hollywood y que serviría para que tres años después, en otro clásico de los sesenta, "La brigada del diablo", Andrew V.McLaglen lo repescara para la causa. William Holden, Cliff Robertson, Richard Jaeckel o el mencionado Andrews demostraban ser un reparto de nivel para la película.

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *