A principios de febrero el canal cuatro emitió una película rusa sobre tanques. Anunciándola a bombo y platillo entre la crème de la crème de la parrilla televisiva de los canales de Mediaset (nótese el tono irónico), sorprendía el ubicar en sábado por la noche un título a todas luces poco conocido por el público en general sobre tanquistas rusos: T-34, titulada en castellano "Héroes de acero", título por el que es casi imposible encontrar la película.
Lo primero que llama la atención de la propuesta rusa es su desvergonzada propuesta. Una escena inicial corta, escapando de un tanque alemán, nos pone en sobreaviso sobre de qué va esto: esquivar los proyectiles del enemigo. Esa espectacular intro da paso a una escena inicial aún a mayor gloria del ejército soviético. El Vassili Zaitsev de los tanquistas intentando retener con un único tanque soviético y un puñado de unidades de infantería, el avance de una patrulla de seis Panzer, bien acompañados.
La escena es espectacular a todas luces, con una táctica militar muy hoolywoodiense que ríete tú de la escena en la plaza de "Enemigo a las puertas" o de la batalla final de "Salvar al soldado Ryan". Se ríe de Brad Pitt y los suyos que parece que con un tanque no podían retener a hordas enemigas cuando un solo tanque ruso es capaz de poner en jaque a medio III Reich. Dejémonos de bromas, la escena es fantasma a más no poder, pero intenta tomarse en serio el realismo, la tensión dentro del tanque y, con todos esos ingredientes, nos tiene ganados para la causa.
A partir de ahí el resto de la trama no sigue el mismo nivel porque se centra en la fuga de una prisión... en un T-34. Ya saben, los alemanes ponen las facilidades, y el Vassili Zaitsev de las tanquetas es capaz de destapar las vergüenzas ajenas. Hasta ahí puedo leer en lo que a destripar la película se precie, porque creo que a nadie le sorprende, visto el arranque de la película todo o casi todo lo que va a suceder en la película.
Historia de amor encasquetada de por medio, para pegar un bajonazo innecesario a la película, T-34 (que es como prefiero nombrarla) es un entretenimiento puro y duro dedicado a los tanquistas que lucharon por la "guerra patria". Y consigue ser un reconocimiento interesante y palomitero a la memoria de quienes lucharon. Por el camino, eso sí, la película tiene una trama lo suficientemente atractiva para mantenernos en el asiento, pero que va perdiendo gasolina a cada paso que da.
No obstante, como una gran película bélica que es "Salvar al soldado Ryan", Sidorov se guarda otra escena épica, memorable, y pasada de rosca para el tramo final. La batalla tanquista del final, con las tácticas esas que deben aprender en escuelas rusas y con las que podrían ganar la guerra ellos solos vuelve a despertar al espectador esas ganas de meterse de lleno en un fregado de esos. El resultado final es una frikada bastante considerable, una película que no hay que tomarse en serio pero que merece la pena disfrutar. Una bastardada (tomada prestada del mundo tarantiniano) bastante efectiva que cumple con el cometido de entretener.
El rincón del Spoiler
Ahora voy a desgranar algunos detalles de las dos batallas en concreto que abren y cierran la película y de alguna cosa más que todo espectador debería NO leer hasta ver la película. O leerlo y, de este modo, poder coger el tono mucho mejor al film si lo que se pretendía era realismo.
Partamos del inicio, una batalla con un tanque camuflado Vs 6 tanques Panzer. El despelote. El espectador disfruta con la escena, pero deja a los panzer a la altura del betún. Primero con el sistema de blindaje, porque con un explosivo el tanquista ruso es capaz de dar en el blanco a DOS tanques y dejarlos fuera de combate, cuando posteriormente veremos que le dan hasta cuatro impactos (dos de ellos de lleno) y el tanque ruso sigue funcionando prácticamente como si nada). Tampoco deja bien al líder alemán, que será clave en toda la película, al ser incapaz de dar con un tanque ruso y poca infantería.
El resultado final es de todos los carros de combate destrozados, victoria in extremis alemana... pero seis tanques alemanes cambiados por uno ruso. La batalla final no será diferente, con hasta cinco víctimas alemanas mientras que en el tanque ruso pasa de todo. Hasta alguno de los tripulantes parece tener más vidas que un gato. Mención aparte merece, eso sí, ese momento final donde el alemán de turno, cansado del Vassilli Zaitsev de las tanquetas (o de las pelotas) le lanza literalmente un guante al suelo. Y ahí, como si fuera el Far West, se sitúan los dos tanques uno frente al otro, en medio un puente, y un duelo a muerte donde solo puede quedar un blindado. ¿Adivináis el final? Pues la escena es mucho mejor de lo que os podéis esperar.
Ese nivel de frikismo y licencias se traslada a toda la película. Las probabilidades de que tres años después te encuentres con un viejo amigo de una batalla, en medio de un campo de prisioneros es escasa. Pero todo el tono peliculero del largometraje lo justifica. Como el hecho de dejar a una prisionera rusa campar a sus anchas por todos los escenarios posibles con la excusa de ser la traductora, y el remate final que es que dejen en manos de unos rusos un tanque "a limpiar" con las víctimas dentro donde, como es lógico, aún hay proyectiles.
Dejan a los rusos como los buenos buenazos de la película, incluso permitiéndose el lujo en una frase de decir que "Ellos no saquean", no va con su estilo, intentando desmitificar todos los largometrajes NO soviéticos rodados a lo largo de 75 años de postguerra. Y los alemanes, más que malos, son una mera comparsa, un enemigo tan de poco fuste que deja su versión de cine americano de los años 40 en unos rambos de la vida, si lo ponemos en comparativa. Malos a rabiar, pero no de ira, si no de calidad.
En fin, que si uno permite todas las licencias aquí expuestas y está dispuesto a disfrutar de una propuesta friki, divertida, muy entretenida... dará con un título diferente al cine bélico que ha conocido. Con el añadido de ser de las pocas películas que dedican no poco metraje al interior de un tanque. Si lo que pretendéis es una clase de historia, mejor ver un documental que esta fantasmada.
Nota: 6,5
Lo Mejor: Ese nivel de frikismo que hace que aceptes de buen agrado las dos grandes batallas entre carros de combate que tiene la película
Lo Peor: Historia de amor que no viene a cuento, para nada, con el resto de la película
Lo primero que llama la atención de la propuesta rusa es su desvergonzada propuesta. Una escena inicial corta, escapando de un tanque alemán, nos pone en sobreaviso sobre de qué va esto: esquivar los proyectiles del enemigo. Esa espectacular intro da paso a una escena inicial aún a mayor gloria del ejército soviético. El Vassili Zaitsev de los tanquistas intentando retener con un único tanque soviético y un puñado de unidades de infantería, el avance de una patrulla de seis Panzer, bien acompañados.
La escena es espectacular a todas luces, con una táctica militar muy hoolywoodiense que ríete tú de la escena en la plaza de "Enemigo a las puertas" o de la batalla final de "Salvar al soldado Ryan". Se ríe de Brad Pitt y los suyos que parece que con un tanque no podían retener a hordas enemigas cuando un solo tanque ruso es capaz de poner en jaque a medio III Reich. Dejémonos de bromas, la escena es fantasma a más no poder, pero intenta tomarse en serio el realismo, la tensión dentro del tanque y, con todos esos ingredientes, nos tiene ganados para la causa.
A partir de ahí el resto de la trama no sigue el mismo nivel porque se centra en la fuga de una prisión... en un T-34. Ya saben, los alemanes ponen las facilidades, y el Vassili Zaitsev de las tanquetas es capaz de destapar las vergüenzas ajenas. Hasta ahí puedo leer en lo que a destripar la película se precie, porque creo que a nadie le sorprende, visto el arranque de la película todo o casi todo lo que va a suceder en la película.
Historia de amor encasquetada de por medio, para pegar un bajonazo innecesario a la película, T-34 (que es como prefiero nombrarla) es un entretenimiento puro y duro dedicado a los tanquistas que lucharon por la "guerra patria". Y consigue ser un reconocimiento interesante y palomitero a la memoria de quienes lucharon. Por el camino, eso sí, la película tiene una trama lo suficientemente atractiva para mantenernos en el asiento, pero que va perdiendo gasolina a cada paso que da.
No obstante, como una gran película bélica que es "Salvar al soldado Ryan", Sidorov se guarda otra escena épica, memorable, y pasada de rosca para el tramo final. La batalla tanquista del final, con las tácticas esas que deben aprender en escuelas rusas y con las que podrían ganar la guerra ellos solos vuelve a despertar al espectador esas ganas de meterse de lleno en un fregado de esos. El resultado final es una frikada bastante considerable, una película que no hay que tomarse en serio pero que merece la pena disfrutar. Una bastardada (tomada prestada del mundo tarantiniano) bastante efectiva que cumple con el cometido de entretener.
El rincón del Spoiler
Ahora voy a desgranar algunos detalles de las dos batallas en concreto que abren y cierran la película y de alguna cosa más que todo espectador debería NO leer hasta ver la película. O leerlo y, de este modo, poder coger el tono mucho mejor al film si lo que se pretendía era realismo.
Partamos del inicio, una batalla con un tanque camuflado Vs 6 tanques Panzer. El despelote. El espectador disfruta con la escena, pero deja a los panzer a la altura del betún. Primero con el sistema de blindaje, porque con un explosivo el tanquista ruso es capaz de dar en el blanco a DOS tanques y dejarlos fuera de combate, cuando posteriormente veremos que le dan hasta cuatro impactos (dos de ellos de lleno) y el tanque ruso sigue funcionando prácticamente como si nada). Tampoco deja bien al líder alemán, que será clave en toda la película, al ser incapaz de dar con un tanque ruso y poca infantería.
El resultado final es de todos los carros de combate destrozados, victoria in extremis alemana... pero seis tanques alemanes cambiados por uno ruso. La batalla final no será diferente, con hasta cinco víctimas alemanas mientras que en el tanque ruso pasa de todo. Hasta alguno de los tripulantes parece tener más vidas que un gato. Mención aparte merece, eso sí, ese momento final donde el alemán de turno, cansado del Vassilli Zaitsev de las tanquetas (o de las pelotas) le lanza literalmente un guante al suelo. Y ahí, como si fuera el Far West, se sitúan los dos tanques uno frente al otro, en medio un puente, y un duelo a muerte donde solo puede quedar un blindado. ¿Adivináis el final? Pues la escena es mucho mejor de lo que os podéis esperar.
Ese nivel de frikismo y licencias se traslada a toda la película. Las probabilidades de que tres años después te encuentres con un viejo amigo de una batalla, en medio de un campo de prisioneros es escasa. Pero todo el tono peliculero del largometraje lo justifica. Como el hecho de dejar a una prisionera rusa campar a sus anchas por todos los escenarios posibles con la excusa de ser la traductora, y el remate final que es que dejen en manos de unos rusos un tanque "a limpiar" con las víctimas dentro donde, como es lógico, aún hay proyectiles.
Dejan a los rusos como los buenos buenazos de la película, incluso permitiéndose el lujo en una frase de decir que "Ellos no saquean", no va con su estilo, intentando desmitificar todos los largometrajes NO soviéticos rodados a lo largo de 75 años de postguerra. Y los alemanes, más que malos, son una mera comparsa, un enemigo tan de poco fuste que deja su versión de cine americano de los años 40 en unos rambos de la vida, si lo ponemos en comparativa. Malos a rabiar, pero no de ira, si no de calidad.
En fin, que si uno permite todas las licencias aquí expuestas y está dispuesto a disfrutar de una propuesta friki, divertida, muy entretenida... dará con un título diferente al cine bélico que ha conocido. Con el añadido de ser de las pocas películas que dedican no poco metraje al interior de un tanque. Si lo que pretendéis es una clase de historia, mejor ver un documental que esta fantasmada.
Nota: 6,5
Lo Mejor: Ese nivel de frikismo que hace que aceptes de buen agrado las dos grandes batallas entre carros de combate que tiene la película
Lo Peor: Historia de amor que no viene a cuento, para nada, con el resto de la película
Muy buena descripción de esta fiki-peliucula-roja, perdon Rusa, Perdon URS.
ResponderEliminarClaro, hombre. Sabemos que todas las películas de jolibú son totalmente históricas y el hecho de que los yanquis siempre sean los buenos, los demócratas, los que no saquean ni violan y además, quienes ganaron la guerra solos son hecho totalmente fieles a la historia. Qué huevazos, Imanol.
ResponderEliminarLo mencioné ya en twitter, pero creo que es importante así que voy a mencionarlo por aquí también: el combate del T-34 contra los 6 Panzers alemanes está inspirado por un combate real: el 20 de agosto de 1941 el comandante Zinoviy Kolobanov (podría decirse que era el equivalente ruso a Wittmann) emboscó a una columna de tanques alemanes en Krasnogvardeysk (actual Gatchina), usando para ello su compañía de 5 carros KV-1. Según los informes, un total de 43 tanques alemanes fueron destruidos por la compañía de carros -el tanque de Konobalov destruyó 22 de ellos, en parte por la superioridad en uno frente a uno, en parte por el uso del terreno en favor de los soviéticos. Por esta acción, tanto él como su compañía recibieron sendas Órdenes de la Bandera Roja. Desgraciadamente en septiembre de 1941 Konobalov fue herido gravemente por un impacto de metralla y pasó el resto de la guerra en el hospital.
ResponderEliminarExiste un monumento al combate en la localidad de Noviy Uchkhoz, cercana a Gatchina (el combate comenzó allí), si bien el tanque que hay en el monumento no es un KV-1 sino un IS-2.
eres un grande tio
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