Zeppelin (Ettienne Périer, 1971) #MaratónBelicosero

Cierro hoy la publicación del primer trío de películas que por Tierra-Mar-Aire propuse dentro de la Sección #MaratónBelicosero recientemente creada por causas de fuerza mayor. Tras dejar escoger al público las dos primeras temáticas, por descarte tocaba una de aviación... y de la I Guerra Mundial. Dejando libertad absoluta de decisión y tras contemplar como no podía ir a la biblioteca y no tenía "Las águilas azules", me tocó acceder a un plan B: "Zeppelin", un título que habría visto un par de veces allá por el Siglo XX y que tocaba repescar más de 20 años después.

La película
Zeppelin es un film de espionaje-aéreo con Michael York de protagonista. Su rol es el de un oficial británico de ascendencia alemana y con conocimientos del alemán. Por ello, le "obligan" a presentarse voluntario a una peligrosa misión que consiste en averiguar y boicotear la puesta en marcha de un nuevo modelo de Zeppelin, el LZ-36. Tras infiltrarse con éxito entre los alemanes, y mantenernos engañados, llega el vuelo de prueba de dicho dirigible... pero nada es lo que parece, y el oficial de Inteligencia al mando acabará dando órdenes de volar a Noruega para abastecerse cara a una peligrosa misión en Gran Bretaña. Sin tiempo para avisar al Alto mando británico, el personaje interpretado por York deberá decidir como actuar para evitar la masacre.

Época
"Zeppelin" llegó en 1971, lejos de la gloria del cine bélico sobre aviación de la Primera Guerra Mundial. Como ya conté en su día, el estreno de "Alas" en 1927 había marcado el inicio de un subgénero que tuvo mucho éxito en Hollywood hasta casi mediados de los años 30. Después, este cine desapareció hasta la llegada de "Las águilas azules" (1964, John Guillermin). Este estreno propició que en los siguientes años pudieran llegar títulos como "El barón rojo" (Roger Corman) o este "Zeppelin", entre otros.

¿Qué nos ofrece?
El único valor de la cinta, más allá de servir como mero entretenimiento de hazañas bélicas recordando un conflicto tan lejano en el tiempo, radica en contarnos pequeñas dosis de cómo era la vida a bordo de los dirigibles. El cine de la Gran Guerra había hablado bastante de pilotar aviones, pero apenas habíamos visto en "Los ángeles del infierno" (Howard Hughes) una pequeña dosis de la vida a bordo de un dirigible Zeppelin. Era un arma eficaz para bombardear Londres desde las alturas ya que era difícil de ser cazado, pero en caso de ser cazado, era muy fragil, pudiendo estallar a la mínima. Por si fuera poco, en caso de ser agujereado iría perdiendo altura y la única manera de subir sería quitar peso.

En la película de Hughes nos cuenta con cruel veracidad la manera en que eso ocurría, y el motivo por el cuál no había paracaídas. "Zeppelin" revive durante 90 minutos esto y nos lo cuenta con detalle. No había paracaídas porque pesaban. La tripulación debía de ser la justa, en este caso 30 personas, y para que pudiera subir un oficial de inteligencia, debía bajar de la nave otra persona. Todo el peso debería estar milimétricamente medido. O eso es lo que nos cuentan, puesto que en "Zeppelin" cometen el error de subir a bordo a un comando bastante numeroso cara a la peligrosa misión, ascendiendo de este modo el peso a bordo.

Una vez son agujereados, no queda más remedio que perder peso. Lanzar a los muertos o, en el caso extremo, tirar las armas para ganar altura, son mecanismos que se empleaban. Al igual que en la cinta de Hughes, heridos y gente viva se lanzaba al vacío a una muerte segura por el bien de que la nave pudiera sobrevivir. "Zeppelin" también nos cuenta brevemente la misión de los británicos para conseguir destruirlos, que consistía en una novedosa munición incendiaria que estaba, en boca de un oficial, "en prueba" y que en tres meses podrían estar listas, algo que sería mencionado por un alto mando de la siguiente manera:

"No podemos esperar tres meses a un avión que tal vez vuela a tal altura para tal vez disparar proyectiles que tal vez destruyan los zeppelines".

La cuestión es que la película recrea tímidamente en su inicio el pánico y el miedo en Londres a tales dirigibles capaces de hacer estragos entre la población. Al mismo tiempo, nos muestra la conversación del lado alemán, con el ingeniero a cargo de los dirigibles declarando que los continúa haciendo, a pesar de que no fueron creados para la guerra, con el fin de que las matanzas en tierra puedan llegar a su fin. De hecho, en los últimos compases se negará rotúndamente a que suban gas mostaza a la nave con el fin de lanzarla sobre Londres.

En definitiva, sin ser una cinta realmente clave en el cine bélico, es de las pocas que nos muestra (desde la lejanía) el estar a bordo de una nave donde no hay salvavidas posible y cualquier mínimo contacto puede provocar una explosión. También esas imágenes de estos "globitos" de hidrógeno saliendo de entre las nubes rumbo a Gran Bretaña podían poner los pelos de punta.

En un momento dado, el ingeniero alemán le pregunta al héroe de la película a ver qué le parecía lo que veía, y éste le decía: "Es aterrador", a lo que el ingeniero le contestaba "Yo prefiero pensar que es precioso".

Balance/Crítica
La película no ofrece realmente nada destacable para ser considerada un hito de cine bélico en ninguna de sus facetas. Se trata de un film menor sobre hazañas bélicas cuyo valor y curiosidad radica en tener lugar en un conflicto al que el cine no ha ido en excesivas ocasiones y al que, generalmente, iba con un mensaje claramente antibelicista. "Zeppelin" es una película de aventuras bélicas, con una dosis (escasa) de espionaje, mezclada con cine de aviación, a pesar de contener apenas cinco minutos bélicos en el aire. Todo eso aderezado con una escena de comandos alemanes en tierras escocesas que es la secuencia bélica más importante del film.

En definitiva, estamos ante un híbrido que mezcla diferentes ramas del cine bélico. Subgéneros, todos ellos, narrados con escasa maestría pero que hacen de "Zeppelin" una película que se deja ver y poco más, ya que, por suerte, debido a su corto metraje, no acabará aburriéndonos. Ideal como curiosidad para una tarde de cine en el sofá, pero no recomendable si se pretende conocer más a fondo la Gran Guerra. Eso sí, contiene algunos comentarios y escenas sobre la vida a bordo de un dirigible Zeppelin que podrían resultar interesantes.

Nota: 5

Lo Mejor: Que toca una temática poco conocida en el cine. Y la secuencia aérea, donde lanzan todo lo posible al vacío.
Lo Peor: Pretender camuflarlo todo en un cine de espionaje y comandos que no acaba de convencer.

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *