
Aunque la película pueda, por el título, hacer parecer que trata de un duelo constante entre los dos personajes, nada más lejos de la realidad. Aprovechando la figura principal del as germánico, se hace una película bélica centrada en los dos bandos y donde vamos viendo los diferentes tiras y aflojas que hay en los escuadrones y el paso de la guerra y como esta va haciendo mella a medida que se pierden compañeros.
Las estrellas

Manfred Von Richtofen (barón rojo): Interpretado por John Philip Law, fue un miembro de la aristocracia alemana que desde muy joven combatió en la Gran Guerra. Abatió más de 80 aviones enemigos y aún así fue admirado por ambos bandos gracias a la caballerosidad con la que se decía que combatía. En la película se nos muestra como un ser que desde el principio quiere ser reconocido, cuando tras abatir su primer avión enemigo va a buscar él mismo un pedazo de ese avión para su colección.
Joven con hambre de caza, tal y como reconocerá en la película, pero por encima de ese afán protagonista de sus inicios, acabará viviendo por y para sus hombres, sufriendo con cada muerte, e incluso negándose a dejar de volar con la guerra perdida asumiendo que ello puede llevarle a la muerte.

En la película avanza en contradirección a sus compañeros, siendo poco querido entre los mismos, un lobo solitario pero que analiza cada movimiento del enemigo, aunque al mismo tiempo es el primero en hacer que la guerra aérea sea total, sin miramientos, cargándose ese toque glamouroso que hasta entonces tenía. En definitiva, Brown se nos presenta como un vividor al que la guerra poco menos que le importa poco, y un hombre que solo lucha por sobrevivir a la espera de que la guerra termine.
Sinópsis

De poco sirve que alguno de sus compañeros estuviera en contra de él, Von Richtofen, que le conocen como Barón, será quien dirija a partir de entonces la escuadrilla, en todo un movimiento del Alto Mando alemán por intentar ganar la guerra con héroes.
Por su parte Brown es un joven rebelde a quien le importa poco las jerarquías y la guerra en sí. Lucha por sobrevivir y su pasión es volar, así como cualquier emoción fuerte relacionada con el motor. Desde bien pronto se llevará mal con algunos de sus compañeros tras negarse a brindar por "Von Richtofen" al considerar que no se debe brindar por el enemigo. Posteriormente sí brindará a la salud de su jefe caído en combate en señal de protesta delante de sus compañeros.

Von Richtofen caerá herido en una batalla y tras ser salvado por soldados de infantería del Ejército imperial alemán, será enviado a casa unos días. En su ausencia, Brown alenta a sus compañeros a atacar con nocturnidad al enemigo, cuando estarán comiendo y con los aviones en tierra, en toda una apuesta que su superior no compartirá al considerarla poco ética y contra la caballerosidad que desprende la guerra aérea. Los ingleses atacan al enemigo, y tras este ataque vuelve a aparecer el Barón Rojo y con él los nuevos aeroplanos. La idea es clara: Devolverles con la misma moneda.
Los alemanes atacarán a los británicos cuando estos están en plena fiesta. E incluso Goering (sí, el mismo que daría guerra en la II Guerra Mundial) llegará a disparar a enfermeras en un hecho que Von Richtofen le recriminará una vez en tierra. La guerra total ya está aquí y no hay vuelta atrás. Ahora luchan a cara de perro tanto unos como otros, olvidando que una vez fueron caballeros y dejando claro que ahora son bestias de caza, intentando sobrevivir.
Llega 1918 y el Alto Mando alemán le dice a Von Richtofen que quieren que se quede en tierra, que no vuelva a pilotar. La guerra está perdida y sería una pérdida innecesaria cuando héroes como él deben liderar una nueva Alemania. El héroe alemán renunciará a esta idea y volverá a combatir con los suyos sabiendo que la muerte le aguarda. Muerte que llegará de la mano de Brown, que será elevado a la categoría de héroe por sus compañeros a la par que Von Richtofen, herido de muerte, llega a aterrizar con su aeroplano antes de morir.
Secuencias

Pero los dos momentos que toca analizar son los siguientes. En primer lugar el momento en que los británicos atacan ¿A traición? al enemigo alemán. El hermano de Von Richtofen, herido, llegará a decir que "nos han traido las trincheras". Es una forma de decir que esa guerra sucia y donde todo vale parecía alejada. Ellos eran héroes del aire. Se jugaban el pellejo pero tenían unos valores y códigos que los de a tierra no entenderían; en gran parte debido a que para ser aviador en un inicio se debía pertenecer a altas esferas, mientras que la Infantería estaba llena de gente humilde. Con el inicio de la guerra total, las trincheras y la guerra aérea compartían bestialidad.

Así pues, El barón rojo no se queda en una mera película de la I Guerra Mundial, y en su poco más de hora y media de duración muestra los diferentes rumbos que fue tomando el conflicto, a la par que sirve de biopic sobre dos ases del aire y enseña en breves pinceladas (Goering, una mención a los judios, Fokker...) el rumbo que tomaría Alemania antes del nazismo.
Valoración

Las secuencias bélicas están bastante conseguidas, incluso tiene planos preciosos para el tipo de film que es y lo olvidado que está. Aún así no es una película de moralinas. En una época donde casi todo el cine de la I Guerra Mundial era antibélico o antimilitarista, "El barón rojo" es una película para disfrutar, entretenerse y pasar un buen rato con los combates aéreos y el interés por una historia basada en hechos reales.
Película más recomendable de lo que la recordaba (no la había visto desde hace más de 20 años), entretenimiento logrado pero que aun así está un peldaño por debajo de "Las águilas azules" y por supuesto que los clásicos aéreos de la I Guerra Mundial como "Alas", "La escuadrilla al amanecer" y la última película comentada en este blog: "Los ángeles del infierno".
Nota: 6,5
Lo Mejor: Que se pasa el rato y no cansa. Que a pesar del aroma a Serie B es un logrado film bélico que toca desempolvar.
Lo Peor: Que quizás se quede en la superficie de algunos asuntos e intenta abarcar bastante terreno en tan poco tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario