Los puentes de Toko-Ri (Mark Robson, 1954)

Estrenamos una de las secciones de 2021. La Guerra de Corea, o mejor dicho la OLVIDADA guerra de Corea, tendrá su pequeño espacio en TodoSobreMiCineBélico en este año. Arranco con una de la que es la película de aviación más conocida sobre el conflicto: "Los puentes de Toko-Ri" con el gran William Holden de protagonista.

La película se basa en la novela del mismo título escrita por James Michener, y se estrenaría en 1954, apenas un año después de acabar el conflicto coreano (si es que se puede decir que se haya acabado algún día). Se trata de uno de los títulos más míticos sobre el conflicto y tras las cámaras tenemos a Mark Robson un hombre con cierto cv bélico. Tras dos dramas bélicos como "No quiero decirte adiós" y "Nuevo amanecer", el primero de ellos con la Guerra de Corea de fondo, llegaría esta "Los puentes de Toko-Ri", aunque quizás sus obras más meritorias llegarían en los 60 con la evasiva "El coronel Von Ryan" y la colonialista "Mando Perdido".

La estrella del proyecto, decía antes, fue William Holden cuyo cv bélico ya lo analicé largo y tendido hace algún tiempo, destacando "Traidor en el infierno" y "El puente sobre el río Kwai". Junto a él nos topamos a una sorprendente Grace Kelly. Lo de sorprendente es porque supone un nombre con mucho caché para el papel tan secundario que ejerce en la película, mostrándonos el descanso del soldado.

Corea y Aviación
En los años 50 el conflicto coreano protagonizaría numerosas películas. A pesar de ello, las que más fama conseguirían dentro del género seguirían siendo las de la II Guerra Mundial. Ello no impidió que el cine de aviación se hiciera un importante hueco. Corea suponía un nuevo conflicto y aunque se cambiaba el enemigo japonés, todo quedaba en Asia.

Títulos destacables o conocidos de aquellos años serían "La escuadrilla heroica" dirigida por Andrew Marton y protagonizada por Van Johnson; "Himno de batalla" con el gran Rock Hudson, y "Entre dos pasiones", de Dick Powell que repetía con Robert Mitchum, al que ya dirigió en "Duelo en el Atlántico".

Veteranos en acción
La Guerra de Corea supuso el siguiente conflicto armado donde Estados Unidos participaría tras la II Guerra Mundial. Apenas habían pasado cinco años desde que concluyese el gran conflicto mundial y la mayoría de los que irían a la guerra de Corea, por lo tanto, eran veteranos curtidos en los campos de batalla de Europa y el Pacífico. Precisamente el Teniente Harry Brubaker a quien da vida William Holden es un abogado que ya había participado en la II Guerra Mundial.

La llamada del país le volverá a poner a bordo de un bombardero en la Guerra de Corea. Partiendo desde un portaaviones, vemos como cumplirá con éxito una primera misión... pero llegará una mucho más difícil, toda una misión suicida de la que su superior sabe que posiblemente no vuelva. Entre medias, llegaremos a ver el descanso del soldado, que será destinado a Tokio previo paso a la escaramuza final.

La Balada del soldado
Es en ese tramo del descanso donde vemos la vida familiar de Brubaker. Hará acto de presencia Grace Kelly como la mujer del mismo, junto a sus hijos. Baños relajantes en Japón, masajes, un par de días de permiso previos a volver a la contienda. La despedida familiar nos puede recordar a esos grandes filmes donde sabes que el protagonista debe volver. Pero esto ya no es la II Guerra Mundial y aquí el cine postCorea no era tan benévolo con el destino de sus personajes principales. Y aunque oficialmente se intentó cambiar el fatal destino del protagonista, William Holden llegaría a pedir que no se tocase el original de la novela, ya que su hermano había fallecido durante la II Guerra Mundial.

El tramo familiar, sin lugar a dudas, supone cierto bajón a quien busca emociones fuertes en la película, y deja a las claras el corte clásico de "Los puentes de Toko-Ri" que se cimenta en unas bases bastante conocidas del género bélico con mujer en casa esperando, donde vemos una primera batalla, y antes del clímax final toca ver la vida familiar o amorosa de turno. En ese aspecto la película no innova gran cosa y se aleja en un tramo bastante largo del combate.

La Batalla Final
Los puentes de Toko-Ri que debe destruir a toda costa el Teniente Brubaker no serán más que una excusa heroíca para hablar del sacrificio humano en la guerra. Un solo avión debe adentrarse entre las montañas coreanas para destruir el objetivo fuertemente defendido por los dos laterales. Nos recuerda a películas posteriores como "Escuadrón 633" a la hora de poder acceder al objetivo, e incluso tiene (porqué no decirlo) un aire a "La carga de la brigada ligera" donde el bueno de Errol Flynn y los suyos galopaban en pos del enemigo que aguardaba al fondo... mientras por los laterales caían todo tipo de cañonazos.

Holden viaja solo, sabiendo que su objetivo, su misión, es lo más importante. Y el éxito de la misma no se celebrará. Al igual que sucediera en "El puente sobre el río Kwai", el hecho de ver culminado el objetivo no dejará contento al espectador. Peor aún, le provocará rabia e importencia. La que se tiene cuando ves que el protagonista con el que se ha crecido a lo largo de la obra cae en territorio enemigo pero está vivo. Y la que aparece cuando ves que sus dos mejores amigos, que se dedican a rescatar en helicóptero, van a la llamada de auxilio a ayudar a ese buenazo interpretado por William Holden. Ninguno de ellos volverá, como muchos no volvieron de una segunda guerra consecutiva que, al final, es lo que trata de mostrar la película.

Pese a ello, destacar que en ningún momento parece destinada a ser claramente antibélica. Parece más bien una de hazañas bélicas, de misiones suicidas aéreas donde la gloria aguarda. Pero la amargor del final y de un personaje construido para no querer ser un héroe (al igual que los personajes de Holden en "Traidor en el infierno" y el Shears de "El puente sobre el río Kwai), junto a esa escena de Gene Kelly despidiéndole, nos recuerdan que la guerra no es tan glamourosa como la misma película pueda mostrarnos.

Opinión
"Los puentes de Toko-Ri" contiene una de las escenas más míticas y espectaculares del cine sobre Corea. Esos menos de 10 minutos que dura la misión final suponen el climax de una película cimentada en bases poco sólidas, pero que se guarda toda la artillería para un buen final. En efecto, el no mostrar un happy end unido a esa sensación de haber contemplado una buena escena bélica dejan en mejor lugar a la producción de lo que en su conjunto parece mostrar.

No obstante, el cine sobre Corea tiene muchos churros, películas de presupuestos bajos y sin mucho fuste, con directores de tercera fila y estrellas en horas bajas o actores de Serie B. En ese sentido, aquí estamos ante una gran superproducción (posiblemente la más costosa que jamás rodase Estados Unidos sobre el conflicto hasta que llegase el fiasco de "Inchon"), mimada en todos los detalles posibles tanto de reparto como para esa traca final que merece la pena su visionado. No obstante, conseguiría el Óscar a los Mejores Efectos Especiales.

Eso sí, esa traca final no puede esconder que durante algo más de una hora, la película sea bastante sencilla y no aporte realmente gran cosa ni sobre el conflicto coreano, ni sobre el cine bélico en general.

Nota: 6

Lo Mejor: Los puentes de Toko-Ri con todo su esplendor y desenlace
Lo Peor: 102 minutos para que lo verdaderamente goloso se centre en los últimos 20, es mucho metraje.



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