Llega la #MisionesSuicidas de noviembre. Y en esta ocasión la película está dedicada a la Infantería de Marina de Gran Bretaña, que durante la II Guerra Mundial cumplió con algunas misiones de comandos altamente "suicidas". Entre ellas, esta incursión en cuestión que narró en 1955 José Ferrer, titulada "El infierno de los héroes" (The Cockleshell Heroes).
La Misión
Objetivo: Destruir los barcos anclados en el puerto de Burdeos mediante cargas explosivas.
Operativo: Un grupo de voluntarios será entrenado para realizar una incursión en canoas (dos tripulantes por canoa) desde la desembocadura de un río en el Atlántico hasta el puerto de Burdeos. Una vez allí, con nocturnidad, colocarán los explosivos e intentarán huir.
Tras un intenso entrenamiento donde se incluye una misión inicial en la cuál el Mayor Stringer (José Ferrer) hace saltar en paracaidas a sus voluntarios (y a él mismo) con uniforme alemán en suelo británico obligándoles a llegar a la base en menos de 48 horas, además de los clásicos entrenamientos que incluyen el ascenso a un acantilado (no se sabe muy bien por qué puesto que no será parte importante de la misión), finalmente el grupo de escogidos se lanzará a la aventura.
Tras tres jornadas en submarino, llegarán cerca de las costas francesas para entrar en la desembocadura del río que les trasladará a Burdeos. El hueco dejado por un herido (tras cargas de profundidad) lo ocupará el Capitán interpretado por Trevord Howard, y cinco canoas con 10 tripulantes en total iniciarán al incursión. De noche se trasladan y de día procuran descansar en una maratoniana misión. Cada día acabarán perdiendo una canoa con dos tripulantes hasta que al puerto de Burdeos llegarán únicamente dos canoas.
Ahí, el caos final hará que consigan colocar los explosivos pero que las lanchas patrulleras les descubran. Capturarán a nuestro queridísimo Howard y su acompañante, mientras que nuestro protagonista principal y el suyo conseguirán escabullirse buceando y serán rescatados por un barco pesquero francés que les dará ropa de paisano y les dejará en tierra firme. La misión se cumple, pero cuesta la vida de ocho de los diez, ya que los cuatro que habían sido capturados con vida serán fusilados al no delatar la misión ni al resto de compañeros.
De las misiones más sucidas del cine bélico sin duda alguna. De hecho, que sobrevivan dos se debe más a un guión hecho para tener un Happy End que a lo que la película y la misión pedían. Pero vamos a ver, ¿Cómo se pretende atravesar en canoa por un país enemigo?. Uno no sabe muy bien por qué acaban siendo capturados los diferentes hombres, muchos de ellos de día cuando deberían estar escondidos en algún sitio en condiciones. Otros de noche en una incursión ¿necesaria? en un puerto que resulta no ser Burdeos (pero que no nos lo explican al espectador). Dentro de ese caos, la escena final con únicamente dos canoas y también siendo descubiertos indica a las claras que era un suicidio colocar esas cargas explosivas. Consiguen el objetivo y se salvan dos... de chiripa y por gracia del guión.
La Escena
Sin lugar a dudas la escena de la película con la que me quedo es con la misión inicial en suelo británico. Ahí, el montaje está perfectamente conseguido y será digno precursor del de "La gran evasión". En cierto modo, se trata de una fuga, con los diferentes protagonistas que nos deben caer simpáticos escapando con uniforme alemán en suelo británico. Tenemos todo tipo de triquiñuelas:
Por un lado los que se esconden en un tren que les debe dejar en la localidad de turno, por otro lado el maratoniano de bigote que se pone en ropa deportiva para realizar todo el trayecto corriendo. También tenemos al que ni corto ni perezoso va con el uniforme alemán hasta una localidad y hace autostop, siendo recogido por un hombre que no reconoce su uniforme. Bicis, uniforme de oficial... todo vale para llegar al objetivo. Eso sí, por el camino acabarán recibiendo llamadas de diferentes puestos por el caos causado ya que el ejército no estaba informado de la misión del Mayor Stringer.
Junto a esta escena,a destacar el momento en que les enseña como colocar las cargas explosivas en una piscina y como Stringer les llega a dar una carga con detonador en X minutos, obligando a sus hombres a trabajar en equipo para acabar lanzando al mar en una boya dicha carga. Aunque hay apuestas de que el Mayor Stringer no puede estar tan loco y dicha carga no explotará, suerte tienen de llegar al objetivo, puesto que poco después de ser depositada en la boya, esta estallará.
Curiosamente la incursión final, la auténtica excusa de la película y que en un título como "Escuadrón 633" servía para elevar el nivel del film, aquí genera el efecto contrario. No es culpa de una misión altamente suicida al igual que la mencionada incursión aérea en Noruega. Pero en esta ocasión el montaje cae en la torpeza constante.
Tenemos mucho caos en los momentos previos a llegar a Burdeos, unido a las escenas donde los prisioneros capturados se les pide que delaten a sus compañeros. Pero peor aún resulta el tramo final, totalmente atropellado. Por un lado, lanchas patrulleras siguiendo a una canoa a la que no disparan y, no sabemos por qué motivo parece no ver... hasta el punto de que chocan con la misma y milagrosamente los dos tripulantes con sus trajes de buco evitarán ser atrapados pero conseguirán aparecer donde un barco pesquero.
Por otro lado, tenemos a Trevord Howard y su fatal desenlace. Se supone que son capturados la misma noche de la misión final, ya en Burdeos... de madrugada. Y a pesar de ellos a los alemanes les da tiempo a que sean interrogados, y al no conseguir respuesta, fusilados al amanecer junto a dos compañeros atrapados dos días antes. El montaje alterno entre la misión y lo que sucede con Howard no llega a ser todo lo efectivo que pudiera, dejando una sensación rara, puesto que nos da a entender que sucede a la par una escena y la otra, algo totalmente inviable puesto que a Howard deberían, primero, trasladarlo al cuartel alemán y en dicho traslado posiblemente ya daría tiempo a haber cumplido la misión.
Aceptable film bélico sobre #MisionesSuicidas que curiosamente es de los primeros en su especie. Llegó antes que "Los cañones de Navarone" y forma parte del cine británico de los años 50. Si debemos ponerle similitudes, estas serían con un título contemporáneo al mismo como el ya analizado "Operación Tirpitz". Aquí también tenemos una instrucción para mostrar como se preparan para la misión, y la misión final con un desenlace bastante cercano: Objetivo cumplido pero con un alto coste. Algo parecido a "Escuadrón 633" solo que comparte, con Tirpitz, las cargas explosivas sobre barcos.
Tenemos un montaje muy logrado que hace que el ritmo inicial de la película nos entretenga y cumpla perfectamente su función. José Ferrer, actor que aquí dirige por primera vez, consigue ese efecto durante gran parte de la instrucción. Sin embargo, la historia personal del soldado al que le ponen los cuernos nos sirve más como momento cómico que como un drama personal necesario previo a la batalla. Y, a partir de ese momento, el ritmo decae.
No consigue en la parte bélica un realismo y montaje acordes al buen y entretenido inicio de la instrucción. Que la parte más memorable de la película sea una misión inicial con tono cómico y divertida que nos recordará (a pesar de ser rodada antes) a "La gran evasión" no habla bien del entramado bélico de la producción. No ayuda que las explosiones sobre maquetas canten a la vista, ni mucho menos un atropellado final que está a punto de hundir la producción.
A pesar de ello, es un título menor, que mucha gente encontrará entretenido debido a su no extensa duración y a una misión que tiene las dosis suficientes de suicida como para mantenernos alerta. Eso sí, el camino por el río, pese a no ser largo, a más de uno le acabará haciendo bola. Y el final, no compensa la travesía. Un aprobado raspado que podría haber sido un título más entretenido de haber jugado mejor las buenas cartas que tenía.
Nota: 5
Lo Mejor: La misión inicial contrarreloj con uniforme alemán
Lo Peor: El caótico y flojo montaje en la parte bélica.
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