Iniciamos el repaso a la historia del cine bélico con este artículo dedicado a uno de sus años más gloriosos. A lo largo de la historia del cine bélico, las coincidencias han hecho que en algunos años puntuales más de un título haya entrado de lleno entre lo mejor del año. El primer gran año del cine bélico en ese aspecto fue 1930, coinicidiendo prácticamente con el amanecer del sonido.
Hasta cuatro títulos sobre la Primera Guerra Mundial fueron lo más reconocido de ese año. No fueron las únicas películas sobre el conflicto armado, pero sí tan importantes en su momento (y a posteriori) que José Luís Mena las incluiría a todas ellas en su libro "Las 100 mejores películas del cine bélico", una de esas bíblias del género en mi juventud (y que me ayudó a conocer más a fondo cine un tanto desconocido). Estas son las 4 fantásticas del año:
Sin novedad en el frente
No hace falta carta de presentación para este título, pero toca hablar de ella. Lewis Milestone, que ya había conseguido un Oscar como Mejor Director de Comedia tres años antes, se empeñó en llevar a la gran pantalla la famosa obra de Erich Maria Remarque ambientada en la Primera Guerra Mundial. Eran otros tiempos, y consiguió dirigirla a pesar de que los protagonistas eran soldados alemanes combatiendo contra franceses. Eso, hoy en día, es poco probable que Hollywood lo acepte, empeñado más en contar las batallitas propias.
El éxito de crítica aún perdura hoy en día, siendo mencionada en más de una ocasión en listas sobre lo mejor del género. En @micinebélico la incluí dentro del Top20 del género en el #belicómetro y sus dos Oscars al Mejor Film y Mejor Director, la avalan. Un título imprescindible con escenas imborrables de la memoria de quienes la hayan visto como ese paseo de las botas cambiando de dueño, el momento en que se enfrenta a un soldado francés en la tierra de nadie o ese profesor enalteciendo a los jóvenes que deberían ser el futuro de Alemania. Un perfecto alegato antibelicista.
Los ángeles del infierno
Howard Hughes, joven multimillonario de la época y cuya vida pudimos ver en la película "El aviador" de Martin Scorsese, se empeñó en dirigir una película sobre la aviación de la Primera Guerra Mundial. No escatimó en gastos y la película casi no llega a estrenarse. Su empeño en rodar en según qué días le mantuvo meses con avionetas alquiladas sin conseguir los planos que él quería. Cuando por fin tuvo la película culminada, la irrupción del sonido le pilló de sorpresa, obligándole a rodar algunas secuencias o a sonorizar otras. Llegando el punto en el cual la actriz protagonista, por tener voz de pito, debía ser sustituida (y rodar todas sus secuencias). Un despropósito.
Para colmo, el estreno y éxito de "Alas" (que se convertiría en la primera ganadora del Oscar a la Mejor Película) le restaban opciones a Hughes. Finalmente se estrenó, tres años más tarde de lo esperado, y fue un éxito de taquilla que sirvió para equilibrar los gastos y no ser un sonado fracaso de la historia del cine. La película nos muestra a dos hermanos, pilotos ambos, y una historia de amor de por medio. Unas bases bien simples y sencillas para una película que, aún así, es puro entretenimiento. A destacar la secuencia del zeppelin alemán sobrevolando Londres.
Escuadrilla del amanecer
Apunten este nombre para el futuro: Howard Hawks. Al menos eso es lo que tocaba en 1930 cuando éste no era aún el reputado director que llegaría a ser, sobretodo del Western. Su pasión por los aviones le llevaría a rodar más títulos sobre aviación (incluyendo Air Force, ambientada en la II Guerra Mundial). Por el camino llegó "The Dawn Patrol", una película que si bien es menos recordada que "Alas" o "Los ángeles del infierno" es un título a tener en cuenta por el realismo que pretendía dotar a las secuencias aéreas.
Pero sobretodo, por mostrar como de largos eran los días de los pilotos en el aeródromo esperando ver si volvían con vida sus compañeros y viendo como iban llegando reemplazos que a duras penas sobrevivían más de un día. Se alzó con el Oscar al Mejor Guión Original, y el éxito del film de Hawks llevaría a que en la misma década, en 1938, Edmund Goulding realizara un remake, con Errol Flynn y David Niven como dúo protagonista.
Cuatro de infantería
La hermana menor de "Sin novedad en el frente". No tiene la fama de la primera muy posiblemente por su poca divulgación y por el éxito de la primera. Desde Alemania, GW Pabst nos trajo un alegato antibelicista que no tenía nada que ver con la obra de Erich Maria Remarque pero cuyas similitudes existen. Nuevamente soldados alemanes protagonistas, con protagonismo compartido y diferentes historias personales que se nos muestran.
La película fue considerada un canto antipatriótico, al ser muy crítico con la guerra generada por ellos mismos, y ello le hizo sucumbir en su propio mercado. Algunas secuencias sobrecogen, como el de la locura del hospital en su tramo final. Menos centrada en el ámbito bélico que la película de Milestone, y menos espectacular en las secuencias de combate pero, a cambio, mucho más cruda y dura con lo que era la guerra de trincheras, con escenas como la de aquellos hombres que son atrapados bajo los escombros.
Hasta cuatro títulos sobre la Primera Guerra Mundial fueron lo más reconocido de ese año. No fueron las únicas películas sobre el conflicto armado, pero sí tan importantes en su momento (y a posteriori) que José Luís Mena las incluiría a todas ellas en su libro "Las 100 mejores películas del cine bélico", una de esas bíblias del género en mi juventud (y que me ayudó a conocer más a fondo cine un tanto desconocido). Estas son las 4 fantásticas del año:
Sin novedad en el frente
No hace falta carta de presentación para este título, pero toca hablar de ella. Lewis Milestone, que ya había conseguido un Oscar como Mejor Director de Comedia tres años antes, se empeñó en llevar a la gran pantalla la famosa obra de Erich Maria Remarque ambientada en la Primera Guerra Mundial. Eran otros tiempos, y consiguió dirigirla a pesar de que los protagonistas eran soldados alemanes combatiendo contra franceses. Eso, hoy en día, es poco probable que Hollywood lo acepte, empeñado más en contar las batallitas propias.
El éxito de crítica aún perdura hoy en día, siendo mencionada en más de una ocasión en listas sobre lo mejor del género. En @micinebélico la incluí dentro del Top20 del género en el #belicómetro y sus dos Oscars al Mejor Film y Mejor Director, la avalan. Un título imprescindible con escenas imborrables de la memoria de quienes la hayan visto como ese paseo de las botas cambiando de dueño, el momento en que se enfrenta a un soldado francés en la tierra de nadie o ese profesor enalteciendo a los jóvenes que deberían ser el futuro de Alemania. Un perfecto alegato antibelicista.
Los ángeles del infierno
Howard Hughes, joven multimillonario de la época y cuya vida pudimos ver en la película "El aviador" de Martin Scorsese, se empeñó en dirigir una película sobre la aviación de la Primera Guerra Mundial. No escatimó en gastos y la película casi no llega a estrenarse. Su empeño en rodar en según qué días le mantuvo meses con avionetas alquiladas sin conseguir los planos que él quería. Cuando por fin tuvo la película culminada, la irrupción del sonido le pilló de sorpresa, obligándole a rodar algunas secuencias o a sonorizar otras. Llegando el punto en el cual la actriz protagonista, por tener voz de pito, debía ser sustituida (y rodar todas sus secuencias). Un despropósito.
Para colmo, el estreno y éxito de "Alas" (que se convertiría en la primera ganadora del Oscar a la Mejor Película) le restaban opciones a Hughes. Finalmente se estrenó, tres años más tarde de lo esperado, y fue un éxito de taquilla que sirvió para equilibrar los gastos y no ser un sonado fracaso de la historia del cine. La película nos muestra a dos hermanos, pilotos ambos, y una historia de amor de por medio. Unas bases bien simples y sencillas para una película que, aún así, es puro entretenimiento. A destacar la secuencia del zeppelin alemán sobrevolando Londres.
Escuadrilla del amanecer
Apunten este nombre para el futuro: Howard Hawks. Al menos eso es lo que tocaba en 1930 cuando éste no era aún el reputado director que llegaría a ser, sobretodo del Western. Su pasión por los aviones le llevaría a rodar más títulos sobre aviación (incluyendo Air Force, ambientada en la II Guerra Mundial). Por el camino llegó "The Dawn Patrol", una película que si bien es menos recordada que "Alas" o "Los ángeles del infierno" es un título a tener en cuenta por el realismo que pretendía dotar a las secuencias aéreas.
Pero sobretodo, por mostrar como de largos eran los días de los pilotos en el aeródromo esperando ver si volvían con vida sus compañeros y viendo como iban llegando reemplazos que a duras penas sobrevivían más de un día. Se alzó con el Oscar al Mejor Guión Original, y el éxito del film de Hawks llevaría a que en la misma década, en 1938, Edmund Goulding realizara un remake, con Errol Flynn y David Niven como dúo protagonista.
Cuatro de infantería
La hermana menor de "Sin novedad en el frente". No tiene la fama de la primera muy posiblemente por su poca divulgación y por el éxito de la primera. Desde Alemania, GW Pabst nos trajo un alegato antibelicista que no tenía nada que ver con la obra de Erich Maria Remarque pero cuyas similitudes existen. Nuevamente soldados alemanes protagonistas, con protagonismo compartido y diferentes historias personales que se nos muestran.
La película fue considerada un canto antipatriótico, al ser muy crítico con la guerra generada por ellos mismos, y ello le hizo sucumbir en su propio mercado. Algunas secuencias sobrecogen, como el de la locura del hospital en su tramo final. Menos centrada en el ámbito bélico que la película de Milestone, y menos espectacular en las secuencias de combate pero, a cambio, mucho más cruda y dura con lo que era la guerra de trincheras, con escenas como la de aquellos hombres que son atrapados bajo los escombros.
Comentarios
Publicar un comentario