En el año 2004 Martin Scorsese dirigía "El aviador", una película que narraba la biografía del multimillonario Howard Hughes, amante del cine y de la aviación que se haría productor de cine y llegaría a dirigir dos películas. La primera de ellas, con la que se inició en el mundillo de Hollywood también como productor fue "Los ángeles del infierno", un proyecto mimado del director que se empeñó en hacer bajo cualquier precio.
Y decimos bajo cualquier precio porque "Los ángeles del infierno" fue la película más cara en su momento, alcanzando los cuatro millones de dólares de presupuesto (un potosí para la época), si bien el film acabaría cosechando gran éxito de público y doblando lo invertido a pesar de la arriesgada apuesta del jóven Hughes, que puso el dinero de su bolsillo.
Lo que cuenta Scorsese en el arranque de su film con Di Caprio haciendo del productor es del rodaje de este film que estuvo a punto de no llegar a ver la luz. El proyecto se había iniciado en 1927, y Hughes quería dotarlo de un gran realismo. Sin embargo, mientras se realizaba el proyecto otra película bélica sobre la aviación se le adelantó en el tiempo: "Alas" (Wings), que posteriormente sería la ganadora del primer Oscar a la mejor película.
A ese estreno le sucedería la llegada del sonido al mundo del cine con "El cantor de Jazz". Ambos detalles harían llegar a la conclusión a Hughes de que su film debía tener sonido para dotarle de mayor realismo a la acción, además de que ahora que el público sabía que existía el sonido, pediría en su entrada que la película fuese hablada.
No quedó más remedio que repetir numerosas secuencias, provocando prácticamente un nuevo rodaje del film, además de sonorizar algunas de las secuencias realizadas (sobretodo las de combates aéreos). Todo fuera para que la película se estrenase con sonido. Finalmente esta vería la luz en 1930, tres años después de iniciarse el proyecto, y con algunos cambios, como el de la actriz de la película, que al pasarla de mudo a sonoro la voz de la actriz que había rodado las secuencias no gustaba a Hughes y optó por quitarla del proyecto y rodar nuevamente todas las secuencias de ella con la joven y bella Jean Harlow, quien acapararía a la postre portadas a pesar de que su papel apenas supera los diez minutos en pantalla.
Sinopsis
Roy y Monte son dos hermanos que van a la Universidad en Oxford junto a un alemán, Karl. Monte es un mujeriego que en un viaje a Alemania a visitar a Karl será pillado in fraganti con la esposa de un Oficial aristócrata alemán, que le retará a un duelo. Monte, cobarde de nacimiento, saldrá huyendo y será su hermano Roy quien coja le testigo y, por honor, se presente al duelo de su parte, quedando herido. Este hecho lo ocultará eternamente a su hermano.
Ya en Inglaterra, la Gran guerra estalla y Karl es llamado a filas para formar parte del Ejército aéreo alemán, mientras que Roy se alistará en la Royal Air Force; posteriormente lo hará (por error) Monte. Ya con los tres protagonistas listos para el combate cabe añadir a un cuarto personaje: la bella Helen, novia de Roy pero que flirtea con Monte (y que posteriormente se verá que con quien le de la gana), una mujer a la que le gusta más el libertinaje, igual que a Monte, mientras Roy es más chapado a la antigua.
La guerra acecha y finalmente llega en forma de Zeppelin en la que es posiblemente la mejor secuencia de la película (analizaremos más tarde). Ahí vemos a Karl como parte del Ejército alemán siendo el vigía que será encargado de buscar los objetivos militares. Sin embargo Karl hará caer las bombas en el Támesis evitando vidas humanas (algo que desconoce su Oficial cuando decide, para aligerar peso, prescindir de él). En efecto, a pesar de que Karl parecía un personaje importante en la trama apenas en su tercera aparición a los 50 minutos de película nos despedimos definitivamente de él. De poco valdrá su muerte puesto que finalmente el Zeppelin será abatido.
Ya en Francia se nos vuelve a enseñar como son los protagonistas. Roy sigue ejerciendo de hermano mayor, Monte sigue siendo el cobarde mujeriego... y Helen, que ha ido voluntaria para trabajar en la cantina del Ejército, sigue siendo liberal. Monte para evitar ser tildado de cobarde tras renunciar a una patrulla nocturna se presentará voluntario para una peligrosísima misión, y Roy, para no dejarle solo, se apuntará con él. Ambos deben pilotar un avión alemán tras las líneas enemigas y destruir una base donde los alemanes esconden mucha artillería capaz de evitar el avance de las tropas aliadas. La vida de muchos soldados de a pie depende de esta misión.
Tras desengañarse de Helen en una secuencia donde esta demuestra que no le quiere y que no pinta nada en la trama central de la película, Roy y Monte llevan a cabo la misión con apoyo de otros aviones de su escuadrilla. La misión es un éxito y consiguen destruir numeroso armamento enemigo antes de que Von Ritchtoffen les abata y queden hechos prisioneros.
Una vez hechos prisioneros, y para cerrar el ciclo, el Oficial alemán al mando no es otro que el aristócrata del duelo de la primera escena. El oficial quiere información; Monte pretende dársela, pero en una acción astuta y dolorosa, Roy decide negociar con el alto mando con la promesa de hablar. Todo es una treta de Roy para conseguir un arma con la que matar a Monte si este insitía en hablar con el enemigo. A Roy no le queda más remedio que matar a su hermano antes de ser enviado al paredón. Justo tras su muerte se ve como el Ejército aliado logra avanzar hacia las tropas enemigas. La muerte de los dos hermanos, héroes por un día, no habrá sido en balde.
La Secuencia
Hay dos secuencias brillantes en la película. La primera es la del Zeppelin que sobrevuela Londres. Entre las nubes aparece, desde las sombras, dicho Zeppelin. Ahí Hughes coloca las fichas en el tablero mostrándonos a Frank que movido por su amor a Inglaterra (recordemos que estudiaba en Oxford) decide no hacer daño y engaña a su superior, que marcha creyendo que han logrado destruir Trafalgar Square y otros monumentos famosos.
Tras esto llega la escuadrilla británica con Roy y Monte dentro de uno de los aviones. El oficial alemán a cargo del Zeppelin tomará decisiones cada vez más drásticas. Tras lanzar lastre decidirá que la nave en la que viaja Karl es prescindible y cortan amarres, dejando a Karl cayendo al vacío. Posteriormente uno a uno la mayoría de hombres del Zeppelin saltarán al vacío a una muerte segura para que este gane altura y velocidad.
Mientras tanto tiene lugar un combate aéreo en el que Roy y Monte acabarán viéndose obligados a un aterrizaje forzoso. Y cuando el Zeppelin parece haber ganado la batalla con solo un avión británico sano, pero sin munición, el piloto de dicho avión decide sacrificarse y se estrella a gran velocidad contra el Zeppelin provocando su destrucción. Como vemos aquí, ambos ejércitos se mueven por el sacrificio que pueda salvar vidas o ganar la guerra.
La otra gran secuencia de la película es la batalla final. En ella Hughes tira de presupuesto y coloca numerosos aviones en una secuencia bélica sin precedentes. Si en "Alas" había numerosos combates muy trabajados, aquí únicamente había uno, pero de qué mantera. Colocando la cámara en las cabinas, mostrándonos los cara a cara aéreos tras un incesante bombardeo muy trabajado con algunos logrados planos cenitales. El resultado, una coreografía aérea maravillosa que concluye con nuestros protagonistas siendo derribados no sin un toque interesante de tensión.
Crítica
"Los ángeles del infierno" no es, ni mucho menos, el espectáculo que fue "Alas". En parte debido a llegar algo tarde, y en parte a la utilización de diferentes técnicas. Desde el sonido a colorear algunas imágenes hacen que la película quede un tanto irregular, ya que hay secuencias que se ve que estaban hechas sin sonido y fueron sonorizadas después. Pero eso es debido a haberse creado en la época en la que se creó.
Si obviamos esos detalles podemos ver dos motivos diferentes para analizar el film. Por un lado lo que a Hughes le interesaba: la aviación. Desde dos personajes tan dispares como Roy y Monte, que lideran con soltura el film, y con dos secuencias Tour de force (una en intensidad y otra por su extensión), "Hell´s angels" consigue ser una brillante película de aviación, de las mejores que se hayan hecho y que rinde homenaje a los combatientes en la I Guerra Mundial.
Pero por otro lado tenemos otro tipo de film. El que se nos intenta mostrar con los flirteos con Helen. Un personaje tan necesario para llenar salas como innecesario en la trama. Los 10-15 minutos de romanticismo y sensualidad que provoca Jean Harlow en el film no son absolutamente para nada necesarios en la trama central, no dejan de ser un entretenimiento de (con perdón) chica florero, poco trabajado, por no decir nada.
En definitiva, un triángulo amoroso de escasa duración que frena ligeramente lo que se logra con las dos secuencias bélicas y con ese interesante final donde un hombre debe decidir entre la vida de su hermano o la de miles de soldados. Tampoco queda muy claro qué pinta el personaje de Karl en el film, que si bien hasta el momento de su heroica actuación evitando una masacre parece que pueda tener chicha, su personaje es borrado del mapa bien rápido y lo que parecía una historia de cuatro personas acaba siendo un duelo de hermanos que protagonizan el 85% del film.
En definitiva, una entre buena y notable película bélica que ha perdido algo de chicha con el paso del tiempo (a diferencia de otros films analizados de aquella época como la propia "Alas", "El gran desfile" o "Sin novedad en el frente"), pero que contiene dos secuencias bélicas que bien merecen ser vistas y sienta las bases (si no estaban antes) para las historias de triángulos amorosos, a pesar de cierta torpeza de guión.
Nota: 6,75
Lo mejor: Excelentes coreografías aéreas. Primero con una secuencia de tensión y heroismo in crescendo; y posteriormente con una batalla final con numerosos aviones en el aire perfectamente coreografiados.
Lo Peor: La historia amorosa, que o bien sobra o bien no le dan el protagonismo necesario para ser útil para el argumento.
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