Pearl Harbor (Michael Bay, 2001)

Se acerca una de las efemérides más importantes de la II Guerra Mundial, el "infame" (siempre en boca de Roosevelt) día en que los japoneses atacaron Pearl Harbor. Ya había analizado el título más importante sobre dicho día con "Tora, Tora, Tora" y recientemente habéis podido leer mi análisis de la multioscarizada "De aquí a la eternidad". Ahora, toca la tercera en discordia, esa que está en boca de todos pero que muchos quieren obviar. La espectacular y palomitera: "Pearl Harbor".

Recuerdo la sensación agradable al salir del cine. Vaya por delante, como justificación, que la primera vez que vi "Pearl Harbor" yo era un adolescente, amante del cine bélico al que "Salvar al soldado Ryan" y "La delgada línea roja" le pillaron en edad de ir solo al cine si hiciera falta, pero todavía pre-adolescente. Por ello, la llegada del título de Michael Bay fue la más esperada. Descubrí el proyecto vía la revista Fotogramas tiempo antes, y fue siguiéndolo paso a paso según lo que contaba la revista.

Reparto
Ben Affleck como clara estrella del proyecto (venía del exitazo de "Armaggedom" como carta de presentación), con un descubrimiento Josh Harnett, que el mismo año estrenaría "Blackhawk derribado", y Kate Beckinsale como la enfermera protagonista. Eso sí, la ristra de secundarios era de verdadero lujo, con Alec Baldwin como Doolittle, que tendrá un papel importante en el tramo final de la película al narrarnos el raid sobre Tokio; Cuba Gooding Jr. como el cocinero Doris Miller, Jon Voight como Roosevelt, además de Dan Akroyd y un veterano del cine bélico como Tom Sizemore ("Salvar al soldado Ryan").

La película
El proyecto nació del sueño de Michael Bay, que vio en su cabeza la imagen de una bomba cayendo desde un avión japonés sobre uno de los buques anclados en Pearl Harbor la mañana del 7 de diciembre. A partir de esa idea, que comentó al productor Jerry Bruckheimer, se pusieron manos a la obra para lanzar una de las películas bélicas más explosivas que se recuerden. Con la excusa del bombardeo tocaba buscar una historia que enganchase.

No se comieron mucho la cabeza. Con el éxito de "Titanic" reciente, se intentó narrar una historia de amor, en este caso un triángulo amoroso para rellenar la pantalla hasta la llegada del clímax, en forma de 40 minutazos de puro cine bélico. A ello se le añadiría media hora final con el raid de Doolittle que podemos poner en duda si aporta realmente algo o no a la trama más allá de mostrarnos el desenlace del triángulo amoroso y dejar clara la sensación de que la guerra "se ganó".

Al igual que el exitazo de "Titanic" se gastó todo el dinero necesario en llevar a cabo la obra. De este modo acabaría siendo vendida como la película más cara de la historia hasta ese momento, algo nada raro teniendo en cuenta que se comenzaban a inflar los gastos y a que la taquilla de la gigantesca obra de James Cameron invitaba a la esperanza. Pero ni Affleck es Di Caprio, ni Bay es Cameron. De ahí que la crítica no aplaudiera ni lo más mínimo a una película, a mi modo de ver, más interesante de lo que se vendió en la época. Pero, sobretodo, la II Guerra Mundial y una derrota americana no debieron llamar tanto como el hundimiento del "Titanic". Ya en su momento "Tora, Tora, Tora" había fracasado.

El presupuesto final se quedó en unos 140 millones de dólares sin contar lo gastado en publicidad. Y aunque la película fue de las más taquilleras de su año, no logró ser un éxito ni mucho menos (tampoco un fracaso, ojo). En Estados Unidos recaudaría algo menos de 200.000 dólares, pero la taquilla mundial le ayudó a alcanzar los 440.000, una cifra muy por debajo de lo que preveía la productora, pero que servía para, al menos, salvar los muebles doblando las cifras gastadas incluyendo publicidad. Sería la sexta película más taquillera de 2001 por detrás de las gigantescas "Harry Potter y la piedra filosofal", "El señor de los anillos: La comunidad del anillo", de dos cintas de animación "Shrek" y "Monstruos S.A." y del remake de "Ocean's eleven".

La historia
Resumamos de manera sencilla (y quizás con algo de guasa) la trama principal. Dos pilotos que son los "Top gun" de los años 40, interpretados por Ben Affleck y Josh Harnett. La mar de amigos, y unos ases del aire. Affleck conoce a una enfermera (Beckinsale) de la que se enamora perdidamente. Lo pasan muy bien pero el lumbreras ya tenía en mente asistir a la II Guerra Mundial yendo a combatir junto a los británicos en la RAF. De ahí veremos la Batalla de Inglaterra y como a este le derriban, dándolo por muerto.

Pero, vamos a ver... Affleck es la estrella del proyecto, hemos visto fotos suyas corriendo por Pearl Harbor en la promo y en el trailer... y llevamos una hora de película. Así que, a nadie le debería pillar de sorpresa que Affleck no estaba muerto (estaba de parranda). Mientras tanto su mejor amigo, ese que iba a cuidar de la enfermera, acabará enamorado de ella y, ale, ya la tenemos liada. Sobretodo cuando Affleck decide hacer acto de presencia la noche del 6 de diciembre de 1941 en Hawaii. Nada, el momento oportuno y el lugar adecuado.

El resto, bombas, explosiones, marca de la casa de Michael Bay para mostrarnos la gran escena bélica no solo de la película, si no una de las grandes del cine bélico, superando en 15 minutos la duración de la que nos aportó "Tora, Tora, Tora", o en 17 minutos el desembarco de Normandía de "Salvar al soldado Ryan". Y como bonus track, el raid de Dolittle de los famosos "30 segundos sobre Tokio", en modo venganza, y para cerrarnos la trama.

Los japoneses
Si algo chirría del proyecto es la aportación japonesa al mismo. Pero no es algo nuevo, y de hecho es algo de lo que ha abusado Hollywood desde el cine clásico. Puedo entender que el ejército nipón sea el enemigo y, por lo tanto, no nos informen de sus avances. Si "Pearl Harbor" no debía entrar en el terreno de "Tora, Tora, Tora" y hacer su propia película, bastaba con narrarnos amoríos, al estilo de "De aquí a la eternidad", pero con una traca final mucho más placentera para el espectador belicosero que los apenas cinco minutos con los que nos obsequiaron Burt Lancaster y los suyos.

De ahí que no termine de entender que los japoneses aparezcan brevemente en pequeñas escenas. Muy pequeñas. Una de ellas para mostrarnos como realizar los preparativos al bombardeo. En otra, simplemente para ver la gran flota avanzando. Sin ninguna escena que alcance el minuto, son apenas pequeños chupitos de imágenes para mostrarnos que los japoneses van acechando. Pero lejos de darles protagonismo necesario para hacerles partícipes de la fiesta. De ahí que note un tanto forzadas e innecesarias sus escenas. Entendería que se hubiesen rodado para en el mercado japonés darles mayor protagonismo, pero no fue el caso.

Pearl Harbor
Saltémonos los prolegómenos con esa hora y media (arriba/abajo) que toca esperar para el momento cumbre de la película. Los más moñas y los tiquismiquis entrarán en comparativas absurdas y odiosas para desprestigiar la película (ya la he soltado, perdón, jeje). Que si los barcos no son reales, que si los aviones se ve a la legua que no son de la época, que si los efectos especiales (¿Alguna queja? pienso que son brillantes).. etc. Pero si uno se sienta en la butaca a disfrutar del bombardeo, la entrada bien merece la pena. E incluso la larga espera para llegar a este momento.

Vemos a los aviones japoneses sembrar el caos. Y se le da todo el protagonismo al grupo y a todas las facetas de aquel ataque. Desde los buques anclados en el puerto de Pearl Harbor aquel día, con mención especial (que ahí "Tora, Tora, Tora" no entró a saco) al intento de rescatar a quienes se quedaron dentro del USS Arizona, tumba de más de 1100 norteamericanos, más o menos la mitad de los que perdieron la vida durante el ataque japonés a la base en las islas Hawaii.

Sin lugar a dudas, esa parte es la más emotiva e impactante. Así como diferenciada de "Tora, Tora, Tora". Todo ello sin dejar de lado las escenas puramente bélicas con Cuba Gooding Jr. como Doris Miller disparando pese a no ser sus funciones, en la mítica estampa patriótica de la película. Tras el puerto, también le tocaron a los hangares de aviones. Y ahí es donde entran en acción nuestros protagonistas. Affleck y Harnett conseguirán esquivar las balas en medio de todo el caos y montar en dos aviones para luchar contra los japoneses.

Basado en dos pilotos que combatieron en Pearl Harbor y derribaron algunos de los pocos aviones que no volvieron a sus portaaviones de origen, pero con nombres ficticios y una trama diferente, se nos muestra otra de las proezas de Pearl Harbor. Lo hace, eso sí, con el toque espectacular. Con uno de los aviones sin munición pero sirviendo al otro para lograr su objetivo. Los dos amigos reencontrándose con la adrenalina de pilotar aviones. Y el espectador, en su butaca, disfrutando como un gorrino.

Clase de historia
No vamos a engañar a nadie. "Pearl Harbor" como clase de historia no aporta lo mismo que "Tora, Tora, Tora", ni lo intenta. Aún así, para gente que no hubiera visto la anterior y no sea tan amante del género, le da las herramientas necesarias para descubrir un poco más sobre el ataque japonés. Al mismo tiempo cabe destacar el raid de Doolittle, del que en los años 40 se realizó la notable "30 segundos sobre Tokio". Aquí en media hora se nos explican bastantes detalles de dicho raid, como la preparación en bases para aprender a despegar en distancias cortas, con Alec Baldwin enseñándoles el camino.

Posteriormente, a la hora de la verdad, tener que aligerar peso para poder despegar. Y ese fatal destino de ver como tras cumplir con la misión tocaba ir a las costas chinas con poco combustible, lo que derivó en que la mayoría de los que no volvieron a Estados Unidos con vida, no perdieron la vida durante esos 30 segundos sobre la capital japonesa, si no en el plan de escape tan sujeto con pinzas que tenían. En este aspecto, y aunque "Pearl harbor" no iba sobre ello, Bay muestra en media hora bastante fielmente algunos aspectos de la operación, aderezados con un toque made in Hollywood que en cierto modo parece homenajear a aquellos maravillosos 40.

Balance
No voy a olvidar, antes de entrar en el balance, la emotiva y sensacional Banda Sonora obra de uno de los grandes: Hans Zimmer. La melodía, que ya nos ponía los pelos de punta en el trailer, sigue pareciéndome una de las más preciosas de cuantas se hayan hecho en el cine bélico. No es una BSO al uso del género, con marchas militares, pero aquí, cogiendo en parte algunos de sus tonos y logros de "La delgada línea roja", llega a mejorar los aspectos a resaltar para dotar a "Pearl Harbor" de ese tono aventurero inolvidable.

Ayuda la mano de Michael Bay, no para dotar de sentido a toda la obra en sí, pero sí para mostrarnos un auténtico espectáculo pirotécnico, que a fin de cuentas es de lo que se trata. La parte del bombardeo y el final de la película, elevan el tono hasta entonces sobrio y con fisuras claras de la película. Al final, "Pearl harbor" es como coger una patriótica historia rodada en los años 40, con una enfermera de por medio, con las clásicas peleas de taberna... pero modernizándola con unas escenas bélicas acordes al Siglo XXI.

El resultado final es un entretenimiento puro y duro, que no pretende pasar a la historia del cine bélico en cuanto a lo que nos cuenta, pero que sí merece su hueco en cuanto a una de las escenas bélicas más míticas y espectaculares de todos los tiempos. A muchos no les gusta, a otros les encanta. Yo soy de los segundos. La sigo disfrutando como un enano y eso que han pasado casi 20 años. Pero mis labores como crítico me hacen no ensalzar su primera hora y media, algo más pobre y que evita que llegue a ser más de lo que podría haber sido.

Nota: 6,75
Lo Mejor: El bombardeo a Pearl Harbor. 40 minutazos de espectáculo bélico
Lo Peor: Que la previa al bombardeo se puede llegar a hacer algo larga por mucho que la BSO de Zimmer nos engatuse.

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