Tras mis primeras tomas de contacto con el cine ex soviético del Siglo XXI con la rusa "T-34: Héroes de acero" y la ucraniana "La batalla de Sebastopol", me he aventurado a visualizar la reciente incorporación a la plataforma Prime Video: "Los 28 de Panfilov", película basada (o inspirada) en hechos reales que nos cuenta como los supervivientes de un regimiento soviético a las puertas de Moscú fueron capaces de resistir un feroz ataque de blindados e infantería alemana.
Con un claro tono patriótico, y vendiéndolo como una película rusa (Que lo es), a pesar de que los héroes en cuestión provenían en su mayoría de zonas que actualmente son Kazajistán, el tono palomitero y patriótico se entremezclan en una cinta de ¿propaganda? para enaltecer el sentimiento de pertenencia a la Madre Patria, tan presente en el cine bélico de la II Guerra Mundial. A fin de cuentas, para ellos a la II Guerra Mundial se le bautizó como la Gran Guerra Patria.
La película nos muestra como se formó dicha compañía a las afueras de Moscú. Un puñado de hombres, muchos de ellos inexpertos en teoría en el combate, marcharon juntos al frente. Los primeros cuarenta minutos os recomiendo que los paséis en Flash Foward. La verborrea, con algún chistecillo flojo y mucho cuento y leyenda, unido a numerosas historietas que sirven para empatizar con los numerosos personajes o para echar la siesta, hacen que el espectador se desentienda por momentos de lo que está a punto de venir.
Por suerte, la película necesitaba de su toque violento y la acción a raudales, y es ahí donde "Los 28 de Panfilov" conseguirá atraparnos. Tras un aperitivo bélico y un bombardeo alemán que deja al regimiento en eso, en 28 hombres, llega la hora de la verdad con el asalto final alemán a las posiciones. En total estamos hablando de más de una hora bélica bien enlazada que abarca no muchas horas en el frente del Este.
Es ahí donde los directores Shalopa y Druzhinin se gustan y lanzan toda la artillería a relucir. Tiros, bombas, explosiones... pongan cualquier cosa bélica que se os ocurra (menos lanzallamas, pero sí cocteles Molotov) y las verán en esa hora larga final. En términos de cine bélico, para que os hagáis una idea, es como coger la batalla contra tanques de la alemana "Stalingrado" (Joseph Vilsmaier, 1993), pero cambiando de bando a los protagonistas (aquí los alemanes van en tanques) y con una duración mucho más larga.
El caos se apodera de la pantalla hasta el punto de que un espectador poco avispado acabará hecho un lío sobre cuantos soviéticos van quedando vivos (a menos que cojan el bolígrafo desde el principio). El caso es que, como si de ratas se trataran, los rusos (y kazajos) van saliendo de entre las trincheras en diferentes puntos para acribillar a todo nazi viviente y todo carro blindado que se ponga a su paso. Es ahí donde la película se gusta, y gustará a los amantes de lo belicosero.
El resultado final es una de esas hazañas bélicas narradas muy a la americana, pero en ruso. Donde unos pocos son capaces de contener un ataque enemigo a base de testiculina, sangre y fuego. Al final uno no sabe ni de donde van saliendo los rusos que ya se había pensado que habían muerto, y aunque se permita unas licencias tan fantasmas (como esos alemanes asaltando ya sin blindados unas trincheras) y no termine de dejarnos claro si los 28 de Panfilov destruyeron 10, 20 o 50 tanques ellos solitos, la realidad es que acaba pasándose un rato agradable y entretenido.
Recomendable para amantes del cine bélico puro y duro, si bien la primera parte no sirve para gran cosa con excesivos diálogos y presentación de no pocos personajes que no acabarán por hacernos empatizar con ninguno. Cuando va al grano, la película se convierte en un festival made in Russia, al igual que la friky y fantasmagórica "T-34: Héroes de acero".
Parque Panfilov Almaty
Con un claro tono patriótico, y vendiéndolo como una película rusa (Que lo es), a pesar de que los héroes en cuestión provenían en su mayoría de zonas que actualmente son Kazajistán, el tono palomitero y patriótico se entremezclan en una cinta de ¿propaganda? para enaltecer el sentimiento de pertenencia a la Madre Patria, tan presente en el cine bélico de la II Guerra Mundial. A fin de cuentas, para ellos a la II Guerra Mundial se le bautizó como la Gran Guerra Patria.
La película nos muestra como se formó dicha compañía a las afueras de Moscú. Un puñado de hombres, muchos de ellos inexpertos en teoría en el combate, marcharon juntos al frente. Los primeros cuarenta minutos os recomiendo que los paséis en Flash Foward. La verborrea, con algún chistecillo flojo y mucho cuento y leyenda, unido a numerosas historietas que sirven para empatizar con los numerosos personajes o para echar la siesta, hacen que el espectador se desentienda por momentos de lo que está a punto de venir.
Por suerte, la película necesitaba de su toque violento y la acción a raudales, y es ahí donde "Los 28 de Panfilov" conseguirá atraparnos. Tras un aperitivo bélico y un bombardeo alemán que deja al regimiento en eso, en 28 hombres, llega la hora de la verdad con el asalto final alemán a las posiciones. En total estamos hablando de más de una hora bélica bien enlazada que abarca no muchas horas en el frente del Este.
Es ahí donde los directores Shalopa y Druzhinin se gustan y lanzan toda la artillería a relucir. Tiros, bombas, explosiones... pongan cualquier cosa bélica que se os ocurra (menos lanzallamas, pero sí cocteles Molotov) y las verán en esa hora larga final. En términos de cine bélico, para que os hagáis una idea, es como coger la batalla contra tanques de la alemana "Stalingrado" (Joseph Vilsmaier, 1993), pero cambiando de bando a los protagonistas (aquí los alemanes van en tanques) y con una duración mucho más larga.
El caos se apodera de la pantalla hasta el punto de que un espectador poco avispado acabará hecho un lío sobre cuantos soviéticos van quedando vivos (a menos que cojan el bolígrafo desde el principio). El caso es que, como si de ratas se trataran, los rusos (y kazajos) van saliendo de entre las trincheras en diferentes puntos para acribillar a todo nazi viviente y todo carro blindado que se ponga a su paso. Es ahí donde la película se gusta, y gustará a los amantes de lo belicosero.
El resultado final es una de esas hazañas bélicas narradas muy a la americana, pero en ruso. Donde unos pocos son capaces de contener un ataque enemigo a base de testiculina, sangre y fuego. Al final uno no sabe ni de donde van saliendo los rusos que ya se había pensado que habían muerto, y aunque se permita unas licencias tan fantasmas (como esos alemanes asaltando ya sin blindados unas trincheras) y no termine de dejarnos claro si los 28 de Panfilov destruyeron 10, 20 o 50 tanques ellos solitos, la realidad es que acaba pasándose un rato agradable y entretenido.
Recomendable para amantes del cine bélico puro y duro, si bien la primera parte no sirve para gran cosa con excesivos diálogos y presentación de no pocos personajes que no acabarán por hacernos empatizar con ninguno. Cuando va al grano, la película se convierte en un festival made in Russia, al igual que la friky y fantasmagórica "T-34: Héroes de acero".
Parque Panfilov Almaty
En la localidad kazaja de Almaty se encuentra el Parque dedicado a los 28 guardias de Panfilov. Dicho nombre lo tiene desde 1942, un año después de la hazaña de estos 28 hombres que defendieron las afueras de Moscú del ataque alemán. El regimiento en cuestión se formó a partir de nativos de Almaty y Bishkek, de ahí que en dicha localidad esté un monumento homenaje a los que lucharon. Precisamente las imágenes de dicho monumento son aprovechadas para los títulos de crédito de la película. Altamente recomendables si no se conoce este fragmento de la historia.
Nota: 6,25
Lo Mejor: Una batalla final para quitar el hipo a cualquiera. Espectacular y palomitera.
Lo Peor: Para llegar al momento cumbre, uno puede echarse la siesta.
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