Tras el éxito que tuvieron en el mes de mayo dos entradas dedicadas a las mejores escenas bélicas de la historia del género, recupero la idea para hacer un pequeño añadido. Hoy tendrán lugar las 7 mejores secuencias del cine bélico que NO contienen conflicto armado durante la duración de la misma, mientras que mañana realizaré un pequeño añadido con 7 de las secuencias que fuisteis comentando que echábais en falta en los artículos que hice.
Sin novedad en el frente (Discurso del profesor)
Esta secuencia se podría dividir en dos partes. En la primera, un profesor alemán enaltecido, anima a sus estudiantes a combatir en la guerra. Es 1914 y los chicos se toman las palabras del profesor como algo personal, quedando ligados a su patria. Pasa el tiempo y uno de esos chicos, el protagonista de la película, vuelve a casa por un pequeño permiso. Visitará la escuela donde ve como el profesor anima a nuevos chicos a alistarse. El discurso es el mismo, pero el punto de vista que nos enseña Milestone, radicalmente opuesto. Si al principio sonaba a discurso patriótico, en esta ocasión nos suena a farsa, a una trampa para ratones que es lo que fue aquella guerra.
La Gran evasión (Evasión en moto)
Sin duda alguna la escena más mítica del cine bélico, uno de los mitos del cine. Steve McQueen escapando de los nazis con uniforme alemán una moto que ha tomado prestada. La escena no acaba del todo bien para nuestro héroe, pero nos hizo disfrutar el primer día y, aún hoy en día, sabiendo su desenlace, continuamos deseando que logre escapar y no acabe con su cuerpo enredado en las alambradas. La escena inicialmente no estaba en el guión, pero una de las condiciones que la estrella puso sobre la mesa para interpretar el papel consistía en que su personaje escapara en motocicleta.
La batalla de las Ardenas (Panzerlied)
Sin duda alguna, una de esas secuencias que elevan sobremanera el nivel de la película. Antes de lanzar una última ofensiva a la desesperada, el oficial al mando interpretado por Robert Shaw visita al escuadrón de hombres que estarán dentro de los panzers en la decisiva ofensiva de las Ardenas. Todo son críos, y él duda de ellos, es encontes cuando uno de los chavales comienza a recitar la primera estrofa de "Panzerlied" himno de la tripulación de los panzer. Le secundará el resto de muchachada y ante ese momento de subidón, el propio Robert Shaw se suma. Pone los pelos de punta y te entran ganas de montarte en un Panzer y atacar a Telly Savalas y Cía.
Patton (Discurso)
Otra de las míticas del cine. El General George Patton, interpretado magistralmente por George C.Scott, inicia su periplo en la película apareciendo con una inmensa bandera estadounidense a su espalda y lanzando un discurso patriótico que bien podría haber sido empleado en la Guerra de Vietnam que por aquel entonces se combatía. "Los americanos nunca hemos perdido ni perderemos una guerra" era una de sus innumerables frases que lanzaba para animar a sus tropas. Mítica escena para una película que le valió al actor el Oscar a la mejor interpretación. Ya solo por esos escasos minutos, se lo había ganado.
Los violentos de Kelly (Negociación)
Queda un tanque custodiando la puerta donde se esconden los lingotes de oro. Los hombres de Kelly no consiguen derrotar a ese último tanque y ya no tienen el Sherman de Odball disponible. Entonces, buscavidas, haciendo caso a su mote, suelta la idea de negociar con el alemán. Y ahí aparecen, música de Western incluida, en escena tres artistas: Clint Eastwood emulando su papel en la trilogia del Dólar, Telly Savalas y ese alocado Donald Sutherland en un papel para recordar. Los tres se mueven lentamente hasta dar con el Tigre, ese tanque alemán comandado por un secundario de lujo en la historia del cine bélico. Y entonces, negocian con el alemán para que vuele la puerta y puedan salir de ahí ricos.
La Cruz de hierro (Yo le enseñaré donde crecen las cruces de hierro)
Película muy aclamada por los amantes del género. Y quizá un tanto desconocida para quienes no lo siguen de cerca. El caso es que el Sargento Steiner, ese James Coburn que actuaba con mala baba en la película, harto del cobarte Capitán Stransky cuya única misión en el frente de Este es conseguir la condecoración (Cruz de hierro), va a por él con idea fija de matarlo. Finalmente no lo hará, pero nos regalará una de las frases del género: "Yo le enseñaré donde crecen las cruces de hierro" para acto seguido los dos, juntos, liarse a tiros con los soviéticos.
La Chaqueta Metálica (El baño)
Dentro de esos cuarenta inmejorables minutos que componen ese fulgurante arranque de la joya bélica de Kubrick toca destacar el final de la primera parte. El soldado patoso (espectacular locura de Vicent D'Onofrio), monta bulla en el baño, lo que hace que Bufón (que está limpiando esa noche los barracones) vaya a ver qué sucede. Y en esas aparece el Sargento Hartmann, tan malhumorado como siempre. ¿El resultado? patoso se carga a su superior para, acto seguido, volarse la tapa de los sesos. Aún no están en Vietnam, pero es todo un aviso a navegantes sobre la locura. Y una de las míticas escenas del cine bélico.
Sin novedad en el frente (Discurso del profesor)
Esta secuencia se podría dividir en dos partes. En la primera, un profesor alemán enaltecido, anima a sus estudiantes a combatir en la guerra. Es 1914 y los chicos se toman las palabras del profesor como algo personal, quedando ligados a su patria. Pasa el tiempo y uno de esos chicos, el protagonista de la película, vuelve a casa por un pequeño permiso. Visitará la escuela donde ve como el profesor anima a nuevos chicos a alistarse. El discurso es el mismo, pero el punto de vista que nos enseña Milestone, radicalmente opuesto. Si al principio sonaba a discurso patriótico, en esta ocasión nos suena a farsa, a una trampa para ratones que es lo que fue aquella guerra.
La Gran evasión (Evasión en moto)
Sin duda alguna la escena más mítica del cine bélico, uno de los mitos del cine. Steve McQueen escapando de los nazis con uniforme alemán una moto que ha tomado prestada. La escena no acaba del todo bien para nuestro héroe, pero nos hizo disfrutar el primer día y, aún hoy en día, sabiendo su desenlace, continuamos deseando que logre escapar y no acabe con su cuerpo enredado en las alambradas. La escena inicialmente no estaba en el guión, pero una de las condiciones que la estrella puso sobre la mesa para interpretar el papel consistía en que su personaje escapara en motocicleta.
La batalla de las Ardenas (Panzerlied)
Sin duda alguna, una de esas secuencias que elevan sobremanera el nivel de la película. Antes de lanzar una última ofensiva a la desesperada, el oficial al mando interpretado por Robert Shaw visita al escuadrón de hombres que estarán dentro de los panzers en la decisiva ofensiva de las Ardenas. Todo son críos, y él duda de ellos, es encontes cuando uno de los chavales comienza a recitar la primera estrofa de "Panzerlied" himno de la tripulación de los panzer. Le secundará el resto de muchachada y ante ese momento de subidón, el propio Robert Shaw se suma. Pone los pelos de punta y te entran ganas de montarte en un Panzer y atacar a Telly Savalas y Cía.
Patton (Discurso)
Otra de las míticas del cine. El General George Patton, interpretado magistralmente por George C.Scott, inicia su periplo en la película apareciendo con una inmensa bandera estadounidense a su espalda y lanzando un discurso patriótico que bien podría haber sido empleado en la Guerra de Vietnam que por aquel entonces se combatía. "Los americanos nunca hemos perdido ni perderemos una guerra" era una de sus innumerables frases que lanzaba para animar a sus tropas. Mítica escena para una película que le valió al actor el Oscar a la mejor interpretación. Ya solo por esos escasos minutos, se lo había ganado.
Los violentos de Kelly (Negociación)
Queda un tanque custodiando la puerta donde se esconden los lingotes de oro. Los hombres de Kelly no consiguen derrotar a ese último tanque y ya no tienen el Sherman de Odball disponible. Entonces, buscavidas, haciendo caso a su mote, suelta la idea de negociar con el alemán. Y ahí aparecen, música de Western incluida, en escena tres artistas: Clint Eastwood emulando su papel en la trilogia del Dólar, Telly Savalas y ese alocado Donald Sutherland en un papel para recordar. Los tres se mueven lentamente hasta dar con el Tigre, ese tanque alemán comandado por un secundario de lujo en la historia del cine bélico. Y entonces, negocian con el alemán para que vuele la puerta y puedan salir de ahí ricos.
La Cruz de hierro (Yo le enseñaré donde crecen las cruces de hierro)
Película muy aclamada por los amantes del género. Y quizá un tanto desconocida para quienes no lo siguen de cerca. El caso es que el Sargento Steiner, ese James Coburn que actuaba con mala baba en la película, harto del cobarte Capitán Stransky cuya única misión en el frente de Este es conseguir la condecoración (Cruz de hierro), va a por él con idea fija de matarlo. Finalmente no lo hará, pero nos regalará una de las frases del género: "Yo le enseñaré donde crecen las cruces de hierro" para acto seguido los dos, juntos, liarse a tiros con los soviéticos.
La Chaqueta Metálica (El baño)
Dentro de esos cuarenta inmejorables minutos que componen ese fulgurante arranque de la joya bélica de Kubrick toca destacar el final de la primera parte. El soldado patoso (espectacular locura de Vicent D'Onofrio), monta bulla en el baño, lo que hace que Bufón (que está limpiando esa noche los barracones) vaya a ver qué sucede. Y en esas aparece el Sargento Hartmann, tan malhumorado como siempre. ¿El resultado? patoso se carga a su superior para, acto seguido, volarse la tapa de los sesos. Aún no están en Vietnam, pero es todo un aviso a navegantes sobre la locura. Y una de las míticas escenas del cine bélico.
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