Capitán América: El Primer Vengador (Por Ander Restoy)

Una película de superhéroes en un blog de cine bélico. ¿Acaso nos hemos vuelto locos? Quizá sí. Pero si el motivo de mi regreso a este magnífico blog es hablar de Capitán América: El Primer Vengador, podemos decir que todo cobra un poco de sentido. Desde luego que la primera de las tres películas que nos ha ofrecido Steve Rogers hasta el momento no es cine bélico en el más estricto de los sentidos, pero si guarda semejanzas y cercanías como para meternos de lleno en el Universo Cinematográfico Marvel.

A fin de cuentas, Capitán América: El Primer Vengador no deja de contarnos una historia inmersa de pleno en la Segunda Guerra Mundial. Este motivo nos hace salivar a muchos. Hablamos de una historia bien llevada, con sus licencias desde luego. Al fin y al cabo es una película de superhéroes. Pero sí, como decía, una historia bien llevada, bien incrustada en el conflicto bélico más importante y trágico de la historia de la civilización humana. Nada se sale de tiesto, podemos decir. O al menos no más de lo necesario o esperado.
De la mano de Steve Rogers pasamos todo el proceso de un estadounidense con ganas de alistarse en los primeros años de Segunda Guerra Mundial. El proceso de alistamiento y selección, el entrenamiento como soldado, incluso algo que se vivió de una u otra manera: las ganas de experimentar con lo conocido buscando una mejora del rendimiento de los soldados. Quizá lo que nos propone Capitán América: El Primer Vengador sea un tanto utópico o increíble, pero basta con leer un poco sobre las drogas en el conflicto bélico para entender que unas y otras potencias querían aumentar y mejorar el rendimiento de su ejército. Un ejemplo es El Gran Delirio, libro sobre el uso militar que daban a ciertas drogas en el Tercer Reich.


¿Y lo estrictamente militar? No vemos grandes batallas, es cierto, pero el Capitán América nos regala escaramuzas entretenidas, inmerso en una particular y personal lucha para evitar que la Alemania Nazi emplee el Teseracto como una fuente de energía. Con ello serían capaces de dominar el mundo sin mucho problema. ¿Su enemigo? Sí, la Alemania Nazi, pero también una sociedad secreta que busca hacerse con el poder mundial, someter al planeta. El supremacismo alemán e Hydra están perfectamente implementado en la película. No olvidemos aquellas misiones secretas alemanas que estaban más unidas al esoterismo y la idea de un mito o leyenda que a la realidad en si misma. Algo fomentado desde el propio Adolf Hitler.

Vemos por tanto que Capitán América: El Primer Vengador tiene rasgos que la acercan al cine bélico. No me malinterpreten y que no se enfaden los puristas. Es cercana, nada más. En el fondo no deja de ser una película de superhéroes muy bien hecha. Una de las mejores construidas del Universo Marvel. Un disfrute de principio a fin. Hace una fantástica introducción del personaje, ayudándonos a entender el porqué de ese carácter noble y luchador de Steve Roger / Capitán América. Nada es casual. Y cuando la película coge ritmo y se lanza a la aventura, se convierte en un entretenido espectáculo que hace las delicias casi de cualquiera.

¿Cine bélico? Sería decir demasiado. Pero los amantes del bélico tenemos detalles extras que nos ayudarán a meternos aún más en la película. La escenografía, los momentos militares y del ejército, la situación en Europa e incluso en Estados Unidos. Y, cómo no, la venta de bonos de guerra del Capitán América, en esa ruta por el país norteamericano que no está lejos de lo que hicieron personajes notables de la época. Ver eso en pantalla es una delicia, muy divertido. ¿Y no es eso de lo que va Capitán América: El Primer Vengador? ¿De divertirnos? 

En definitiva, estamos ante una divertida y buena película. Sin duda una manera diferente de ver el cine bélico. Con un poco de imaginación y muchos superpoderes. A mí me vale.

Por Ander Restoy, Editor de Revanchamag

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