El mes pasado dedicamos las entradas al cine de la Primera Guerra Mundial a dos títulos relacionados con la aviación. La superproducción del millonario Howard Hughes, "Los ángeles del infierno" y una producción de menor presupuesto firmada por el maestro de la Serie B, Roger Corman: "El barón rojo". Hoy toca continuar con la aviación pero con el paso siguiente... el camino hacia la II Guerra Mundial.
Recientemente pude ver dos películas que guardaban una relación estrecha entre ambas. Una era una película de propaganda británica rodada durante la II Guerra Mundial (75 años tiene la película), y la otra era una película de Animación rodada en esta última década y nominada al Oscar de Película de Animación. ¿Dónde se ve la relación entre una en B/n y otra a todo color? En que ambas eran dedicadas a la memoria de dos ingenieros de aviones.
"El Gran Mitchell" (1942) dedicada a R.J.Mitchell, que sería el fabricante de los famosos Spitfire que tan bien defenderían Gran Bretaña del enemigo nazi. Y "El viento se levanta", dedicado a Jiro Horikoshi, ingeniero japonés creador del ya mítico Mitshubishi A6M Zero, un caza rapidísimo que engrandeció al imperio del Sol naciente durante los inicios de la II Guerra Mundial. Se trata, por lo tanto, de dos películas dedicadas a la fabricación de aviones que supondrían la evolución de aquellos aparatos de la Primera Guerra Mundial a los que se emplearían en los inicios de la Segunda.
El Gran Mitchell
El título original de esta película dirigida en plena II Guerra Mundial es "The first of the few", y hace referencia a la famosa frase de Churchill de que "Nunca en la historia de la humanidad, tantos debieron tanto a tan pocos". Esos "pocos" (few, en inglés) son los que hace referencia el texto, centrándose en la labor de los pilotos británicos que, a los mandos de los Spitire salvaron la isla del ataque enemigo.
Lo que esta producción de Leslie Howard nos enseña es lo que vino antes de la II Guerra Mundial. Aunque arranca explicándonos la situación tras el inicio de la guerra por parte de la Alemania de Hitler, a los 5 minutos el personaje interpretado por David Niven cuenta a sus pilotos la historia de como se gestó el milagro del Spitfire. A partir de ahí y en modo de flash-back se nos cuenta la biografía de Mitchell, quien fabricaría el Spitfire.
Mitchell (el propio leslie Howard) se haría famoso con un prototipo de avión hecho para carreras. Un hidroavión que sería todo un éxito y se llevaría durante varios años una copa famosísima, ganando la primera de ellas en Italia en los morros de uno de los jefes de Mussolini a quien mencionan como líder supremo y salvador. Primer mensaje del peligro del fascismo que se verá en la película.
El personaje de Niven (haría de piloto en esas carreras, contratado por Mitchell) y Mitchell llegarán un día a Alemania para unas pequeñas vacaciones. Una vez ahí una serie de alemanes arrogantes les dejarán prácticamente claro cual es el objetivo de la Alemania Nazi con Hitler en el poder y que el Tratado de Versalles había pasado hacía tiempo por el arco del triunfo parisino en lo que respecta a no poder fabricar motores.
El caso es que en esta secuencia tan descarada se nos enseña el peligro alemán. Mitchell y su amigo volverán a Inglaterra con una idea clara: fabricar un avión de combate capaz de ser ágil y rápido. El que sería conocido mundialmente como Spitfire. Mitchell, enfermo, dedicaría sus últimos meses de vida a pelear porque el proyecto saliera adelante y a la realización del avión. Ya en su casa descansando verá como su amigo pilotará el prototipo Spitfire con gran éxito... solo faltaba convencer a la Nación de la necesidad de fabricarlos.
Poco después Mitchell moriría, antes de iniciarse la guerra. Y en una pequeña secuencia final, ya vueltos a plena II Guerra Mundial, Niven y su escuadrilla saldrán a defender a Gran Bretaña de los "bandidos" enemigos. Con dedicatoria final incluida a Mitchell con una secuencia en la que se ve el cielo como si Dios estuviera allí, y a su lado Mitchell, mientras vuelan en esa dirección numerosos Spitfire. Su trabajo salvaría a Inglaterra y, con ello, a Europa de haber sido dominada por el Tercer Reich.
El Viento se levanta
Hayao Miyazaki se apartó de su terreno de confort del cine sobre personajes fantasiosos para retirarse de la dirección de películas animadas con este largometraje en memoria de un importante japonés. La película nos enseña momentos que trascenderían a lo largo de su vida como el Terremoto de 1923 que asolaría Tokio y sus alrededores, o el problema de la tuberculosis que también estaría presente en Japón. Eso sí, aquí se nos muestra a su mujer que padece tuberculosis y en la vida real no sería así, de hecho Jiro llegó a tener hijos. Con lo cual, aunque sus andanzas camino de su gran creación son ciertas, la película es ficticia.
Dentro de todas estas tragedias, vemos al personaje de jiro Horikoshi que va creciendo en su amor y afán por la aviación. Inspirado por el ingeniero italiano Caproni, uno de los pioneros del mundo de la aviación. Vemos como Jiro va creciendo desde el principio en la fabricación de un avión que contente al Ejército y la Marina japonés.
Será vital en sus conocimientos su viaje a Alemania donde descubrirá que los alemanes en vísperas de la II Guerra Mundial están 20 años por delante de ellos y que el objetivo es que esos 20 años se vayan reduciendo o, porque no, llegar a superar el nivel de la aviación alemana que sería aliada en la contienda.
"El viento se levanta" no es una película bélica, ni mucho menos. Aunque cuenta con alguna secuencia bélica que se muestra en sueños sobre la I Guerra mundial, la película es un drama con tintes románticos que muestra los años que dedicó Horikoshi a la invención del famoso mitsubishi A6M zero y a su relación con la que sería su esposa hasta que falleciera de tuberculosis.
En todo momento aparece Caproni, que será su maestro en sueños a lo largo de su vida. Clave me parece la secuencia final digna de mención. Tras haber conseguido hacer volar a una velocidad asombrosa su gran caza, se muestra una secuencia donde numerosos cazas vuelan hacia el horizonte. Ahí aparece Caproni a hablar por última vez en la película y Horikoshi, con pena, le dice que no ha servido de mucho puesto que "ninguno volvió", en clara referencia a la guerra que sería la destrucción de Japón y de poco serviría sus grandes esfuerzos que acabarían con la derrota japonesa.
En apenas medio minuto Miyazaki nos pasa de antes de la irrupción de Japón en la II Guerra Mundial a modo oficial al final de la contienda, sin necesidad de batallas ni dramatismos, puesto que la película realmente concluye con su gran obra culminada.
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