Vaya por delante que "El instante más oscuro" no debe ser vista como una película bélica. A pesar de que aparezca junto al término "Drama" en todas las reseñas, se trata de un drama político con todas las de la ley, que sigue estrictamente bastantes de las normas que tienen este tipo de largometrajes. Que haya un conflicto bélico de fondo no lo hace más interesante que cualquier otro drama político como pudiera ser "Lincoln".
Y es en ese aspecto donde Darkest Hour se define a la perfección. Dos horas donde se abarca un periodo muy corto de tiempo de la II Guerra Mundial, las horas oscuras donde Churchill fue escogido para ser Primer Ministro del Reino Unido, hasta que dio su ya tan famoso y cacareado discurso ante el Parlamento logrando una gran ovación, con un mensaje claro a Hitler: "Nunca nos rendiremos".
De eso van las dos horas de "El instante más oscuro", de la no rendición y supervivencia británica (que este año ya vimos en Dunkerque, de Nolan) durante sus horas más bajas ante una Potencia emergente como era la Alemania Nazi, y de como a Churchill le cayó el puesto del cielo y le tocó lo que hoy en día conocemos como "marrón" de narices, perdonen la expresión.
Todo lo demás es puro atrezzo de su director, Joe Wright, que en su segunda incursión en la II Guerra Mundial (o tercera si incluimos el arranque de su fallida "Pan") vuelve a demostrar que lo suyo son los dramas de época. Pero toda la parafernalia ideada, desde un gran diseño de Producción, una fotografía delicada y un vestuario y maquillaje logrados (mención destacada a la conversión física de Gary Oldman como Churchill) queda relegada por desgracia a un segundo plano por la gracia (y a la par) culpa divina de Oldman.
Porque es indiscutible que bien sea porque el film era más dedicado a su persona que a todos los hechos que acontecieron, o porque directamente se ha querido aprovechar el tirón de una interpretación de Oscar (que se lo vayan dando), todo lo que rodea a Churchill acaba quedando insípido. Desde el papel de Scott Thomas como su mujer, relegado a tres secuencias y a casi florero, el de Lilly James, algo más importante pero sin la suficiente chicha que parece vaticinar los primeros diez minutos de película o el de los secundarios que, cual traidores de Roma, cuchichean por las paredes.
Todo queda totalmente relegado cuando Oldman hace la película totalmente suya. Que se incluyan dos o tres fragmentos bélicos (dos y ese plano de los barcos de civiles camino de Dunkerque) que apenas suman entre todos ellos un minuto en pantalla, donde los Efectos visuales cantan a la vista acaba quedando casi de sobra, mero espectáculo de transición entre escenas, como es desaprovechar algo más la chicha de algunos personajes.
Porque al final, "El instante más oscuro" peca de cargar descaradamente el peso en un personaje y contemplar como las secuencias donde Churchill no está no acaban de quedar bien definidas o de encajar en el conjunto. Aún así el pulso narrativo de Joe Wright es suficientemente bueno para que Darkest Hour logre salir de las playas de Dunkerque y sobreviva, como sobrevivió el Reino Unido de Churchill a la guerra.
Porque si algo tiene este director es que es especialista en dramas de época. Lo hizo con "Orgullo y prejuicio", lo constató con "Expiación" y, aunque en menor medida, lo logra aquí, donde el film acaba siendo un lienzo bien trabajado en los aspectos técnicos y bien llevado a cabo por un actor que directamente ES el personaje. Oldman y el equipo de la película merecen muchos elogios, pero el guión y un montaje tan clásico como definitivamente algo pesado acaban por suavizar la película una vez puestos en situación.
No pasa nada, aún así Darkest hour es un interesante relato dramático que viene a ser lo que "13 días" fue a la crisis de los misiles, un drama político de guerra donde una mala decisión puede acabar con muchas vidas, y donde el reloj va irremediablemente iniciando su cuenta atrás. Buena película, mejor interpretación, y las dudas de qué hubiera sido de haber sido otra película.
Nota: 6,25
Lo Mejor: Oldman, Oldman y Oldman
Lo Peor: Que no se defina como es debido, pudiendo haber abarcado algunos terrenos más y ganando en (Además de metraje) interés.
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