El discípulo del diablo (Guy Hamilton y Alexander MacKendrick, 1959)

Penúltima parada del año en el cine histórico, si bien hoy nos acostamos bastante más que otras veces al género que pudiera considerarse bélico. "El discípulo del diablo", iniciada por Alexander MacKendrick, que fue despedido, y acabada por Guy Hamilton ("La batalla de Inglaterra") está ambientada en la Guerra de Independencia USA.

Se trata de un conflicto no muchas veces representado en el cine y, por ello, me ha resultado atractivo visualizar una rareza un tanto olvidada vayan ustedes a saber por qué. Ya que "El discípulo del diablo" está protagonizada por Kirk Douglas apenas un año antes de ser "Espartaco", secundado por Burt Lancaster, estrella también del momento, y de secundario villano en discordia, nada más y nada menos que Laurence Olivier.

Con semejante repartazo, ya su escasa duración (85 minutos) llama la atención, igual que su tono, que si bien no parece arrancar como comedia más allá de alguna pillería, poco a poco llega a ser una comedia casi desenfrenada en su tramo final. El resultado es una peculiar cinta histórica de aventuras, un drama cómico de lo más curioso. Apto, eso sí, para amantes de semejantes actores y de un conflicto interesante como la Guerra de Independencia.

Lo más llamativo de la propuesta son los fragmentos animados. En Blanco y negro, como la película, las escaramuzas y movimientos de tropas se realizan mediante secuencias o escenas cortas donde vemos una especie de animación de muñequitos de cartón en 3D. Digna de ver, ya que no es algo que haya visto antes, y parece aislar al espectador del drama al que parece asistir.

Porque "El discípulo del diablo" arranca con una ejecución mediante ahorcamiento, y concluye con una escena donde también el objetivo es colgar a alguien. Entre ambas escenas, una trama donde Kirk Douglas ejerce de bribón, un viva la vida que parece alejado del movimiento independentista que le rodea. Él, lejos de casarse con nadie, vive por cuenta propia. Eso sí, el hecho de recuperar el cuerpo de su padre, ajusticiado ese día, para darle sepultura, marcará el devenir de la película 

Alerta spoilers

Es imposible hablar de la película, con algunos enredos, sin entrar en harina y mencionar elementos llamativos de la misma. Ya que en su intento por encubrirle, el monseñor (cura) del pueblo (interpretado por Burt Lancaster) alojará a Douglas pese a no llevarse bien, para evitar que le atrape el ejército británico, con ganas de marcha por el secuestro del famoso cadáver.

En ellas quedará Douglas junto a la mujer del cura, a quien desea (ella le odia) cuando sorprendentemente los militares entran en su casa a atrapar al cura. Con él ausente, y creyendo que el personaje de Kirk Douglas es el cura, se lo llevarán. Lejos de querer librarse, en un giro de su modo de vida, el bueno de Kirk, en plan héroe, asumirá su destino, por salvar la vida del pater, algo que sorprende a la mujer de este, que quiere decir la verdad.

Con juicio al más puro estilo "Senderos de gloria", pero con un Douglas desencadenado y burlón, el tramo final de la película resulta muy divertido. También apoyados por ese dúo que interpretan Laurence Olivier, más cómico que nunca, y Harry Andrews. El superior y su subordinado, ambos con ideas bien diferentes de ese conflicto. Uno lucha porque es su deber pero parece tomarse todo con humor británico asumiendo la futura derrota; mientras tanto, Andrews parece querer sangre, venganza, cuerpos colgados y su mala baba contrasta con el poli bueno de Olivier.

Esas escenas entre británicos resultan divertidas y estimulantes, mientras que en el bando Yankee Douglas y Lancaster también logran algún momento particularmente divertido en sus conflictos, bien sea por sus labores con su país, bien sea por el amor de una mujer o, simplemente, en pos del espectáculo.

La película acaba, con alguna escena de acción y con cierto humor, que nos devuelve al Lancaster de "El temible burlón". Con guasa, con amor, drama judicial, acción... "El discípulo del diablo" acaba siendo una película casi inclasificable en la filmografía de todos y cada uno de sus actores, incluso del propio director. Un rato agradable, una película que de ser más reconocida y tener doblaje al castellano no cabe la menor duda que rellenaría algunas mañanas de La2 o tardes de CineTrece. La diversión está garantizada en una rareza que recomiendo.

Nota: 7

Lo mejor: Su repartazo, y el buen humor que desprenden todos ellos. ¡Ah! Y las secuencias animadas.

Lo peor: Que se toma poco en serio. Y se puede echar de menos una película de esta calidad pero más seria, sobre el conflicto.

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *