Warfare (Alex Garland y Ray Mendoza, 2025)

Durante el rodaje de "Civil War" el director Alex Garland tuvo de ayudante para las escenas militares a un veterano de la Guerra de Irak: Ray Mendoza. Fue tal la estrecha relación entre ambos que de la colaboración se pondrían juntos manos a la obra en una nueva incursión bélica basada en una experiencia de combate de Mendoza. El resultado de la misma es "Warfare".

Sin mucho bombo ni platillo, y sin tanto tirón en nuestras fronteras (no tantas copias como "Civil War") la película pasó desapercibida entre el público, si bien las críticas y voces de quienes la vieron la ponían bastante arriba. Una vez vista he de reconocer que, lejos de lo que propone en "Civil War", en "Warfare" nos metemos de lleno en lo bélico.

Apenas hora y media donde su última hora es frenética a más no poder. No tanto por lo que acabe pasando como por todo el viaje. Garland y el propio Mendoza honran a los suyos dotando de un realismo casi documental a cada frame que inunda la película. Con un enemigo al acecho pero prácticamente invisible como si se tratase de "La patrulla perdida" de Ford, la fuerza visual de la película se centra en sus protagonistas y lo que vemos.

Spielberg marcó el camino del género, pero si hay una película a la que equipararse o mirarse en el espejo, esa es, sin duda, "BlackHawk derribado". La cinta de Scott sigue siendo una delicia bélica para los puristas del género que buscan el realismo y no tanto ser engatusados con una trama que sea una mera excusa: la guerra por los guerreros y para quienes viven de ella.

Y ahí "Warfare" nos mete de lleno en la batalla. Como si de uno de los periodistas que acompañaban a soldados en "Civil War", el espectador entra de lleno entre las cuatro paredes donde resisten y aguardan los marines protagonistas de la producción. Sorprendidos por un enemigo superior y acorralados, intentan ser rescatados y sobrevivir.

El estrés de combate, los heridos, los muertos, cuerpos desmembrados... No es que no se haya visto antes, pero lo que Garland y Mendoza hacen a la perfección es centrarse en un pequeña historia y arrasar con ella sin dejar prisioneros a su paso. Tampoco es que el combate como tal nos asedie, simplemente asistimos a soldados en un momento de máxima tensión y a su manera de reaccionar tan impredecible como realista.

No se puede obviar, no obstante, que a "Warfare" le puede faltar algo de alma. No acabas congeniando con ningún protagonista precisamente porque no nos cuenta apenas sus vidas ni qué hacen ahí ni siquiera se le da epicidad a algunos tramos. "Warfare" se deja de películas porque Garland, intentando ser Fuller, quiere llevar la guerra a los espectadores. Y, en ese sentido, lo consigue.

La corta duración cumple con su propósito de llegar a ser una película que va al grano y no deja respirar al espectador con una tensión muy bien llevada. Eso sí, al mismo tiempo, uno acaba la película con sensación de querer algo más. Pero los hechos son los hechos y pedir más supondría ficcionar e inventar más de la cuenta. Y "Warfare" no es esa película que busque héroes ni medallas. Simplemente, nos mete en la guerra de lleno.

Nota: 7'5

Lo mejor: El asedio constante al espectador que, como sus protagonistas, no sabe de dónde vendrá el próximo proyectil.

Lo peor: Su tono casi de reportaje hace que se pierda parte de la esencia del cine. 

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