Hoy dedico una breve entrada a Gerardo Herrero. Su nombre no sonará a muchos, ya que ni tiene una filmografía con grandes títulos ni se ha metido tanto en el cine bélico como para que os suene. Sin embargo, tras visionar el thriller "Raqa", ambientado en el conflicto Sirio, tocaba dedicar unas líneas a Herrero por un motivo claro: Haber tocado tres conflictos bélicos diferentes en el cine siendo español.
La ecuación cine bélico+director español suele ser una rareza en las últimas décadas. Los dramas ambientados en la Guerra Civil son la única excepción (y últimamente los hay menos), pero el hecho es que Herrero no ha tocado jamás la Guerra Civil en el cine, y sus tres conflictos narrados son: La guerra de Bosnia (o los Balcanes), la II Guerra Mundial y, por último, el conflicto Sirio.
En los años 90 uno de sus primeros largometrajes fue llevar a la gran pantalla una novela de Arturo Pérez Reverte: "Territorio Comanche", mostrando la labor de periodistas españoles para informar sobre el conflicto bélico en la ex Yugoslavia. Imanol Arias y Carmelo Gómez eran los dos protagonistas principales de la propuesta.
Tuvieron que pasar 15 años para que Gerardo Herrero volviese a la Guerra, atreviéndose con la División Azul en "Silencio en la nieve". Juan Diego Botto era la estrella protagonista de esta nueva incursión en lo bélico por parte del director; de secundario, nuevamente contó con Carmelo Gómez. Eso sí, se alejó de un film bélico al uso donde mostrar lo que le sucedió a los miembros de la División Azul, para hacer un thriller policiaco.
Por último, en 2024 se metió en el conflicto sirio con un thriller de espionaje con dos estrellas del panorama seriéfilo español: Álvaro Morte (el profesor de "La casa de papel") y Mia El Hammadi ("Élite"). Interesante relato teniendo en cuenta lo difícil de hacer un thriller de espionaje en los confines del mundo, con el cine bélico de por medio.
Obviamente este texto tiene truco: No consideraría "Raqa" un film bélico, y dos muescas en el género (y ambas con matices) no daba para mucho más que rendirle este pequeño tributo. Es difícil ver a un director español atreverse con diferentes conflictos bélicos, Galparsoro ya salió escaldado de la Guerra de Kosovo (rodada en Andorra) con "Guerreros" y apenas flirteó con Irak en un thriller posterior donde la guerra apenas era el detonante.
Si nos diera por escarbar algo más atrás en el tiempo, podría encontrarse algún director español con tres títulos bélicos en su haber; tal sería el caso de Pedro Lazaga, que de sus noventa títulos que incluyen todo lo bueno (y casposo y malo) del cine español sesentero (con Paco Martínez Soria o Alfredo Landa a la cabeza) y los títulos bélicos más llamativos de la época como "La patrulla", "La fiel infantería", "El frente infinito" y "Posición avanzada".
Este también sería el caso de José Luis Merino, autor de spaghetti Westerns de medio pelo y algunas bélicas del mismo estilo con presupuesto flojo y actores internacionales de poco caché. Así dirigió "La batalla del último Panzer", "Comando al infierno" y "Consigna: matar al comandante en jefe"; o del argentino León Klimovski, con amplio repertorio en el Terror o Western del momento.
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