Los hombres del S.A.S. Temporada 2 (crítica)

Hace un par de años irrumpió vía Max una serie bélica de la BBC bajo el título de "Los hombres del S.A.S." (Rogue Heroes en el original). Un grupo de gamberretes dispuestos a reinventar las reglas de la II Guerra Mundial y actuar tras las líneas enemigas en misiones, en algunos casos, suicidas.

Recuerdo disfrutar con una primera temporada que, no obstante, tenía altibajos. Es más, de aquella los entrenamientos y cómo se organizaba el regimiento era mucho más interesante y atractivo que la acción en sí. La Banda Sonora, repleta de himnos Punk/rock british también tenía su punto.

Separada la tricefalía de aquella temporada, y ahora con un protagonista (Jack O'Connell) al frente y un secundario en una prisión para no perder de vista a otro de los fundadores del S.A.S. la serie vuela, quizás, mucho más libre. El nivel de gamberrismo sigue presente y la sucia guerra, más sucia que nunca, sirve de pretexto para que el creador de la serie (el mismo que Peaky Blinders) se luzca.

No exenta de algún que otro momento dramático, esta segunda temporada (centrada en Sicilia e Italia) nos muestra territorio europeo. Y, si bien no es el siempre atractivo desembarco de Normandía y el avance por Francia y Bélgica, sale más que airosa del envite. Sin duda, he disfrutado mucho más de esta segunda temporada que de la primera.

O'Connell sigue siendo ese personaje malhablado y con tintes de incomprendido; sigue recitando poesía mientras está en el combate; pero vemos aspectos más humanos de él. Se rodea de una buena ración de secundarios y, ¡ale! a guerrear. 

La serie muestra la partición de Italia, entre los reacios a Mussolini y los partidarios. Con partisanos ayudando a combatir, y algunas escenas con asaltos a localidades italianas, realmente logradas. Ya avisa su primer 'fregao' bélico con ese desembarco donde tiene la obligación de no recoger a soldados que han quedado en el mar porque sus planeadores han caído sin llegar a destino.

A partir de ahí todo lo que sucede al S.A.S. es una vorágine macarra, acompasada por gran musica y donde cada misión o ataque alemán conlleva su peligro. Quizás, solo quizás, la parte centrada en una prisión italiana para no dejar de lado al fundador del regimiento, no esté, por lógica, al mismo nivel. Pero sirve de contrapunto para no realizar una serie al uso donde únicamente veamos a Paddy Maine y los suyos.

Si os gustaron los ingredientes de la primera temporada, creo que esta segunda os puede llegar a gustar más. Quienes no casasen con esa música atemporal a los hechos y no disfruten con sangrías que pudiera firmar Tarantino, no hace falta que le deis una segunda oportunidad. Personalmente, he disfrutado tanto, que mejora la nota global de la serie. Y huele a que lo mejor está por llegar, con ese sensacional broche final a la temporada.

Nota: 8

Lo mejor: Paddy Maine y los suyos. El frente italiano nunca lució tan bien en pantalla.

Lo peor: Tener que esperar para ver cómo continúa.