La película era atractiva en su envoltorio, mostrando el lado detrás de la puerta de los captores. Una familia, la del oficial alemán al mando de Auschwitz, y su modo de vida pared con pared con el campo de concentración. Con una peculiar utilización del sonido, sin mover la cámara en exceso, con mucho plano estático y dejando que la acción (escasa) se muestre en plano, "La zona de interés" procura mostrarnos el horror de una manera diferente.
Y lo logra. Resulta incómodo ver la actuación de los dos padres de familia, en especial la de una mujer que en todo momento, sin necesidad de mostrarse antisemita del todo, muestra total indiferencia a lo que sucede. El hecho de estar viviendo en la casa soñada (según ella) cuando a su alrededor huele a cenizas y muerte es un claro indicativo de que su confort es independiente al holocausto.Glazer muestra los intestinos de esas personas. Y esa verdad incómoda de quienes convivieron y callaron, de quienes vivieron de ello, es lo que más llama la atención de la película. Sin embargo, pese a lo artístico de la propuesta, he de decir que yo a una película le pido más, bastante más. No soy aficionado a ese cine costumbrista, lento, al drama que muestre el día a día... Pero sí que me han encantado no pocas películas sobre la temática y, en "La zona de interés" acabo teniendo la misma indiferencia que sus personajes principales.
La culpa no es de la idea, atractiva a más no poder. La culpa se la echo a que quizás no era el día indicado para verla o a que lo peculiar y particular de "La zona de interés" genera y capta dicho interés pero es muy difícil mantenerlo durante más de hora y media.Además, por muy artístico que pueda parecer, su inicio tan sobrio, con más de 3 minutos de pantalla en negro, no me convenció. Como tampoco lo hizo, quizás ya por estar desapegado y desconectado a su propuesta, ese final que pretende ser demoledor, donde se nos muestra el Auschwitz actual. La misma indiferencia de la familia, vista desde quienes trabajan ahí limpiando lo que ahora es un museo temático.
Me fastidia no haber 'disfrutado' (si es que es la palabra adecuada) o conectado con la cinta de Jonathan Glazer. Porque le tenía muchas ganas, por lo bien que la trató la crítica, por la temática y por el prisma desde el que pretende vendernos todo. Pero el drama familiar, tan aislado del mundanal ruido de la cámara de gas, acabó conmigo. Y eso que no son pocas las virtudes de la cinta.En resumen, asistí a hora y media de un proyecto artísticamente particular e interesante, pero cuyo contenido y formas acaban aburriéndome. No me malinterpreten, no creo que "La zona de interés" sea una mala película. Y no pondré un pero a quien me diga que fue lo mejor del año pasado. Pero, sintiéndolo mucho, no ha captado toda mi atención ni de lejos. Una lástima.
Nota: 5
Lo mejor: Lo particular de la propuesta
Lo peor: Lo aburrida que me ha resultado.
Comentarios
Publicar un comentario