Mark Robson y el cine bélico

En mi periplo descubriendo directores o actores más bélicos de lo que uno pueda recordar he dado con el nombre de Mark Robson, un director sin grandes títulos en su filmografía pero que tocó los conflictos bélicos en varias ocasiones.

Su carrera como director arranca en plena IIGM, pero no sería hasta 1949 que tocó el género. Ese año dirigiría la que probablemente sea su largometraje más mítico: "El ídolo de barro" con un inmenso Kirk Douglas. Sin embargo, no es esa película del género bélico y sí otro título de ese año: "Clamor humano" (Home of the brave) película ambientada en la campaña del Pacífico y que tuvo el racismo como punto de partida. En el reparto, como rostro conocido, Lloyd Bridges.

En 1951 iría a la guerra por partida doble. Si bien en ambos casos, con el melodrama por protagonista y el conflicto más de fondo. En "No quiero decirte adiós" contó con Dana Andrews, y una de esas tramas sobre la vida de civiles y lo que influye la guerra en sus vidas. Dos hermanos serán llamados a filas para ir a combatir a Corea, removiendo las vidas de sus respectivas parejas y familias. La otra película de ese año es "Nuevo amanecer", con el Norte de África durante la IIGM como telón de fondo y un sargento (interpretado por Arthur Kennedy) que es herido y va perdiendo la vista.

Hasta el momento estoy hablando de títulos que no he tenido el placer de ver y, por lo tanto, es difícil hacerse una idea de la experiencia de Mark Robson en el cine bélico. Por suerte, no regalo textos a quien no tiene alguna muesca mínimamente reconocida, salvo causas salvajes (filmografías repletas de cine bélico de Serie B). Por ello, en 1954 llega una película que sí la conoceréis mucho más: "Los puentes de Toko Ri".

Quizás no sea perfecta, ni mucho menos, pero se trata de una de las míticas del cine sobre la Guerra de Corea, gracias a lo que propone. William Holden como estrella y una misión suicida en su tramo final. Antes, eso sí, da tiempo a contemplar el hastío de quien ya ha dado su vida por su país y, pese a ello, continúa en un nuevo frente, tan lejano como el anterior pero cuya causa ya no es tan sagrada. Interesante título de hazañas bélicas aéreas.

En 1958 dirigía a Ingrid Bergmann y Curt Jürgens en una película ambientada en la Guerra Chino-japonesa: "El albergue de la sexta felicidad", película que muestra la gesta de una misionera británica en 1938, cuando logró llevar a 100 niños a través de las montañas. Esta película está disponible en Filmin y de ella hablé cuando narré la filmografía de Curt Jürgens.

En la década de los sesenta, Robson dirigiría un par de títulos bélicos más. Probablemente, junto a "Los puentes de Toko Ri", sus otras dos muescas más reconocidas entre los puristas del género bélico. Primero fue el turno de "El coronel Von Ryan", título a mayor gloria de Frank Sinatra en el rol de un prisionero de guerra norteamericano en la Italia de la II Guerra Mundial, y la fuga que realizará, rumbo a Suiza, junto a otros prisioneros de guerra.

Dicho título data de 1965. Apenas un año después, estrenó la que sería su última película bélica: "Mando perdido", con Anthony Quinn dr protagonista y que toca el conflicto de Argelia, tras mencionar Indochina.

Así pues, II Guerra Mundial en Europa o Pacífico , Corea por partida doble o Argelia, son diferentes conflictos bélicos en el cv de Mark Robson, al que se podría sumar la Guerra Fría, presente en "El tren de los espías", el último largometraje de su carrera.

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