A principios de los años 20, y tras la Gran Guerra, el escritor checo Jaroslav Hasek publicó cuatro tomos de "Las aventuras del valiente soldado Svejk". La obra, considerada una de las cumbres del país checoslovaco fue la última en la que trabajó el autor. Su repentina muerte por tuberculosis propició que esta quedase inacabada. Habiéndose escrito cuatro de las seis partes que la compondrían.
La novela, y la película que vengo a comentar, parten del mismo punto, sin invenciones, y abarca los inicios del conflicto desde el punto de vista de su protagonista: Svejk. Basándose en su vida y experiencias como punto de partida, Hasek lanzó una obra satírica sobre un hombre acusado de ser antimonárquico en Austria-Hungría tras el asesinato de Francisco Fernando en Sarajevo.
A partir de ahí veremos diferentes fragmentos, pasando por el loquero, el hospital militar... Todo para narrar las desventuras (más que aventuras) del soldado Svejk. Un hombre peculiar y loco a partes iguales; de los que no filtra nada de lo que pasa por su cabeza. Histriónico por momentos, alocado, héroe o villano. "Las aventuras del valiente soldado Svejk" acaban siendo sketches con sarcasmo y humor sobre un tema lo suficientemente serio como la guerra, o sobre (dicho sea de paso) la salud mental.
Cabe señalar que en 1955 se hizo una película animada. Pero lo que vengo a comentar hoy es la primera de las dos partes que, consecutivamente, vieron la luz en 1956 y 1957 con la dirección de Karel Stekly, con Rudolf Hrusinski de protagonista. Señalar que, a los más belicoseros puede que no le guste esta película, ya que la novela de Hasek, inacabada, alcanza hasta las puertas del combate, no llegando a combatir en las trincheras.
El primer largometraje se inicia con los hechos del atentado del archiduque Francisco Fernando. Una escena breve de la que se pasa a los créditos y, una vez concluidos estos, nos hace la presentación de Svejk.
Asistimos entonces a una serie de sketches en los que el protagonista va dando tumbos por la vida civil y militar. Cual Lazarillo de Tormes, irá cambiando de 'amos' en una curiosa vida que le llevará a estar de militar/sirviente de un borrachillo y jugador de cartas sacerdote del gremio militar, o de un mujeriego Teniente.
Pero a diferencia de un Lazarillo que iba aprendiendo en cada sitio, Svejk ya viene aprendido y no hay escena donde no tenga en mente un ejemplo vivido en tercera persona o escuchado en alguna taberna que ponga de manifiesto su experiencia en tales lides.
Los 100 minutos de la película transcurren entre el humor en ocasiones fino y en otras grueso, como esa fiesta con mujeres montando a hombres (no malpenséis). La película trata la Gran Guerra, pero desde las bambalinas y la retaguardia de quienes viven bien lejos del combate sin padecerlo. Una guerra lejana en todo momento, pero presente, como muestra ese hombre al que diversos oficiales caídos en combate le debían dinero y este iba a reclamarlo al sacerdote.
Una crítica a la sociedad del momento, ajena o silenciada a la guerra, pero, sobre todo, a los estamentos militares y cómo vivían en el despilfarro, la fiesta o los caprichos arbitrarios del Coronel de turno, mientras en el frente morían a patadas.
El largometraje concluye de manera abrupta y rápida, pero demoledora, con nuestro querido Svejk siendo enviado cerca del frente junto al Teniente del que cuida en ese momento. Le vuelve a salir la vena patriótica y monárquica que suena a chiste saliendo de su boca... Y lo que le deparará el futuro estará presente en una segunda parte de la película, estrenada un año después.
Nota: 6'5
Lo mejor: La peculiar idiotez o brillantez del personaje principal
Lo peor: Un humor tan checoslovaco que no nos hará reír a carcajadas pero que en la época provocaría risas en las salas de cine de su país.
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