La película narra la hazaña de Nicholas Winton, que en su juventud, en 1938 y previa irrupción del conflicto, salvó a casi 700 niños judíos de la Checoslovaquia invadida por los nazis. Una gesta sin el reconocimiento cinematográfico que tuvo Oskar Schindler.
El cartel luce a un Anthony Hopkins que trabaja con el piloto automático en una trama donde bien podría sobrar su personaje. Pero en el empeño por relatarnos los hechos no debía dar para un largometraje con los mismos y dividir esfuerzos fue la solución.
Una pena que, como otras tantas veces, un drama con ambiente de II Guerra Mundial quede relegado a ser una especie de NODO, de documento sencillo a favor del héroe del día, fallando la innovación o las formas.
Se puede entender la cobardía a ofrecer algo diferente, pero si ofreces lo mismo que otros documentos parecidos, es el ritmo y las interpretaciones las que deben elevar la película a ser recordada. En "Los niños de Winton", por desgracia, no hay tales cosas.
Nota: 5
Lo mejor: El relato
Lo peor: Lo que hacen con el relato.
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