La película dirigida por David Miller se basa en la novela de Leo Rosten y va alternando comedia y drama a lo largo de dos entretenidas horas. En ese tiempo vamos contemplando diferentes Sketches o escenas cómicas pero la trama avanza en el tiempo con las escenas dramáticas, centrándose en tres diferentes pacientes y sus problemas mentales.
Un Coronel que ha perdido la cordura interpretado por Eddie Albert ("El día más largo" o "Attack"), un soldado que estuvo un año bajo una casa en Francia (Robert Duvall) y un piloto que ha perdido la cordura y toca volverle a poner en circulación son los tres secundarios de lujo. Eso sí, durante la propuesta, las ocurrencias del camillero Curtis nos sacarán alguna sonrisa, sobre todo cuando su humor choca con el amago de seriedad del Capitán Newman.Una enfermera interpretada por Angie Dickinson nos ofrecerá, junto a Peck, la nota romántica de la producción. Si bien no se abusa en exceso del amorío o romance y sí pone empeño en las personas. Es ahí donde la película gana enteros, sobre todo cada vez que Curtis intenta suministrar o ayudar a los enfermos con canciones y momentos hilarantes.
Especial mención en el ámbito cómico es el festejo de Navidad con el que cierra la película. Un grupo de prisioneros italianos que han sido enviados al Hospital por falta de espacio en otros lugares (al ser psiquiátrico es el único espacio donde se cierra con llave) cantan y bailan como si fuesen indios una mítica canción hebrea. El personaje de Curtis es de apellido hebreo y les enseña dicha canción como petición de los italiamos de aprender algún tema de indios nativos americanos.El buenrollismo y las buenas intenciones están en pequeñas dosis a lo largo de la película. Sin embargo la seriedad de un hospital psiquiátrico hace mella en las pequeñas historias que se nos muestran. De este modo el fatal desenlace de una de ellas marcará al capitán Newman y al espectador por el shock de la escena en sí con suicidio incluido.
Del mismo modo la historia que parece tener final feliz no acabará siendo tanto. La llegada de noticias de un ex paciente fallecido en combate el mismo día en que celebran la Navidad dejará ese punto agridulce en el final de la película. Se ha de ser consciente que se buscaba eso exactamente, la incomodidad de una situación, la de un hospital psiquiátrico donde no hay margen de error y donde dar un alta implica dar el billete a esa persona para volver a la guerra.Por mucho que Tony Curtis como maestro de ceremonias del espectáculo navideño se esfuerce, la sensación de mezclar en la coctelera humor y drama (con ligero toque romántico) no acaba de cuajar del todo, quedando la película bastante partida en dos. No en dos tramos, si no en dos películas diferentes que se vayan alternando.
Asistimos a una buena comedia y a una buena película dramática, pero ambas en conjunto no potencian ni mejoran a "El capitán Newman". Quedando un interesante y entretenido drama cómico pero dejando la sensación en el espectador que podría haber dado más de sí. Sobre todo porque si bien no llegan a la altura del dueto Grant-Curtis de "Operación Pacífico", el Peck-Curtis merece la pena.
Nota: 6
Lo mejor: El personaje de Tony Curtis cuando le dejan suelto.
Lo peor: No congenia del todo la mezcla drama-comedia.
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