El último torpedo (Joseph Pevney, 1958)

Hoy nos sumergiremos un poco a profundidad de periscopio para hablar de uno de esos títulos que bien podrían haber entrado en la sección #AventurasSubmarinas. Se trata de "El último torpedo", un clásico de submarinos en el Pacífico un tanto olvidado y que tiene como carta de presentación el contar con Glenn Ford y Ernest Borgnine como dúo protagonista.

La película, dirigida por Joseph Pevney llegó en 1958, el mismo año que "Torpedo". Y pese a que ambas tienen alguna similitud, como repartir el peso entre dos oficiales, el Pacífico o una trama que parece asemejarse a Moby Dick, son dos películas diferentes en el acabado o en las actuaciones. Ni siquiera los títulos originales son traducciones literales.

"Torpedo run" arranca con una premisa bastante atractiva y que engancha de cara al espectador: La obsesiva caza de un portaaviones por parte de un oficial y su segundo y el duelo y debafe moral de cómo actuar al saber que están utilizando como escudo un barco repleto de prisioneros civiles donde es muy probable que esté la familia del oficial interpretado por Ford.

Sin embargo, esa premisa no está del todo bien ejecutada. Dos o tres flashbacks evitan que se genere la tensión necesaria exceptuando en el momento cumbre. Sí, no van los 95 minutos de largometraje destinados a ese momento y esa decisión, sino al tramo inicial. Con lo cuál tenemos un claro clímax o punto de emoción cuando apenas llevamos una veintena de minutos.

No es lo único en lo que la beligerante película sorprende. Acto seguido asistimos a la entrada a la bahía de Tokio en un amago de plagio del gran clásico submarino del Pacífico: "Destino Tokio". El posible anticlímax posterior apenas dura diez minutos en eo mejor de los casos, ya que nuevamente irán al combate a buscar el portaaviones.

El resultado de esos tres intentos de acabar con el portaaviones hace que la emoción de la película vaya decreciendo. Es muy interesante el punto de tensión del minuto 20. Después asistimos a sobrevivir a minas antisubmarinas y cargas de profundidad. Y pese a que el final también tiene (no quiero desvelarlo) algo que genera emoción e incertidumbre al asunto, la ejecución a trompicones de ese final le hace perder, por momentos, el ritmo.

Pese a no resultar todo lo estimulante que pudiera haber sido, y pese a que su dúo protagonista tuvo más nombre que notables actuaciones (en esto "Torpedo" le gana por goleada) acaba resultando un clásico submarino que no puede enmarcarse en Serie B pero que de los de la A quizás sea de los menos logrados. No obstante, asistimos a un espectáculo submarino con topicazos y que cumple los cánones del subgénero.

Quizás uno de sus errores sea el escaso carisma que desprende su protagonista principal. La trama debería dar para una dura situación mental (casi de colapso) en el oficial. Pero dicho colapso no se da o no está bien resuelto. Respecto a las similitudes con "Moby Dick" el montaje y el guion no dejan claro en un principio de donde viene la obsesión de su Capitán con dicho portaaviones. Y la manera poco elaborada en que intenta darle caza tampoco ayuda a acabar de ver claras las similitudes con el Capitán Ahab, que por argumento debería haberlas y que en "Torpedo" quedan bastante más claras.

No le podemos pedir mejores cosas a una película con un actor reconocido pero que está lejos de ser de lo mejor del cine clásico y una dirección un tanto atropellada. Pero es de esas películas que si la pillas en la tele una mañana o tarde de sobremesa puede llegar a enganchar y entretener a quien pide justo lo que da: Topicazos submarinos y momentos de tensión de los que salir airosos.

Nota: 5'75

Lo mejor: El punto de partida.

Lo peor: Algo desaprovechado el argumento.

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