Llega la hora de la verdad. La hora de conocer mi quinteto de películas favoritas del cine bélico de habla no inglesa. Como no podía ser de otro modo, una amplia cifra de cine alemán compone una lista donde ye incluido una comedia española.
Una de las películas de mi infancia, pero que el paso del tiempo me ha hecho bajar algunos peldaños. La batalla en la nieve contra los tanques sigue siendo de mis preferidas del género y toda su primera hora bélica es de gran nivel. Quizás el centrar la trama en unos pocos soldados y ese tramo final más dramático y algo estirado me hace verla con otros ojos. Pero estamos ante una gran película bélica europea, que se centra en una de las batallas más sangrientas de la II Guerra Mundial.
Bruno Ganz de maestro de ceremonias como Hitler. Gracias a él y su empeño logran este meritorio cuarto puesto. También es de los títulos imprescindibles para muchos internautas seguidores del blog que la sitúan entre las 25 mejores del género bélico. Una buena historia y la recreación de aquel final del III Reich de una forma dramatizada y con muchos rostros históricos conocidos empezando, como he mencionado, con el mismo Hitler o Goebbels. Brillante recreación del colofón de la fiesta nazi.
El cine español no es muy apañado con el género y se ha alejado siempre que ha podido del aspecto bélico para narrar la Guerra Civil. En esta ocasión tenemos al mejor director de la historia del cine español, el gran Berlanga, con una comedia dramática con la guerra de fondo. Las fiestas de un pueblo cercano al frente sirven de excusas para poner a nacionales y rojos y repartir a diestro y siniestro. El director atiza a todos y esa vaquilla, dejada muerta por nada en tierra de nadie, bien representa de forma agria lo que ambos bandos hicieron con España.
Renoir, el director (que no el pintor), quiso lanzar un mensaje de paz a las crecientes dictaduras en Europa. El objetivo era concienciar de la absurdidad de la guerra. Su mensaje no fue captado y dos años después había vuelto la fiesta bélica a Europa. Eso sí, nos obsequió, gracias a su empeño, con la primera gran película sobre campos de prisioneros. Y con un mural donde se veía claramente como aquella Gran Guerra fue la que de verdad dio inicio al Siglo XX, el de las armas de fuego cada vez más letales. Un siglo donde, como apuntaba Renoir, se cambiaba el paradigma. Las altas aristocracias dejaban su puesto a la gente del pueblo. Una guerra donde no importaba la clase social, importaban las personas.
El primer puesto de la lista es para la mejor película jamás hecha sobre niños soldado. Unos jóvenes que apenas tienen 16 años, con ganas de luchar por su país serán reclutados para combatir cuando la guerra está frente a la puerta de casa y no quedan soldados más veteranos. Todo está perdido pero las películas que se han montado en sus cabezas sirven para lanzarse a la aventura. Tan pronto ven morir a su primer amigo, al primer compañero de clase, la alegría se tornará en horror. El horror de la guerra desde el rostro de quienes no deberían luchar en las guerras iniciadas por otros. También el lavado se cerebro de las juventudes hitlerianas y el entramado nazi, se pone en foco. Las escenas bélicas no son su punto fuerte, pero la película es sensacional.
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