Los siete magníficos (John Sturges, 1960)

Hoy traigo uno de esos westerns con aroma aventurero, diferente a la mayoría de grandes del género. En cierto modo vendría a ser el equivalente a "Los cañones de Navarone" en clave Western. ¿El motivo de tal afirmación? Ambas son muy queridas por el público, tienen mucha calidad y buen reparto pero, para la crítica especializada y los que piden otras cosas acaban muchas veces obviándolas de entre sus coetáneas.

El caso es que lo que en 1960 parió el irregular (pero bueno) de John Sturges fue una película divertida, que va en muchas ocasiones al grano y con algo más de acción que la media del western donde algunos títulos de los grandes apenas tenían un breve tiroteo en su metraje. Eso sí, Sturges no tuvo la idea original. La tuvo un tal Akira Kurosawa cuya obra, si bien no la considero del género, tiene no pocos títulos donde los combates y la beligerancia están a la orden del día. Estamos hablando de "Los siete samuráis".

Cualquier intento de comparar ambas películas resulta ridículo (algunos, sin embargo, lo hacen). Aquí no se intenta parir una gran obra que verse sobre los cowboys cazarrecompensas como Kurosawa hablaba de aquellos mercenarios samuráis a sueldo. Se trata de pasar un buen rato de la mano de un grupo variopinto de cazarrecompensas que acabarán abrazando esa familia que les acoge tras largos años sin un hogar pese a no tener dinero para pagarles.

Dentro de ese septeto protagonista nos encontramos con rostros conocidos como los de Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson o James Coburn. Como curiosidad, estos tres últimos aparecerían tres años más tarde en la gran obra maestra de Sturges: "La gran evasión", donde (aquí va spoiler) el desenlace de los tres es inversamente proporcional en cuanto a éxito del destino que les esperó en "Los siete magníficos".

No fueron los únicos que repitieron. Quién también lo hizo, con muy buena nota, fue el compositor Elmer Bernstein. Piensen cinco bandas sonoras del Western, únicamente cinco, que suenen a hito, y una de ellas es, sin duda, la partitura que compuso para esta película. En muchos sitios (algún que otro parque de atracciones) si se quiere ambientar algo en ek Oeste, acaba sonando esa melodía, del mismo modo que no hay intento de fuga por cómico que sea que no tome prestada, adapte o parodie la gran Banda Sonora de "La gran evasión". Un maestro.

Volviendo a otros elementos de la película, esta sirvió para catapultar al estrellato a un emergente Steve McQueen. Pese a que Brynner era el líder y el primer nombre en el cartel, cada vez que compartía pantalla con McQueen este improvisaba diferentes cosas (como jugar con el sombrero) para captar la atención de la cámara y el espectador, algo que ponía de los nervios a Brynner. Si alguien salió beneficiado de este éxito ese fue McQueen, con permiso de un Sturges que llevaba tiempo detrás de la mencionada "La gran evasión" a la que no se dio luz verde hasta después de este estreno.

Como toda película donde hay diferentes personajes, estos deben proponer diferentes virtudes. De esta manera, cada cuál tiene (en apariencia) su función en la obra y, sobre todo, su carácter. A destacar ese joven pistolero todavía no hecho para este tipo de labores aunque crea que sí, o el cobarde que se esconde detrás de un necesitado pistolero que no puede ayudar, si bien (inevitablemente) tocará redimirse como no podía ser de otra manera.

Si algo puede echarse en falta es algo más de mala leche en el desenlace. Sturges, sabiendo que el Lejano Oeste y las reglas del género difieren mucho de las del cine asiático que impartía Kurosawa, es mucho más benévolo en su desenlace, llegando a salvar a los que, por peso y carisma parecían destinados a ser salvados. Incluso deja un feliz final a la historia de amor a la par que en Brynner y McQueen pone el sello, a fuego, de los hombres sin hogar al más puro estilo "Raices profundas" con ese héroe marchando con el trabajo cumplido.

Hay algunos altibajos en el ritmo y, como he dicho, algo más de acción y tiroteos de lo que acostumbra el género, pero ello la hace tan diferente y atractiva para los ojos del espectador que es inevitable no adorarla. Muchos hemos crecido con este Western como uno de los de cabecera, si bien con el tiempo el paladar acepte gustosamente unos westerns más pausados y nos olvidemos, en ocasiones, de la grandeza de esta obra de Sturges. "Los siete magníficos" es un gran western.

Capítulo aparte merece, claro está, lo que hicieron con ellos tras su éxito, con refritos sin presupuesto, con alguna vieja gloria en el reparto para justificarse. Al menos en su primera secuela mantenían a Yul Brynner, algo es algo. Respecto al remake, seré políticamente incorrecto para algunos: me gustó y lo disfruté en el cine siendo, obviamente, inferior a esta. Pero viene a ser un buen equivalente y sus excesos en acción se deben a los tiempos que corren, del mismo modo que la original también tuvo más emoción y acción que el cine de su época.

Nota: 8

Lo mejor: Un western mítico, una BSO mítica y su reparto.

Lo peor: Su benevolencia 

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