1941 (Steven Spielberg, 1979)

A Steven Spielberg los amantes del cine bélico le deben su resurrección. Pero tiempo antes de introducirse en la IIGM en Europa con "Salvar al soldado Ryan" ( e incluso "La lista de Schindler") el Rey Midas de Hollywood se había introducido en la IIGM de la mano del conflicto en el Pacífico. Dos películas ha dedicado el director a dicho frente, el drama "El imperio del sol" y la comedia "1941".

Hoy dedico la entrada de la sección#HoyEligesTú a esta comedieta que es única en su especie, repleta de un humor absurdo en el que un joven Spielberg no llegó a encontrarse cómodo. Y no será porque algunas voces no le avisaron. El director, con el poso que otorgaba el éxito de "Tiburón " y, posteriormente, "Encuentros en la tercera fase " se lanzó a la aventura apostando por uno guion a cuatro manos que incluía el nombre de Robert Zemeckis. Sin duda, el director de la saga "Regreso al futuro" y "Forrest Gump le debe mucho a Spielberg.

Por allí metió mano en el resultado final John Milius (que fue productor ejecutivo de la propuesta). La trama se centraba en una posible invasión japonesa a la Costa Oeste de los EEUU en las navidades de 1941, poco después del ataque a Pearl Harbor. A partir de ahí, se suceden sketches disparatados de mejor o peor gusto y resultado que derivaron en la película de Spielberg peor valorada.

Por si fuera poco, el director, caprichoso por la edad y su fulgurante crecimiento en el mundillo tiró de todo tipo de innovaciones técnicas y quiso llevar de primera mano escenas que habitualmente van a parar a la segunda unidad, como las constantes explosiones con maquetas. El presupuesto se disparó a casi 35 millones de la época, una barbaridad, y si bien se considera un fracaso del director, llegó a recaudar 95 millones en todo el mundo. Las críticas, eso sí, le atizaron por todos lados. Sobre todo en unos EEUU que, inmersos en la guerra fría, no entendían la burla constante hacia su país y ejército.

Resulta curioso que alguien que no suele meterse en tantos fregados políticos e incluso puso la bandera USA en la parte más floja (epílogo) de "Salvar al soldado Ryan" llegue a meterse en una sátira disparatada al estilo "Teléfono rojo: volamos hacia Moscú". Pero Spielberg lo hizo. Y, pese a fracasar en muchos aspectos, aprendió de ella.

"1941" tiene un reparto e historia coral con varias subtramas condenadas a encontrarse. El reparto lo lidera un enganchado a las drogas John Belushi junto a Dan Aykroyd, y después un sinfín de secundarios con rostros conocidos como los de Nancy Allen, John Candy o Treat Williams... Sin olvidar a las grandes estrellas veteranas de la función, con Toshiro Mifune y Christopher Lee al bordo de un submarino del Eje, a Warren Oates o a Robert Stack en el papel de General que fue ofrecido a John Wayne y Charlton Heston (lo rechazaron). ¡Ah! Y Slim Pickens, el mítico oficial que cabalgó una bomba en aquella genialidad de Kubrick. 

De hecho, Pickens lleva el mismo (o parecido) sombrero al de aquel personaje. Mifune nos recuerda a "La batalla de Midway" y entre algún que otro homenaje, el más claro resulta ser el inicial, donde Spielberg se autohomenajea y parodia con la famosa escena inicial de "Tiburón", pero en esta ocasión en lugar del escualo aparece el periscopio de un submarino japonés. La escena más cómica y brillante, resuelta de maravilla. Spielberg llegó a decir que en el preestreno todo el mundo lloró de la risa con ella, pero que apenas rieron más en el resto del par de horas de metraje (que no fueron 2 horas y media porque la productora paró los pies al director).

Es innegable que ese trepidante inicio merece mucho la pena. Pero para quienes crecimos von esta película en la televisión, hay unas cuantas más llamativas, como ese alocado piloto parando a echar gasolina (en la gasolinera que había aparecido en "El diablo sobre ruedas"), las sensuales escenas a bordo de un avión, el General llorando con "Dumbo" y unas cuantas del tramo final, con ese hombre dispuesto a defender su patria a costa de su casa o quienes desde una noria avistan y disparan al submarino.

No son pocos los momentos que se podrían tachar disparatados y por ello sigue pareciéndome una ida de olla de un grandísimo director. Una película quizás no necesaria pero aplaudible si abrazas su misma locura. Y yo lo hago gustosamente. Belushi está desencadenado y los secundarios de lujo ofrecen buenas interpretaciones que hacen que el ritmo no acabe de decaer una vez entra en acción. Eso sí, lo grandilocuente de la obra implica un destrozo considerable, una guerra con todas las de la ley en pleno Los Ángeles.

Reconozco que el guion acaba queriendo abarcar tantos terrenos que acaban siendo una sucesión de Sketches no todos acertados, ni mucho menos, y dentro de esa vorágine el que sale más escaldado es el propio Spielberg y ¿Su ego?. Pero "1941" pese a mostrar un Spielberg un tanto olvidado me sigue resultando una entretenida película que cumple su función, que no es otra que mostrar la psicosis de aquellos tiempos pero que vendrían a ser similares a los del peligro comunista.

Diferentes épocas, diferentes enemigos, pero el mismo mensaje. Y eso que la película en sí parte de una premisa similar a "¡Que vienen los rusos!", comedieta de los años 60. E incluso unos años después de la propia spielbergiana epopeya japonesa tenemos el ejemplo de "Ruskies".

En la versión en inglés hay una frase que me ha gustado mucho que no es otra que esa afirmación final del General. Después de todo el disparate y tras ver como un hombre acababa por destrozar lo que quedaba de su hogar, espeta un "Será una guerra larga", en referencia a que con ese espíritu y actitud que acababa de destrozar el centro de la ciudad, no se puede pretender derrotar al enemigo. En España la frase se sustituyó por algo así como de la manera que había acabado 1941"¿Cómo será 1942?".

En cualquier caso, doblajes aparte, "1941" me sigue pareciendo un alto en el camino en la carrera de su director lo suficientemente refrescante y disparatado como para disfrutar un rato agradable y no tenérselo muy en cuenta.

Nota: 7

Lo mejor: El autohomenaje a "Tiburón".

Lo peor: El guion vuela por los aires como sus maquetas.

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