Steve McQueen es la estrella del proyecto. Tras el exitazo de "Los siete magníficos", a McQueen le pusieron como estrella para encabezar repartos. Curiosamente entró de lleno en el cine bélico con "Comando" y la película comentada hoy. No fueron ni mucho menos un éxito y tampoco son películas recordadas. Eso sí, apenas un año después de hacer de piloto en esta película, volvería a ejercer en el rol, pero ya sin avión y en un campo de prisioneros en "La gran evasión", película que le colocó como leyenda del cine.
La acción se centra en la relación de compañerismo y amistad de dos pilotos de un bombardero que acabarán a 'leches' por el amor de una mujer. Resumen sencillo para una película que esconde algo más, como esa tormentosa relación del personaje interpretado por McQueen consigo mismo. Ya en el tramo final la mujer protagonista le dirá que él es un "amante de la guerra", ese "War lover" que da título al original.Para llegar a ese punto toca centrar esfuerzos en, sin destripar mucho, hablar de ese amago de triángulo amoroso que es el eje central de la propuesta. El personaje de McQueen es un desequilibrado que no cree en el amor, sí en el sexo, pero por encima de todo, parece un yonki de la guerra, de los que no sienten miedo y se mueven por intuición. Un piloto necesario para hacer la guerra, pero peligroso, ya que sus propios superiores dicen de él que es o puede ser un psicópata.
Ese turbio asunto mental, ese desequilibrio estalla en el tramo final del romance, provocando durante unos instantes en el espectador la duda de qué habrá sucedido o no en la casa de la mujer que está enamorada del compañero de McQueen (interpretado por Robert Wagner). El tramo final servirá, en cierta manera, para redimir a un personaje al que llegaremos a odiar y, quizás, incluso a comprender.En el aspecto bélico hay que destacar las dos secuencias bélicas. La película arranca con una escena bélica que entre preparativos y la misión en sí abarca casi 25 minutos de metraje. Algo nada desdeñable para una película que parece centrar su fuerza en las relaciones interpersonales. Después llegará la hora de romance para volver al combate durante ese tramo final de unos 20 minutos despegue incluido.Así pues, tiene mucha más beligerancia de la que recordaba. E incluso estamos ante par de buenas escenas a bordo de un bombardero rumbo a Alemania (Kiel y Leipzig sus dos destinos). Fuera de esas buenas escenas, la película se vuelve algo aburrida por momentos, enmarcada en un romance no muy elaborado ni en el guion ni mucho menos desde la dirección y montaje. Y en ese largo tramo no hay misión alguna, únicamente un amago concluido con una macarrada del desequilibrado negándose a realizar una misión de envío de propaganda.
El resultado final de "El amante de la muerte" es el de una película que tras un prometedor inicio acaba perdiendo fuelle provocando cierta indiferencia. Sorprende ver a McQueen en un rol que, pese a ser protagonista resultará ser villano. Si bien, por encima de todo, es un amante de la guerra y, como tal, se limarán asperezas para luchar por la causa. Prescindible, pero interesante para quién sea fan de McQueen o del cine de aviación.Nota: 5'5
Lo mejor: Las escenas aéreas.
Lo peor: No me enganchó la trama
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