Dirigida por Henry King y protagonizada por Gregory Peck, la película se adentra en el aspecto psicológico y en las dotes de mando, en los entresijos previos a los bombarderos, y no tanto en el ámbito bélico al que apenas dedica una escena aislada de poco más de cinco minutos. Para más inri, escena que incluye metraje documental.
La película está basada en una novela escrita por Sy Bartlett y Beirne Lay, autores que, junto a Henry King, se encargaron de la elaboración del guion de la misma. Bajo el título de "Twelve O'Clock high" centra la acción en el 8th Air Force qye combatió en Inglaterra sobrevolando los cielos de Europa. El personaje real al que rinden homenaje, el Coronel Frank Armstrong, es aquí convertido en el General Frank Savage, interpretado por Peck.El rodaje tuvo lugar en primavera de 1949 en Florida y Alabama. Cabe mencionar que Zanuck (productor) y King lograron que la Air Force colaborase prestando hasta 12 aparatos, algunos de los cuales fueron adaptados para dar mayor realismo en referencia a que debían colar como bombarderos de la II Guerra Mundial. Contaron con figurantes de todo tipo, sobre todo pilotos para manejar esos aviones.
La película se estrenó en diciembre de 1949, in extremis para poder optar para los premios de la Academia. Pese a ello, logró ser nominada a Mejor Película, Actor (Peck), Secundario (Dean Jagger) y Sonido, obteniendo estos dos últimos en un año muy belicosero que incluía a "Arenas sangrientas" y "Fuego en la nieve".El film arranca en el presente (1949) y bastan pocos planos para dar el salto en el tiempo a 1942. La guerra ha terminado y un hombre entra a una tienda de antigüedades a comprar una gran jarra "de escaso valor" para el dependiente. Sin embargo, la misma conserva un gran valor para ese hombre y quienes compartieron con él sus días durante la Guerra. Este descubrimiento le hará ir al lugar donde se encontraba el aeródromo, ahora abandonado y con la hierba creciendo por todos lados. El sonido de los motores, en su cabeza, recordando aquellos años concluirá con un flashback muy logrado, ya que cuando la cámara deja al personaje de lado, observamos aviones aterrizando. Estamos, de golpe, en 1942.
La historia se centra en un escuadrón de bombarderos totalmente desanimado y cuyo oficial está cansado de tants misión. Pese a ser muy amigo suyo, el General Savage deberá comentar a su superior la situación, y acabarán quitando el mando al Coronel para dárselo al propio General Savage. Duro en las formas, poco a poco se irá ganando al grupo a la vez que vuela junto a ellos comandando las diferentes misiones."Almas en la hoguera" se alza como un drama bélico muy logrado donde se muestran los entresijos que rara vez el cine bélico ofrecía. Es más espectacular el par de escenas en las que contemplamos la angustia y espera de quienes están esperando la vuelta de los bombarderos, con un montaje equilibrado que hace cada segundo eterno, que la única escena bélica. Especial mención a ese tramo final con Peck entrando en crisis nerviosa, aguardando en una silla horas hasta que la llegada de 19 de los 21 aviones enviados le hará levantarse y recuperar la conciencia.
Es una película de despachos. De altos mandos hablando de qué operaciones hacer y de un General teniendo que bajar al barro para levantar la moral de un escuadrón y hacerles el mejor de todos. Lo logrará no sin antes chocar con todos y cada uno de sus miembros, como con ese cobarde al que le entrega un bombardero con la palabra 'Leprosos' en el mismo. Los apestados, los que cometen errores o se escaquean, en una misma nave. Es la manera peculiar de Savage de hacer equipo.
Las interpretaciones y el guion acaban siendo lo más logrado de "Almas en la hoguera". Una película un tanto teatral, con pocos escenarios y menos guerra. Sin embargo, que no se vea el combate en dos horas de película (apenas 5 minutos) no la hace menos bélica, pues en todo momento asistimos a los miedos y tensiones derivados de la guerra. Nada es apacible en ese grupo de personas que luchan cada día por sobrevivir. El discurso del General Savage para hacerles ver lo que es la guerra será vital para elllo. En el mismo, les viene a decir que es mejor que se consideren muertos, ya que así podrán combatir como corresponde sin pensar en el cansancio acumulado y, algunos, sí volverán a la vida.Ese cansancio acumulado acabará dejando tocado a un Savage que, al igual que su predecesor, acabará llegando a su límite. Esos límites que deben superar o a donde debe llegar cada hombre en boca del propio general. Una historia en cierta manera cíclica de lo difícil que llega a ser tener todo el peso de una,dos o mil misiones, de tantas vidas y, al mismo tiempo, en el devenir de la guerra. Donde la palabra fracaso significa muerte. Pocas películas antes de "Almas en la hoguera" eran capaces de entrar a ese entramado psicológico derivado del conflicto. Alejada del campo de batalla, alejada de las hazanas bélicas de los años de la guerra y, sin embargo, no antibelicista. Simplemente, realista.
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