Tras la línea enemiga (John Moore, 2001)

 2001 fue una gran cosecha para el cine bélico. En ese año llegaba una superproducción dispuesta a reventar taquillas como "Pearl Harbor", se estrenaba una de las grandes cintas del cine bélico europeo con la aplaudida por público "Enemigo a las puertas", y también a finales de año tenía sitio "BlackHawk derribado", de Ridley Scott y que sigue siendo uno de los títulos Top del cine bélico para mucha gente. Ese mismo año, y aunque la historia la ha olvidado con facilidad, llegaba un entretenimiento de acción bajo el tan poco trabajado título de "Tras la línea enemiga". 

A la dirección un debutante John Moore cuya filmografía no es muy allá y se podría decir que estamos ante su obra más redonda. Liderando el proyecto un actor de moda entonces como Owen Wilson. Actor de comedietas romanticonas y colega de Adam Sandler. En ocasiones, a las órdenes de Wes Anderson. Lo que nunca se podía imaginar es que fuera héroe de acción, si bien hizo sus pinitos un tiempo y esta película es una muestra de ello. Secundándole un ilustre veterano como Gene Hackman, siempre cumplidor. 

Es inevitable encontrar reminiscencias de algunos títulos de acción bélica previos, como "Top Gun", presente en la presentación del personaje a bordo del portaaviones y su conversación con su superior cuando pide ser licenciado del ejército o "Marea roja", ya que el título submarino partía de una rebelión ficticia en Rusia pocos años después de la desintegración de la URSS, y "Tras la línea enemiga" tiene a una supuesta guerra en Bosnia, su razón de ser. Pero en ningún momento se nos dice que estemos ante la Guerra de los Balcanes o Kosovo. Simplemente toma ese lugar geográfico tan caldeado y de moda para lanzar sus batallitas. También la presencia de Gene Hackman como serio oficial al mando del portaaviones nos hará pensar en el clásico submarino de Tony Scott.

La acción se desarrolla con una trama sencilla, convencional, pero convincente. Un avión de reconocimiento cae en territorio hostil y uno de los pilotos debe luchar por sobrevivir en un lugar en  guerra. Le perseguirán porque ha conseguido realizar fotos de una fosa común que evitaría que la OTAN marche del lugar cuando las negociaciones por la paz están en marcha. A partir de ahí, Owen Wilson dejará su vertiente cómica de los primeros 15 minutos para ser un tío azotado por mil y una 'putadas' que le harán ir moviéndose de punto de extracción a punto de extracción como Errol Flynn y los suyos en "Objetivo:Birmania".

Si algo tiene "Tras la línea enemiga" que la hace divertida, entretenida e incluso con escenas que se quedan grabadas es que pese a su sencillez formal en muchos aspectos y pese a contar con un actor (Wilson) que no es nada del otro jueves para este tipo de producciones, contiene escenas que recordaba casi a la perfección. O, cuanto menos, momentos llamativos. Un ejemplo claro es esa fosa común en la que el protagonista cae y se esconde de sus perseguidores; otro momento cumbre, el del final con esa estatua que representa las dos caras de una nación en guerra y la nieve.

Pero junto a esos dos momentos que son los Top de la película, otros asuntos se recuerdan con facilidad, como ese villano francotirador (con una puntería que avergonzaría a Jude Law en "Enemigo a las puertas") omnipresente que le va siguiendo cual Terminator, la ayuda que recibe cuando sube a una camioneta y otras escenas que no desgranaré. El caso es que sin recordar con pelos y señales la película, sí que había fotogramas y secuencias que iba recordando. Y eso unos veinte años después de la última vez que la habré visto (si es que la llegué a ver después de cines, cosa que empiezo a dudar).

"Tras la línea enemiga" no es un hito del cine bélico. Tampoco del cine de acción. Pero tiene muchos ingredientes que la hacen interesante, con acción y escenas que se van sucediendo con la intención de no dar tregua al espectador, ni al pobre Owen Wilson. Para ayudar a que el montaje y el ritmo no decaigan, se sujeta en esa historia paralela del rescate, calamitoso, por parte de Gene Hackman y los suyos, atados por el político de turno. La presencia del oscarizado Hackman, siempre cumplidor, hace que las dos partes de la película se sucedan con bastante soltura, incluyendo breves momentos donde los protagonistas son los cazadores.

El film es muy sencillo y fácil de entender. Su director llega a abusar de algunos recursos que no terminan por ayudar. Como lo de congelar algunas imágenes para enfatizar escenas de acción o esa cámara dando vueltas alrededor de algún personaje, hecho que repite en alguna que otra ocasión. Sin ser un artista, sin ofrecer nada nuevo, Moore sale airoso por el carisma de sus personajes (sí, incluso Owen Wilson) y de una guerra que nos pillaba muy cerca cuando se estrenó. El ritmo frenético pese al irregular resultado de sus fantasmas escenas de acción, también es punto fuerte de la producción.

En definitiva, me ha gustado volver a mi adolescencia a disfrutar de lo que propone "Tras la línea enemiga", ya que se trata de un divertimento sin frenos, sin vergüenza alguna, pero con bastante buen gusto por el entretenimiento y lo que nos quiere vender. Una película fácil de olvidar en un siglo repleto de buen cine bélico, pero que no es, ni mucho menos, merecedora de ese rango. No es una guerra real, no es una crítica a la contienda. Se trata de una de hazañas bélicas de las de toda la vida, con medios del Siglo XXI. Entretenida.

Nota: 6

Lo mejor: La presencia de Hackman y la fosa común.

Lo peor: No tener tras las cámaras a alguien que, con este material, se atreviera a entrar en asuntos escabrosos.

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