Frank Lloyd y el cine histórico-bélico

Hoy rindo homenaje a un director que muchos no tendrán en su agenda. Apunten su nombre: Frank Lloyd. No por ser un director con una filmografía exquisita, sino por haber logrado alzarse con dos Óscars al Mejor Director, además de hacer que dos películas dirigidas por él se alzaran con el premio a la Mejor Película. Todo ello con títulos que hoy en día están un tanto olvidados. Por ello, merece la pena recordar lo que aportó.

Sobre todo dos son los títulos en el ámbito histórico con trasfondo bélico o militar que le otorgaron fama y prestigio. Uno de ellos la desconocida hoy en día "Trafalgar" (The Divine lady), película más de carácter dramático o romántico que concluye con la batalla de turno, con el Almirante Nelson como co- protagonista de amor de una bella dama. Su año, 1929, con los inicios del sonoro como fondo, si bien se trata de una película muda. Con esta película logró el Óscar a la Mejor Dirección pese a que la película no estuvo nominada a Mejor largometraje. Eran otros tiempos, al ser la segunda edición de unos premios todavía en pañales.

Pero fue el preludio de unos años fabulosos en su carrera, con doblete con "Cabalgata", y volviendo a lograr el premio a la Mejor Película con otra película que hoy en día ha quedado algo en el olvido: "Mutiny of the Bounty". El título en inglés os debe sonar, en castellano la conocemos como "La tragedia de la Bounty", y fue la primera versión de relevancia del motín a bordo de la Bounty que dio otros títulos como "Rebelión a bordo". Si en las versiones conocidas tenemos rostros como los de Marlon Brando o Anthony Hopkins (este junto a Mel Gibson), en esta ocasión el protagonista es Clark Gable. Casi nada. Notable película que quien no la haya visto y tenga en buena estima las otras versiones, debería verla.

Frank Lloyd tuvo, como decía, esos años maravillosos en los que fue nominado hasta en cinco ocasiones como director, logrando dos estatuillas (por "La tragedia de la Bounty" sólo obtuvo nominación) y colocando películas suyas en lo más alto de las galas. Quizas el hecho de ser presidente de la Academia durante dos años y su peso dentro de la industria tendría mucho que ver, pues exceptuando "La tragedia de la Bounty" el resto de sus películas carecen de un interés notable en nuestros días, y fueron más logros de un momento efímero.

En esos años 30 siguió con el carácter aventurero de su producción, y de ahí surgieron títulos como "Bajo dos banderas" y "Pasión de libertad". La primera con un reparto exquisito del momento con Ronald Colman, Claudette Colberty Victor McLaglen sobre la Legión extranjera francesa. La segunda, por su parte, ambientada en la Guerra de Independencia norteamericana, con un emergente Cary Grant de protagonista. 

Pese  que el cine bélico como tal no se puede considerar que lo tocara, su aportación con un puñado de películas de aventuras con el trasfondo bélico es bien notable. Llegada la II Guerra Mundial y con su estrella de gran director de finales del mudo e inicios del sonoro apagada, le dio tiempo a involucrarse en producciones de lo más variado como "Siempre y un día", dirigida por varios directores, que narra las vicisitudes de varias personas que, a lo largo de varias décadas vivirán en momentos diferentes en una misma casa. Tanto la Primera Guerra Mundial, como la Segunda, están presentes en el film.

Su aportación en esos años de la guerra se completan con un documental titulado "The last bomb" y una película de espionaje y suspense como "Sangre bajo el sol", donde vemos a un James Cagney en la piel de un periodista norteamericano en Tokio en los años 30 que descubrirá los planes expansionistas del imperio del sol naciente. Thriller de la época que buscaba aprovechar el tirón de la temática de la IIGM, rodado justo en 1945, año en que acabó la contienda.

Del mismo palo y temática tenemos su penúltimo largometraje: "Alarma en Shangai", otra vez con las aventuras por bandera, y espionaje en este caso en la China comunista de los 50, ya sabemos con qué guerra (frío, frío) de por medio. Pero toca reconocer su labor en su último largometraje. Ya poco prolífico desde los 40 (únicamente los títulos aquí presentes) se despidió como director cinematográfico con la fallida (pero no tan mala Película) "La última orden", ya comentada en el blog y con las hazañas de Davy Crocket y El Álamo de por medio. Claro que pocos años después John Wayne hizo un film mucho más épico, pero con no pocas cosas tomadas prestadas de la película de Frank Lloyd.

Espero que este pequeño texto dedicado a la figura del oscarizado director os sirva para descubrir su interesante filmografía.

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