Yo fui el doble de Montgomery (John Guillermin, 1958)

Fan declarado del cine bélico británico de los cincuenta, hoy traigo una de esas que considero míticas en su especie: "Yo fui el doble de Montgomery". Una película basada en hechos reales y que tenéis disponible en Netflix junto a numerosos títulos más de su calibre. Pero, una cosa está clara, este es de los pocos que ya conocía y había visto con anterioridad. 

La película nos muestra un acontecimiento verídico en el cuál la Inteligencia británica durante la II Guerra Mundial, en su afán por despistar a Hitler urgió un plan mediante el cuál colocaban a un falso Mariscal Montgomery en el Norte de África en días previos al Día D. El motivo era hacer creer a la Alemania Nazi que el ataque a Francia podía ejecutarse por el Mediterráneo, desde África, y no desde Gran Bretaña tal y como todo el mundo sabía e intuía. 

El reparto está liderado por el siempre eficaz John Mills en el papel del cerebro de la operación y quien descubre al falso Montgomery. Junto a él, un debutante en el cine pero que había hecho sus pinitos como actor: M.E. Cliffton James. No os sonará pues apenas intervino en esta película y murió pocos años después. Pero el caso es que él escribió el libro en el que se basa la película, ya que los hechos que en ella acontecen le sucedieron a él mismo. Cliffton James fue, en efecto, "el doble de Montgomery". En la película, además, se encarga de un doble papel, ya que hace del propio Monty. 

El film tiene un sólido guion donde todos los hechos necesarios para la gestación de un plan así se van acometiendo. Como toda película británica del momento, y más si tiene cierta temática de espionaje, va cumpliendo con los tópicos y escenas necesarias: Presentación - Descubrimiento - Creación del plan - Entrenamiento para la Operación - Operación en sí - Tensiones - Clímax final con tensión in crescendo.

En cierto modo, "Yo fui el doble de Montgomery" es deudora de "El hombre que nunca existió". Ambas tienen como protagonista a un señuelo, las dos para ocultar operaciones de gran calado. Las dos tienen en sus preparativos su auténtico corazón y motor y, una vez lanzada la misión no parecen tener mucho más que enseñar. Pero, para hacerlas más cinematográficas, contienen una escena final donde se puede descubrir el pastel. En esta ocasión la escena final es un intento de secuestro por parte de un comando alemán. Un tanto rebuscado en las maneras y su ejecución, pero que sirve para otorgar un punto de mayor belicismo o dramatismo a una historia hasta ese momento pulcra. 

El dúo protagonista se encarga de hacernos pasar un buen rato pese al carácter más bien de documental de toda su puesta en escena. Con el característico hunor británico y otros elementos como la caballerosidad y el siempre interesante Día D, "Yo fui el doble de Montgomery" no decae en su ritmo ni en su propuesta a lo largo de los 100 minutos que dura. Tampoco llega a volar más alto porque ni la trama ni el guion dan para mucho más. Asistimos a un interesante relato basado en hechos reales donde el arma del engaño cobrará vital importancia. Es más, su clímax final no llega a enlazar con el resto de la película todo lo deseable como para quedar justificado.

Como escenas cumbre, me gustaría destacar la de la conversación con el vendedor de armas alemán en Gibraltar. En todo momento el personaje parece querer pillar en un renuncio al falso Montgomery, y este se las ingenia (con ayuda de otro par de oficiales) para salir lo más indemne posible de la peligrosa situación, autógrafo de Monty incluido. Otro gran momento es el del discurso deportivo-bélico que lanza a las tropas norteamericanas de tour por el Norte de África. La comicidad y el humor vienen dados por esa flema británica que siempre me ha gustado por su acidez y mala baba con señorío y por alguna otra escena que roza el surrealismo.

Dirigida por un buen director british como fue John Guillermin ("Las águilas azules"), "Yo fui el doble de Montgomery" es una buena película que recomiendo para los amantes de los hechos reales y de la II Guerra Mundial. No decepciona, ya que ofrece lo que puedes pedir a una película de su especie. Cierta tensión, dosis de humor y documento histórico.

Nota: 6

Lo Mejor: El doble de Montgomery y el carácter británico de la película, junto a las escenas mencionadas.

Lo Peor: Que no da para mucho más que un rato agradable. Se olvida con facilidad.

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