Hoy dedico la entrada a un ilustre autor y a la representación cinematográfica de sus obras en el ámbito bélico. Su nombre: Ernest Hemingway, cuya obra ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones. No entrarán únicamente en la presente lista títulos referentes a novelas suyas, ya que a dichos títulos cabe añadir dos películas inspiradas en la biografía del norteamericano, que participó en la Gran Guerra como conductor de ambulancias en el frente italiano.
Adiós a las armas (1932)
Su primera gran aportación al cine. De sus experiencias durante la Primera Guerra Mundial escribió una novela sobre la historia de amor de un conductor de ambulancias y una enfermera en medio de la guerra. Gary Cooper junto a Helen Hayes fueron las brillantes estrellas del reparto de este melodráma con tintes románticos pero, ante todo, con el desencanto de la guerra, reflejado a lo largo del metraje pero acrecentado en el tramo final. Fue nominada al Óscar a la mejor Película, si bien ni su director (Frank Borzage) ni ninguna de sus estrellas lograron ser mencionadas.
Por quién doblan las campanas (1943)
Sam Wood, uno de esos directores poco reconocidos pero con algunas buenas (o más que buenas) películas a sus espaldas ("Una noche en la ópera", por ejemplo) dirigía a Gary Cooper que de esta manera repetía en una película basada en una novela de Ernest Hemingway. El actor venía de haber recibido un año antes el Óscar a la mejor interpretación masculina por otro personaje en guerra: "El sargento York", y aquí estaba con Ingrid Bergmann en plena Guerra Civil española. Era una de las pocas veces que Hollywood miraba hacia el conflicto español pero, a diferencia de "Bloqueo" (1938), en esta ocasión con la guerra ya en marcha se podía lanzar con mayor claridad el mensaje antifascista de turno. Pese a ello es lógico que quienes hayan leído la novela o quienes sepan de historia de la Guerra Civil la puedan ver algo floja, pero es un relato de hazañas bélicas con romanticismo de por medio bastante bien ejecutado. Fue multinominada al Óscar en una época donde todo lo que desprendía aroma bélico era nominado a alguna categoría, logrando el de Mejor Actriz Secundaria para Katina Paxinou.
Tener y no tener (1944)
Howard Hawks, especialista por aquel entonces en cine negro, contó con otro ilustre del género: Humphrey Bogart para la adaptación de una obra de Hemingway de 1937 que tenía el título de "Tener y no tener". Sin embargo, auspiciado por la ola del momento que consistía en centrar cualquier cosa y temática dentro de la II Guerra Mundial, se adaptó la obra para que los hechos sucedieran en una isla del Caribe bajo bandera francesa que pasaría a formar parte de la Francia de Vichy y, por lo tanto, colaboracionistas con los alemanes. En esa situación se juntará Gestapo, policía local y miembros de la Resistencia con un Bogart que, típico en él, parece no querer saber nada de lo que no sean sus negocios, pero acabará viéndose involucrado. Notable película que sigue la estela de "Casablanca" aprovechando a su actor y el conflicto bélico. Por cierto, que aquí fue donde Bogart conoció a Lauren Bacall en el que fue el primer papel en el cine de la actriz.
Adiós a las armas (1957)
Charles Vidor ("Gilda") se animó a realizar una nueva versión de "Adiós a las armas". La obra ya había sido llevada al cine, pero, en esta ocasión, lo hizo a color. Rock Hudson, estrella del momento, fue el encargado de interpretar el papel principal inspirado libremente en el propio Hemingway. Pero Hudson no es Cooper, ni Jennifer Jones tendría la carrera de Helen Hayes. Ello, unido a una duración eterna (150 minutos) que prácticamente doblaba el metraje de la obra de Borzage de 1932 derivaron en un fallido intento de retomar el clásico. Obviamente la película no está mal, ya que el argumento es el mismo, pero para quien haya visto el clásico de los años 30, esta puede estar de sobra.
Cuando se tienen veinte años (1962)
Entramos en la década de los 60 para encontrarnos con la primera de las dos películas inspiradas libremente en la biografía de Hemingway y no en sus obras. En "Cuando se tienen veinte años" (Hemingway's adventures of a young man), el protagonista es un joven que quiere ser reportero, aunque acabará alistado en el ejército italiano como conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial. Una vez en el frente italiano, acabará conociendo el amor. Reconozco no haberla visto, si bien llegué a tener en mis manos un DVD que por un módico precio hubiera sido mío. Sus nuevamente 150 minutos (cercanos al "Adiós a las armas" de Charles Vidor) y ser un título muy desconocido centrado más en el melodrama que en lo bélico me echaron para atrás.
En el amor y en la guerra (1994)
Los años 90 fueron años difíciles para el cine bélico. Desde que el cine de Vietnam expiró y hasta la llegada de "Salvar al soldado Ryan" apenas hubo algún que otro amago. Pero el conflicto bélico sí estaba presente en obras no puramente bélicas como "El paciente inglés", "Leyendas de pasión" o "Michael Collins"... además de en esta "En el amor y la guerra" cuyo título durante mi infancia me engatusó por la palabra guerra. Chris o'Connell y Sandra bullock de jóvenes protagonistas, dos rostros que en aquel entonces prometían mucho, y un director como Sir Richard Attenborough ("Un puente lejano" o "Ghandi") daban para mucho, pero que mucho, más que lo que se vio en pantalla. Dramón aburrido nuevamente inspirado en el Hemingway de la guerra que, obviamente, nos retrotraerá a los acontecimientos de "Adiós a las armas". Un Attenborough en horas bajas, preludio de lo que sería el final de su carrera como director (Su siguiente película fue "Buho grís") que venía de haber aparecido como actor en la saga "Jurassic Park".
Adiós a las armas (1932)
Su primera gran aportación al cine. De sus experiencias durante la Primera Guerra Mundial escribió una novela sobre la historia de amor de un conductor de ambulancias y una enfermera en medio de la guerra. Gary Cooper junto a Helen Hayes fueron las brillantes estrellas del reparto de este melodráma con tintes románticos pero, ante todo, con el desencanto de la guerra, reflejado a lo largo del metraje pero acrecentado en el tramo final. Fue nominada al Óscar a la mejor Película, si bien ni su director (Frank Borzage) ni ninguna de sus estrellas lograron ser mencionadas.
Por quién doblan las campanas (1943)
Sam Wood, uno de esos directores poco reconocidos pero con algunas buenas (o más que buenas) películas a sus espaldas ("Una noche en la ópera", por ejemplo) dirigía a Gary Cooper que de esta manera repetía en una película basada en una novela de Ernest Hemingway. El actor venía de haber recibido un año antes el Óscar a la mejor interpretación masculina por otro personaje en guerra: "El sargento York", y aquí estaba con Ingrid Bergmann en plena Guerra Civil española. Era una de las pocas veces que Hollywood miraba hacia el conflicto español pero, a diferencia de "Bloqueo" (1938), en esta ocasión con la guerra ya en marcha se podía lanzar con mayor claridad el mensaje antifascista de turno. Pese a ello es lógico que quienes hayan leído la novela o quienes sepan de historia de la Guerra Civil la puedan ver algo floja, pero es un relato de hazañas bélicas con romanticismo de por medio bastante bien ejecutado. Fue multinominada al Óscar en una época donde todo lo que desprendía aroma bélico era nominado a alguna categoría, logrando el de Mejor Actriz Secundaria para Katina Paxinou.
Tener y no tener (1944)
Howard Hawks, especialista por aquel entonces en cine negro, contó con otro ilustre del género: Humphrey Bogart para la adaptación de una obra de Hemingway de 1937 que tenía el título de "Tener y no tener". Sin embargo, auspiciado por la ola del momento que consistía en centrar cualquier cosa y temática dentro de la II Guerra Mundial, se adaptó la obra para que los hechos sucedieran en una isla del Caribe bajo bandera francesa que pasaría a formar parte de la Francia de Vichy y, por lo tanto, colaboracionistas con los alemanes. En esa situación se juntará Gestapo, policía local y miembros de la Resistencia con un Bogart que, típico en él, parece no querer saber nada de lo que no sean sus negocios, pero acabará viéndose involucrado. Notable película que sigue la estela de "Casablanca" aprovechando a su actor y el conflicto bélico. Por cierto, que aquí fue donde Bogart conoció a Lauren Bacall en el que fue el primer papel en el cine de la actriz.
Adiós a las armas (1957)
Charles Vidor ("Gilda") se animó a realizar una nueva versión de "Adiós a las armas". La obra ya había sido llevada al cine, pero, en esta ocasión, lo hizo a color. Rock Hudson, estrella del momento, fue el encargado de interpretar el papel principal inspirado libremente en el propio Hemingway. Pero Hudson no es Cooper, ni Jennifer Jones tendría la carrera de Helen Hayes. Ello, unido a una duración eterna (150 minutos) que prácticamente doblaba el metraje de la obra de Borzage de 1932 derivaron en un fallido intento de retomar el clásico. Obviamente la película no está mal, ya que el argumento es el mismo, pero para quien haya visto el clásico de los años 30, esta puede estar de sobra.
Cuando se tienen veinte años (1962)
Entramos en la década de los 60 para encontrarnos con la primera de las dos películas inspiradas libremente en la biografía de Hemingway y no en sus obras. En "Cuando se tienen veinte años" (Hemingway's adventures of a young man), el protagonista es un joven que quiere ser reportero, aunque acabará alistado en el ejército italiano como conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial. Una vez en el frente italiano, acabará conociendo el amor. Reconozco no haberla visto, si bien llegué a tener en mis manos un DVD que por un módico precio hubiera sido mío. Sus nuevamente 150 minutos (cercanos al "Adiós a las armas" de Charles Vidor) y ser un título muy desconocido centrado más en el melodrama que en lo bélico me echaron para atrás.
En el amor y en la guerra (1994)
Los años 90 fueron años difíciles para el cine bélico. Desde que el cine de Vietnam expiró y hasta la llegada de "Salvar al soldado Ryan" apenas hubo algún que otro amago. Pero el conflicto bélico sí estaba presente en obras no puramente bélicas como "El paciente inglés", "Leyendas de pasión" o "Michael Collins"... además de en esta "En el amor y la guerra" cuyo título durante mi infancia me engatusó por la palabra guerra. Chris o'Connell y Sandra bullock de jóvenes protagonistas, dos rostros que en aquel entonces prometían mucho, y un director como Sir Richard Attenborough ("Un puente lejano" o "Ghandi") daban para mucho, pero que mucho, más que lo que se vio en pantalla. Dramón aburrido nuevamente inspirado en el Hemingway de la guerra que, obviamente, nos retrotraerá a los acontecimientos de "Adiós a las armas". Un Attenborough en horas bajas, preludio de lo que sería el final de su carrera como director (Su siguiente película fue "Buho grís") que venía de haber aparecido como actor en la saga "Jurassic Park".
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