La gran evasión (John Sturges, 1963)

En "La película del mes" de junio volvemos a los campos de prisioneros (el mes pasado tocó "Evasión o victoria") para tratar la más mítica película sobre prisioneros de guerra que jamás se halla hecho: "La gran evasión". Dirigida por John Sturges y con un reparto estelar liderado por Steve McQueen, Richard Attenborough, James Gardner, Charles Bronson y un largo ramillete. Se trata del único título del Top 10 del #belicómetro que todavía no había tratado en el blog.

Producción
"La gran evasión" está inspirada o basada en hechos reales. Hechos que el autor Paul Brinckill, que había sido testigo directo, llevaría a una novela publicada en 1950. Los hechos reales inspiraron a Sturges para realizar la película al entrar en la década de los 50. Lo difícil era conseguir a quién la produjera. Louis B.Mayer rechazó la proposición alegando algo así como "vaya zurullo de fuga es esa donde sólo se escapan tres" y que vendría a ser muy cara. Tras largos años de espera, tras su éxito de "Los siete magníficos" conseguiría convencer a los Mirish para que pusieran dinero para realizar tal espectáculo.

Es más, Sturges repitió en cierta manera la fórmula. Logró a McQueen para el papel más protagonista y, además, contó con Charles Bronson y James Coburn. Con lo cuál, tres de los siete magníficos, además de su director, estarían en el proyecto. No contento con esto, los escritores Walter Newman y William Roberts, así como el grandísimo compositor Elmer Bernstein estarían en el proyecto. Especialmente destacable la BSO que compuso el músico para esta gran superproducción.

Para el rodaje, además del beneplácito de convencer al autor de la obra original, se tuvo en el set a Wally Floody, el rey de los túneles en la vida real. Set que tuvo lugar en Alemania, en los estudios Geisel Gasteig de Bavaria, no demasiado alejados del lugar donde tienen lugar los hechos reales. El caso es que el ejército norteamericano no colaboró (venía de hacerlo con "El día más largo" Y tocó abaratar algunos costes para poder llevar a cabo la producción.

Otros detalles del rodaje implican a Steve McQueen, personaje norteamericano (que no británico) creado precisamente para poder contar con un actor en auge que liderara un reparto lleno de muy buenos nombres. El caso es que McQueen, apasionado de las motos, fue quien convenció a Sturges de escapar en moto. Era su condición para aceptar el papel. No contento con ello, McQueen realizaría un cameo como uno de los motoristas alemanes que le persiguen. Así que, como si de una película de Ciencia Ficción se tratara, el actor se persiguió cinematográficamente a sí mismo.

Por cierto, el nombre de los tres túneles que caban: Tom, Dick y Harry viene de una película de 1941 con el mismo título en la cuál una mujer (Ginger Rogers) debe decidir con qué hombre quiere casarse y se imagina la vida con cada uno de ellos. Del mismo modo, la manera de fugarse nunca se sabrá si es por un túnel u otro, pero los protagonistas tienen la fe en la libertad que les puede proporcionar uno de ellos.

Película
Una pegadiza marcha militar que parece a caballo entre "El puente sobre el río Kwai" y una divertida comedia, obra de Elmer Bernstein  nos avisa de lo que estamos a punto de contemplar. Por delante quedan tres horas de diversión, entretenimiento pero, todo ello, dentro de un drama carcelario, de un ambiente tan serio como la II Guerra Mundial. El destino final de la mayoría de fugados, incluidos quienes serán acribillados a balazos en un acto contra los Derechos Humanos, nos dará ese regusto amargo justo tras haber pasado un rato agradable.

La película, al igual que muchas obras de teatro, sigue un esquema dividido en tres partes, algo que ya funcionó bastante en "El puente sobre el río Kwai". El planteamiento nos muestra la presentación de los diversos personajes, entreteniéndose en cada uno de ellos de un reparto coral muy bien escogido; el desarrollo mostrará los preparativos para la fuga y esa fuga nocturna. Por último, tenemos ese trepidante tramo final donde cada uno escapa como puede: Tren, barca, avioneta, bicicleta... e incluso motocicleta.

En la primera parte se asientan las bases de la película. El tono humorístico que marcará buena parte de la obra queda representado en la simpatía de Hilts (McQueen) y su ya famosa "Neverrrra" a la que irá de manera recurrente a lo largo de la película a echar el rato con una pelota de béisbol y un guante. Al mismo tiempo se nos presenta a Big X (Attenborough) auténtico jefe experto en fugas y que será el encargado de montar la juerga más grande jamás vista. Suya será la idea de cavar tres túneles de manera simultánea. La conversación del oficial superior (James Donald) con el homónimo alemán traerá consigo frases míticas como la de los huevos podridos dentro de una misma cesta, o la de que es deber de todo oficial prisionero de guerra intentar escapar.

Se nos informa del intento de fuga de varios prisioneros a lo largo de los meses anteriores e incluso del trayecto hasta este nuevo Campo de Concentración donde se incluye, digámoslo así, lo mejor de cada casa. Y, dentro de ese "lo mejor de cada casa" toca hablar de todos los que, recién llegados, intentan salir camuflados con los prisioneros soviéticos. Serán cazados, pero nos mostrará, junto a McQueen intentando llegar a las alambradas para mostrar que hay un "punto ciego" el modus operandi de esa cuadrilla de aliados.

A partir de ahí los preparativos con "Tom, Dick y Harry" nos llevarán a disfrutar de la velada gracias a un montaje (única mención al Óscar) que es de lo mejor que se ha hecho en el mundo del cine. Con Bernstein de telonero, la película muestra el paso del tiempo a la par que nos enseña de manera directa, rápida y bien hilvanada los diferentes preparativos y trucos con los que intentarán escaparse. Todo ese ritmo únicamente se detendrá con la fiesta del licor de patata el 4 de julio, en la cuál los aleman descubrirán uno de los túneles y matarán al "Topo", amigo de Hilts en ese primer tramo de la película. Será entonces cuando Hilts decidirá actuar, accediendo a la peligrosa misión que le encomienda Big X: Fugar y ser capturado (algo que volveríamos a ver en "Evasión o victoria").

El único momento en toda la producción donde, pese a estar muy bien rodado, alguna que otra vez reconozco haber desconectado es en el momento de la fuga en sí. Con nocturnidad y alevosía y tras haber preparado todo, escaparán los que puedan. Entre ellos, la mayoría de rostros conocidos de los que hemos podido ver algún que otro momento de gloria (por ejemplo, Charles Bronson como el mítico encargado de la excavación del túnel).

Una vez fuera, y haciendo honores al cartel original de la película, muy sesentero, se dispersarán y, nuevamente, el montaje cobrará una importancia capital. Durante una hora vemos diferentes frentes abiertos para ver el destino de los personajes, sufriremos con algunos de ellos intentando que no les capturen, veremos los errores que cometen algunos. Sufriremos con Garner y Pleasence en esa avioneta que se queda sin combustible cuando están muy cerca de llegar a Suiza; disfrutaremos con ver como Bronson o Coburn logran su cometido; y veremos la escena mítica por excelencia: la evasión de McQueen en motocicleta. Historia viva del cine al igual que la nevera y el béisbol. McQueen se deleita como amante del motor en una escena que pidió expresamente y que es aplaudida por todo el que disfrute de la película.

Por muy bien que nos caíga y por mucho que queramos que el bueno de Hilts escape, su destino no es otro que cerrar la película con ese broche recurrente, volviendo a esa neverrrrra y a jugar con la pared. Ofreciendo un final distendido, algo abierto pero, ante todo, más alegre que el que hubiera supuesto cerrar la película sin nada divertidos tras observar como algunos de los protagonistas (con Big X a la cabeza) son masacrados cuando ya habían sido hechos prisioneros.

Lo dicho, tres horas que quedan aquí reunidas en un breve apartado de ocho o nueve párrafos. Pero no quería destripar y desgranar escena a escena, pues consideroo que es una película donde no sobra nada. Donde cada tramo va perfectamente cohesionado al siguiente y la labor de entretener al espectador mientras se le muestra un pedacito de historia resulta fundamental. Sturges nunca llegó tan alto como esta película, creo que McQueen, que aquí acabó definitivamente en convertirse en superestrella, tampoco. Ellos dos son los principales artífices, junto al acertado reparto, una trama atractiva y un montaje excepcional, de que "La gran evasión" sea una de las mejores películas bélicas de la historia.

Reconocimiento y legado
Aunque parezca chocante, paradójico o, directamente, un atraco, "La gran evasión" apenas fue nominada a la categoría de Mejor Montaje, quedando olvidada de la categoría Reina. Sí había logrado colarse en la categoría dramática en los Globos de Oro, pero la cinta de Sturges, que no fue un exitazo como mucha gente piensa, cayó olvidada tras unos años de gran éxito del cine bélico.

En los años 80 Paul Wandkos realizaría una Tv movie sobre los mismos hechos que en España se conocería como "La gran evasión II: La historia jamás contada" y contó con Christopher Reeve de protagonista. La música de Elmer Berstein siempre será asociada a quienes intentan evadirse, tal y como muestran homenajes como en "Los Simpsons" cuando Maggie quiere huir de la guardería o en "Chicken Run", evasión en la granja, donde se parodia en cierta manera a Steve McQueen. También hemos visto recientemente homenaje en "Érase una vez en Hollywood" donde el personaje interpretado por Leonardo Di Caprio se rumoreó que había hecho casting para "La gran evasión" y Tarantino montó un pequeño fragmento de la película de Sturges cambiando el rostro de McQueen por el de Di Caprio.

Nota: 9,5

Lo Mejor: McQueen tirando del equipo en plan estrella, desprendiendo carisma en cada plano; y un excelente montaje que cohesiona de maravilla las tres partes de la película.
Lo Peor: La escena de la evasión, un tanto larga para mi gusto, con el ritmo que tenía hasta ese momento (y el posterior) la película.

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