El nuevo juguetito de Netflix llegó el pasado fin de semana. Se trata de una nueva producción alemana con aroma bélico (recordemos el éxito de "Sin novedad en el frente") que bebe sin duda alguna y de manera descarada de "Malditos Bastardos" y el macarrismo Tarantiniano. El homenaje a algún plano de la película, incluida esa Banda Sonora con fragmentos a Spaghetti Western es evidente desde el primer momento.
La trama, sencilla como ella sola, nos puede retrotraer a "Overlord", otro título donde lo bizarro o gamberro cobran protagonismo. Es fácil seguir esta nueva producción alemana y entrar en su Universo. Un metraje amable para los tiempos que corren (100 minutos incluyendo créditos) nos hace devorar la película de una tacada por mucho sueño que haya. Siempre, eso sí, contemplando que se trata de una película gamberra donde la sangre a borbotones, los nazis muertos y los giros son constantes para mantener la atención.
No aspira a grandes cotas. Ni siquiera a ser memorable, pero lo que se propone en "Sangre y oro" es homenajear al cine bélico de distinto calado. Desde una lucha por el oro que nos pueda recordar a "Los violentos de Kelly" a los que un servidor ve cierto guiño en su tramo final, a esa bastardada de Tarantino con granjas y nazis malosos. Bastan sus primeros 5 minutos, con dejes a "El capitán", otra joyita del cine alemán para saber de qué va la cosa, sus protagonistas y lo que se puede esperar de ella...
¡Y no falla! Su dirección muestra con atino y brillantez las virtudes de un cine necesario para pasar el rato. Lejos de la excelencia del antibelicismo, se permite jugar al horror de la guerra mostrando las penurias de sus protagonistas. Una serie de personajes marginales alejados de la gloria y alejados de una vida amable, todos ellos en esa cocktelera que es un pueblo que esconde un secreto. Nazis ejerciendo de Nazis dignos de una americanada... Pero en una película alemana.
El humor está presente en algunos tramos. Pero es en la sangre, en las diferentes maneras de matar al enemigo, y en el empleo de todo tipo de armas y trucos donde la película sale ganando. Como gana con unos villanos tan estereotipados como eficientes, con mención al duelo constante y sonante en diferentes tramos de la película de los dos hombres destinados a un clímax final digno del Western, todo eso, sin olvidar la presencia femenina de la película, de armas tomar.
Sus personajes son lo que son, estereotipo tras estereotipo, tópico tras tópico, macarrada tras macarrada; pero ello no quita ni un ápice y ni una coma a estar presenciando una de esas películas nada encorsetadas, hechas para el deleite del público, que saben lo que se les pide y lo ofrece con doble ración de rancho. Cada escena de combate/acción, bien sea en una granja o en una iglesia y cada duelo de sus personajes principales la hace divertida de principio a fin.
Si queréis un rato agradable, divertido, sangriento, Tarantiniano y muy disfrutón, con los días finales de la IIGM de fondo, "Sangre y oro" es una película que cumple su propósito. A caballo entre "Malditos bastardos" y "Overlord" y con alguna escena que nos recordará a "Salvar al soldado Ryan". Ahí lo dejo caer. Estáis avisados.
Nota: 6
Lo Mejor: Ofrece lo que se le pide: Sangre, sangre y mil maneras de matar nazis
Lo peor: Que la memoria la olvidará fácil.
La trama, sencilla como ella sola, nos puede retrotraer a "Overlord", otro título donde lo bizarro o gamberro cobran protagonismo. Es fácil seguir esta nueva producción alemana y entrar en su Universo. Un metraje amable para los tiempos que corren (100 minutos incluyendo créditos) nos hace devorar la película de una tacada por mucho sueño que haya. Siempre, eso sí, contemplando que se trata de una película gamberra donde la sangre a borbotones, los nazis muertos y los giros son constantes para mantener la atención.
No aspira a grandes cotas. Ni siquiera a ser memorable, pero lo que se propone en "Sangre y oro" es homenajear al cine bélico de distinto calado. Desde una lucha por el oro que nos pueda recordar a "Los violentos de Kelly" a los que un servidor ve cierto guiño en su tramo final, a esa bastardada de Tarantino con granjas y nazis malosos. Bastan sus primeros 5 minutos, con dejes a "El capitán", otra joyita del cine alemán para saber de qué va la cosa, sus protagonistas y lo que se puede esperar de ella...
¡Y no falla! Su dirección muestra con atino y brillantez las virtudes de un cine necesario para pasar el rato. Lejos de la excelencia del antibelicismo, se permite jugar al horror de la guerra mostrando las penurias de sus protagonistas. Una serie de personajes marginales alejados de la gloria y alejados de una vida amable, todos ellos en esa cocktelera que es un pueblo que esconde un secreto. Nazis ejerciendo de Nazis dignos de una americanada... Pero en una película alemana.
El humor está presente en algunos tramos. Pero es en la sangre, en las diferentes maneras de matar al enemigo, y en el empleo de todo tipo de armas y trucos donde la película sale ganando. Como gana con unos villanos tan estereotipados como eficientes, con mención al duelo constante y sonante en diferentes tramos de la película de los dos hombres destinados a un clímax final digno del Western, todo eso, sin olvidar la presencia femenina de la película, de armas tomar.
Sus personajes son lo que son, estereotipo tras estereotipo, tópico tras tópico, macarrada tras macarrada; pero ello no quita ni un ápice y ni una coma a estar presenciando una de esas películas nada encorsetadas, hechas para el deleite del público, que saben lo que se les pide y lo ofrece con doble ración de rancho. Cada escena de combate/acción, bien sea en una granja o en una iglesia y cada duelo de sus personajes principales la hace divertida de principio a fin.
Si queréis un rato agradable, divertido, sangriento, Tarantiniano y muy disfrutón, con los días finales de la IIGM de fondo, "Sangre y oro" es una película que cumple su propósito. A caballo entre "Malditos bastardos" y "Overlord" y con alguna escena que nos recordará a "Salvar al soldado Ryan". Ahí lo dejo caer. Estáis avisados.
Nota: 6
Lo Mejor: Ofrece lo que se le pide: Sangre, sangre y mil maneras de matar nazis
Lo peor: Que la memoria la olvidará fácil.
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