Crítica de "Un marinero en la guerra"

A principios de mes llegó a Netflix una producción noruega titulada "Un marinero en la guerra". Se trata de una película de 150 minutos de duración que la plataforma de contenido streaming ha incluido en su catálogo en formato de miniserie, con tres capítulos que (intro mediante) alcanzan casi la hora de duración. La película (o miniserie) sigue los avatares de dos marineros mercantes noruegos durante la II Guerra Mundial, y el sufrimiento o espera de la familia de uno de ellos.

Como miniserie, la producción queda bastante bien distribuida en tres partes diferenciadas. La primera de las cuales centra esfuerzos en contar los prolegómenos y los primeros momentos de tensión en alta mar; la segunda narra más el momento álgido con el peligro de los submarinos en alta mar y, paralelamente, el peligro en casa al tener los nazis una base de submarinos en la localidad donde reside la familia del marinero protagonista. La tercera, por su parte, enfoca en la posguerra.

Tenemos un drama con tintes bélicos, pero que no deja de ser un drama en toda regla. Los protagonistas, cercanos a lo que pudiéramos ver en "Hombres intrépidos" o "Acción en el Atlántico Norte" se dedican a la marina mercante, no son soldados, pero les ha tocado sufrir una guerra y sobrevivir en un mar infestado de "lobos". En ese sentido, cuando la producción entra en el mar y nos hace sufrir con los protagonistas es cuando mejor sabor deja en el paladar.

Toda esa agua que tragan los protagonistas en las escenas cumbre están bien rodadas, si bien dejan al espectador con ganas de más. Si exceptuamos el segundo episodio, en el primero apenas se ven par de pequeños ejemplos de esa guerra marina. El segundo, sin embargo, entra de lleno en el horror y crudeza de la guerra, algo que alegrará a quienes esperasen ver un "Greyhound" de buques mercantes. La guerra del Atlántico da para buenas producciones, pero siempre que los submarinos sean protagonistas.

Pero en "Un marinero en la guerra" esos submarinos acaban siendo casi unos extras, con apenas una breve aparición de por medio (curiosamente no quedando como tan malos de la película). Tampoco se aprovecha la tensión de la guerra en gran parte de las dos primeras horas de la miniserie. Vemos a los protagonistas preocupados por lo que pueda suceder, pero lo que acontece no parece ir con nosotros. Eso es, en gran parte, por la manera en que controla el tiempo interno la película. Es difícil abarcar los años de la guerra, pero el cine británico en "Mar cruel" dio muestras de mejor hacer, dentro de esa dificultad, que esta película noruega.

Los saltos temporales son constantes para avanzar rápidamente de 1940 a 1944 en apenas par de fogonazos. Y en esas, es difícil acabar teniendo simpatía por ese variopinto grupo de marineros que harán piña a lo largo de la guerra hasta el clímax de la película. Un clímax que se alcanza a mitad de la misma. El largo epílogo, necesario para contar la difícil tarea de volver a casa y retomar la vida se le hará bola a más de uno. A mí, personalmente, no me acaba de convencer el exceso de metraje destinado a ese retorno.

Tiene su atractivo para quien quiera ver en "Un marinero en la guerra" una epopeya, un largo viaje a casa cual Odisea de Homero. Pero incluso Homero apenas dedicó un breve apartado a Ulíses en Ítaca. Y ahí sí estaba el auténtico clímax de la obra. Todo lo contrario que una película que va generando un in crescendo para bajar de golpe a las profundidades. Falta brillo en el montaje, no tanto en unos apartados técnicos que, teniendo en cuenta que estamos ante una producción noruega, están bastante logrados.

El resultado es una miniserie que puede generar interés a quien le guste la temática, pero que toca ver sabiendo que se asiste a un drama en la II guerra Mundial. El cine noruego está cada vez más volcado en rememorar la contienda, lo cuál se agradece. Y pese a ser interesantes sus propuestas para ir conociendo diferentes historias de la misma ("Max Manus", "El duodécimo hombre", "La decisión del rey" o "Narvik") no acaban de tener un guion y un montaje tan solventes como para atraer al público fuera de sus fronteras. Queda trabajo por hacer.

Nota: 5

Lo Mejor: Las escenas en alta mar, con especial mención al capítulo 2.
Lo Peor: Ese largo retorno a casa, donde el interés generado en los primeros dos capítulos queda diluido de golpe.

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