La batalla del Lago Changjin (2021)

Hoy bombardeo a los seguidores del blog con uno de los grandes eventos cinematográficos de los últimos años. Y no, no se trata de "Top Gun Maverick", ni "1917" ni nada por el estilo. Se trata, eso sí, de la segunda película bélica más taquillera de todos los tiempos, si bien toca poner un asterisco a tal afirmación ya que los más de 900 millones de dólares recaudados fueron únicamente en un mercado cerrado como el del gigante chino, donde las cifras no sé hasta cierto punto cuánto pueden estar o no trucadas.

En cualquier caso, esta "La batalla del lago Changjin", que tendría una secuela un año más tarde, es una superproducción bélica repleta de toda la epicidad posible, entendiendo por epicidad aquello que entienden los chinos hoy en día. Espero que esta última afirmación no resulte ofensiva a nadie. Porque lo que hacen los tres directores al mando del aparato, es poner énfasis cada cinco o diez minutos en una hazaña o proeza heroica, abusando en todo momento de la ralentización de velocidad de imagen mientras la partitura nos indica que estamos ante el escenón de turno.

Aprendida, por lo tanto, la lección made in Hollywood, cabe matizar aquí que lo que en una película de tres horas épica estilo "Braveheart" pudiera verse en tres o cuatro momentos puntuales, aquí aparece hasta el agotamiento. No hay escena bélica (de las tres o cuatro que componen la película) que no tenga ese excesivo o abusivo empleo de la cámara lenta con la musiquilla de fondo. Todo para tocar la fibra y mostrar el heroísmo inherente a cada voluntario chino que combatió en aquella guerra.

Aquella guerra que, dicho sea de paso, tengo que informar que es la de Corea o las dos Coreas, como queráis llamarla. Donde lucharon Corea del Norte y Corea del Sur, aunque la película haga mención únicamente a que los chinos ayudaron a Corea. Se refieren, para los que sepan de historia, a la del Norte, algo que quien vea la película sin saber de qué narices va no descifrará ni de casualidad. Puesto que no aparece ni un solo soldado coreano en las casi tres horas de producción, y tampoco hacen mención a nada que no sea Ejército de Voluntarios Chinos contra los EEUU.

De eso va "La batalla del lago Changjin", de vender una victoria sobre los EEUU. Victoria que sí fue tal, ya que fue el punto tope del ejército de la ONU (principalmente compuesto por americanos a las órdenes del General MacArthur). Sin embargo el tono de todo el tramo final de la película puede llevar al engaño creyendo el espectador que los chinos ganaron la Guerra de Corea. Lo que sí consiguieron fue enviar a las tropas de la ONU fuera de Corea del Norte, con el famoso Paralelo 38. Después la guerra se estancaría y alargaría durante casi tres años más antes de concluir oficiosamente en tablas. Oficialmente no ha acabado la guerra entre las dos coreas.

Sea como fuere, se trata de vender bonito el producto y en ello el cine chino pone toda su maquinaria y presupuesto a hacer una espectacular película que narre aquella hazaña a la par que muestre los rostros de héroes chinos, de esos jóvenes que fueron a luchar aquella guerra y a pelear por su país (si bien fuera en el extranjero) ante el gigante americano. Volvemos a lo mismo, la película se centra en estos dos bandos, y si bien muestra imágenes de los norteamericanos, lo hace con unos estereotipos muy poco trabajados. No les culpamos, pues tratan a los americanos, como el cine yankee trató a alemanes o japoneses en numerosas películas.

En su intento por mostrar la guerra desde ambos lados, se ve claramente con las actitudes lo que se pretende vender. Como clara muestra esa cena de acción de Gracias donde abunda el pavo. Contrastes entre los americanos en su base con comida por doquier y que parecen en un buffett libre mientras los chinos, agazapados en las montañas comen patatas congeladas. Pero claro, esos muchachos son de otra pasta, como reconocerá el General americano al final de la película cuando contemplen, en su huida, como un grupo de soldados chinos ha quedado congelado. Pero no de cualquier manera, no. Congelados en posición de ataque o defensa, rifles en mano, sin pestañear. Muy peliculero.

Tan peliculero como toda la película en sí, repleta de clichés y de americanadas pero por parte de los chinos. Y alguno en este momento se prestará a decir que viene bien ver "el otro punto de vista" y que si se compra el patriotismo norteamericano, ¿por qué no el chino? La respuesta es fácil, contad cuántos momentos de bandera USA con musiquilla, cámara lenta y heroicidades en nombre de la patria tiene una película propagandística americana, y cuántos abundan en "La batalla del lago Changjin", repleta de ellos, como está repleta de topicazos. Uno tras otro.

El caso es que el cine chino en este sentido tiene bastante camino por hacer. Tienen los medios y el presupuesto, pero resulta claro que el patriotismo que desprenden es mucho más exagerado en todos los aspectos, al americano. Todo lo hacen más grande, grandilocuente, como meter una película de 170 minutos en los cuales la batalla que pone el título se reduce a los últimos 45'. El resto, ponernos en situación, metiendo al bando americano para contextualizar y dar a la película un empaque más histórico. Es decir, nos narran los hechos con fechas y con los dos bandos para que parezcamos asistir a una película de tonadilla documental. En realidad, no deja de ser una de hazañas bélicas con la batalla de fondo. Un "Pearl Harbor" intentando camuflarse en "Tora Tora Tora", para que nos entendamos.

¿Y se disfruta? Aquí quería yo llegar. Hasta ahora he atizado a la película por abusar de recursos que son buenos para el tono épico pero que usados excesivamente pierden su poder, al menos para el espectador medio. Quizá en China aplaudan con las orejas cada una de esas hazañas o cada soldado americano muerto. Pero en el sofá de mi casa, y lamentando (no obstante) no disfrutar de una pantalla grande para las secuencias bélicas, la sensación es otra. Pero cuando la película acaba rozando el ridículo dentro del exceso de epicidad y, sobre todo, cuando la película se pone el mono de trabajo para lanzarnos al combate puro y duro, esta se eleva claramente.

Porque hay dos escenas bélicas de una extensión de más o menos media hora que merecen muchísimo la pena. Ambas bastante parecidas, con ataques nocturnos a una base norteamericana. Y las dos tienen todo tipo de muertes, de situaciones, y mucha sangre. Gore, disparos, explosiones... todo lo que os imaginéis en una película bélica lo podéis tener aquí. Aviones bombardeando, helicópteros, francotiradores, obuses, bombas lapa... de esto último hay hasta aburrir, pues es otro de esos recursos bestias a los que la película desde su guion a su montaje no supo poner freno.

Pero aceptamos y abrazamos su bestialidad belicosera. Porque es de lo que se trata. Dos escenas bélicas donde el realismo debe quedar muy de lado (lo de miles de soldados bajando una colina y disparando cuando frente a ellos había otros soldados de su propio ejército, digno de elogio), donde todo se reduce a, sin tanques, destruir tanques enemigos... pero aceptando todas las limitaciones propias del cine más propagandístico, queda un evento cinematográfico disfrutón donde, por una vez y sin que sirva de precedente, los buenos de toda la vida se convierten en malos.

En la batalla del lago Changjin o Chosín (en la realidad) los chinos tenían más soldados. En esta película aunque si hacemos recuento se puede ver lo mismo, parece indicar todo lo contrario, donde agazapados aprovecharon estar escondidos para asestar golpes a un ejército repleto de tanques. Sí, con más tanques y vehículos que personas. Dentro de ese despiporre repleto de carros de fuego (más que en "La batalla de las Ardenas", diría) señalar la clásica escena que parece que debe tener toda película china donde un soldado coge un proyectil con sus propias manos. En este caso para subirlo a un coche y provocar con ello que los bombarderos americanos bombardeen a sus propios tanques y no la base que ha sido ocupada por los chinos.

Vamos a analizar la escena. ¿Quién a bordo de un bombardero no se daría cuenta de que esa bomba que lanza humo de un color para bombardear el objetivo no se daría cuenta de que esa bomba está en movimiento y, por ende, que algo raro está pasando? Y ¿Si te han mandado bombardear la base, no se supone que ya tienes unas coordenadas concretas? Auspiciados por la nocturnidad y la locura, parece ser que quedaba peliculero y que muchos comprarían esta secuencia como realista. Nada más lejos de la realidad, en 175 minutos todo es patrioterismo y escenas espectaculares fantasiosas. Y, lo más preocupante radica en que ese patrioterismo made in China desprende muchos más ramalazos de besar la bandera que los made in Hollywood durante la II Guerra Mundial. Y aquella guerra estaba en cierto modo, justificada.

El mensaje probélico que parecen desprender los créditos finales pueden ser un aviso a navegantes. El caso es que en China se está haciendo un cine exacerbadamente propagandístico sobre guerras antiguas, pero donde vender el triunfo ante una potencia como EEUU en 1950 parece de actualidad. O, cuanto menos, pretenden actualizarlo. "La batalla del lago Changjin" es un pasatiempo al que le puede sobrar tiempo, sobrar fantasía y sobrar patriotismo. Pero si no tuviera todo eso a lo bestia, como lo tiene, no sería una película bélica china de 2021. Aceptamos pulpo como amantes de lo belicosero, por sus secuencias de acción y por su imitación, que resulta casi paródica, al cine americano. Tan paródico como los soldados americanos que aparecen en la película, que parecen unos memes de mal gusto.

Nota: 5,5

Lo Mejor: Sus excesos marca de la casa.

Lo Peor: Que tienen mimbres para hacer películas bélicas Top, pero obligados su ideología y no haber aprendido correctamente el ABC del buen cine épico le condenan.

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