El curioso género bíblico-bélico

Hubo un tiempo en el que Hollywood iba en pañales y decidió narrar las grandes gestas de la historia convirtiéndolas en hitos del cine épico. En dicha época, hay dos películas que, pese a no tener una historia central en común, sí guardan una relación curiosa con la Gran Guerra. Hablo de "Juana de París" (1916) y "El arca de Noé" (1928) dirigidas por dos grandes de la dirección como Cecil B.De Mile y Michael Curtiz, respectivamente.

¿Qué tienen estas dos cintas que ver con el conflicto que tuvo lugar entre 1914 y 1918? En apariencia, poco. Pero sus directores y guionistas optaron porque la Primera Guerra Mundial tuviera cierto peso importante en la trama, realizando un peculiar género híbrido entre el histórico y el puramente bélico, o el bíblico-bélico en el caso de Noé y Curtiz. 

Conencemos por la primera película, de más de dos horas de duración y que llegó en 1916. Por entonces Hollywood no estaba en guerra, ya que Estados Unidos no lo estaba. Pero De Mile se ve que quería aprovechar su alegato histórico en memoria de la heroína francesa para introducir un mensaje referente a la guerra que asolaba Europa. De esta manera incluyó brevemente una pequeña trama ambientada en la Primera Guerra Mundial.

Pese a que el relato nos trasladaba en todo momento a Juana y su belicismo siglos atrás, el mensaje de una heroína francesa llevando en volandas a su país en busca de un mundo mejor era aprovechado por De Mile para mostrarnos a un oficial Británico que, en el tramo final, inspirado por el espíritu de Juana, y por la espada que ella poseía, se lanzaba a derrotar al enemigo teutón. 

En cuanto a "El arca de Noé", la Primera Guerra Mundial tiene mayor peso que en la cinta de De Mile. Cabe señalar que De Mile había rodado su obra cuando no existían grandes películas sobre la guerra de trincheras, mientras que Curtiz en 1926, año de rodaje de la película, sí tenía precedentes. En 1927 se hubiese estrenado, pero la irrupción del sonido derivó en una larga postproducción y añadido de escenas y sonorización.

El resultado fue una película que alcanzó el millón de dólares de presupuesto. Una barbaridad para la época. Por suerte, el público, necesitado de grandes epicidades, acabó por aupar la película a ser uno de los éxitos del año. Pero, volviendo al tema, ¿Qué pintaba la gran guerra con Noé?

Pues por el carácter crítico de la obra. El film pasea por dos tiempos diferentes, pero repletos de similitudes. Si en los años antes de Cristo las guerras y el comportamiento del hombre derivó en que Dios, enfadado, hiciera llover durante 40 días y 40 noches... En 1914 el comportamiento de los hombres, que todavía no habían escarmentado, derivaría en otro instrumento del horror: Una guerra para acabar con todas las guerras (ilusos). 

De esta manera, y aunque predomine la historia de Noé que da título al film, Curtiz va alternando con una historia ambientada en la Gran Guerra. Que su pareja de actor-actriz fuese la misma en diferentes personajes, lo que hace es acrecentar esa idea de que el hombres lobo para el hombre, y va camino de un nuevo Diluvio Universal si no le pone remedio. Y el entendimiento y compañerismo; la paz y el amor, acaban siendo los ingredientes para salvar a la humanidad. 

El cine bélico ha mutado en muchas ocasiones, con híbridos peculiares con el Terror o la Ciencia Ficción de por medio. Lo que nunca pensaríais muchos de vosotros es que en una historia bíblica como "El arca de Noé", o en un pasaje histórico del medievo, se podía introducir una trama de la Primera Guerra Mundial. De Mile y Curtiz, dos grandes cineastas, lo hicieron. Quedando fundado el cine bíblico-bélico o, porqué no, el religioso-bélico.

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