Alfredo Mayo, el belicosero español

Hoy rindo tributo al que se podría considerar el gran actor del cine bélico español. Al menos, el que más producciones del género ha protagonizado. En España no es un género muy afamado, pero Alfredo Mayo fue, durante la posguerra, el ídolo del cine franquista. La superestrella que protagonizaba los títulos más patrióticos y propagandísticos. Pese a ello, no apareció en títulos tan prestigiosos como "Los últimos de Filipinas" o "Agustina de Aragón".

Su gran eclosión llegó en 1941. Acabada la guerra se convirtió en la estrella del cine franquista y en muy poco tiempo su rostro lideraba carteles. Su año 41 fue, precisamente, de estrella de relumbrón, pues apareció en el gran título franquista por antonomasia: "Raza" esa obra patriótica que abogaba por el alzamiento y cuyo guion estaba basado en una novela de un tal Jaime de Andrade. En realidad, se trataba del Pseudónimo con el que Francisco Franco había firmado la novela. Así pues, la maquinaria propagandística española estrenaba la obra de Franco, con Alfredo Mayo al frente.

Pero Mayo también estrenaría ese mismo año otras dos producciones con aire bélico. Una de ellas, la hoy casi desaparecida "Escuadrilla" (a la que reconozco tener muchas ganas) tiene lugar en la Guerra Civil y, como el título indica, con la aviación por protagonista. El otro título, que sí he tenido el placer de ver es "Harka", obra patriotera con muy poco fuste, de las que tienen poco nivel y envejecen peor. Los medios de la época no ayudaban, pero el guion, que podría haberlo firmado el mismísimo Jorge de Andrade, tampoco. Una de aventuras bélicas en Marruecos durante la guerra en los años 20, dirigida por Carlos Arévalo.

Apenas un año después, en 1942, y aprovechando que era el nombre del momento, Alfredo Mayo lideraba una obra de Juan de Orduña que vendría a ser, después de "Raza" la siguiente gran obra de enaltecimiento patriótico y militar: "¡A mí la legión!". Una película cuyo guion está muy a la altura del de "Harka" y que también tiene lugar con la legión española en Marruecos. Las similitudes quedan ahí, pues la historia de amor de la primera aquí no existe. A cambio, "¡A mí la legión!" Versa sobre un asesinato, una falsa acusación y la hermandad existente entre los legionarios. Cumple su función propagandística y es víctima de su época, sin duda. Ese mismo año, y pese a no ser bélica, Alfredo Mayo interpreta una de sus películas más reconocidas fuera del género: "Malvaloca". 

Los siguientes años transcurren con alguna otra obra hoy en día olvidada, ambientada en guerras anteriores a la Guerra Civil. De esta manera, "El abanderado" (1943) rendirá homenaje a la Guerra de Independencia en 1808, mientras que en "Héroes del 95" se hace mención a un acto heroico durante la Guerra de Independencia de Cuba, en 1895. Señalar que España mantuvo la colonia del país caribeño hasta tres años más tarde. 

Llegamos, entonces, a 1949 y el que podría considerarse el último gran título reconocido de Alfredo Mayo en su aportación al cine franquista, demostrando así que fue la gran superestrella española de la década de los 40. "El santuario no se rinde" es una de hazañas bélicas ambientada en los primeros compases de la Guerra Civil, y de cómo en un santuario en la montaña, resistieron con valor soldados del bando Nacional tras el alzamiento. La frase final con un soldado republicano diciéndole a otro que el que yace muerto merece todos los honores porque "es español" muestra claramente el mensaje de unión que pretendía la película. Eso sí, los buenos y los indios quedan claramente marcados en una película que vendría a ser similar en temática a "Sin novedad en el Alcazar". 

Hasta aquí su gran aportación al género y la que merece la pena recordar. Pero eso no quiere decir que aquí acabase la historia. Alfredo Mayo siguió haciendo cine y apareciendo en producciones cada año, incluidas algunas de prestigio como "La caza" de Carlos Saura donde tiene un papel principal. Pero, ¿Y en lo que respecta al cine bélico? Siguió haciendo producciones.

Por un lado en las siguientes décadas se estiló mucho la comedieta española con tintes militares para fomentar la instrucción. Ahí nos topamos con algunas películas que no os sonarán ni a Cine de Barrio, pues no son de las más famosas, como "15 bajo la lona" (1959),  "Un paso al frente" (1960) o "No le busquen tres pies..." (1968). También en tono dramático, Alfredo Mayo participaría en títulos como "La espera" (Vicens Lluç) sobre los últimos miembros de la División Azul en volver a casa, "Alféreces profesionales" o "La leyenda del tambor" (1982) sobre el tamborilero de Bruch. 

Se trataba, no obstante, de papeles menores en su mayoría. Generalmente con rango de oficial. Su película más conocida en el cine bélico español a partir de 1950 sería, "Los guerrilleros" película a mayor gloria de una estrella del momento: el cantante Manolo Escobar.

Alfredo Mayo, como decía, siguió haciendo mucho cine y, entre otras producciones, le dio a todo lo que podía, incluyendo spaghetti Westerns. Es por ello que tocó producciones internacionales. De esa guisa le vimos en un título sobre la guerra de Independencia de Argelia: "Marcha o muere", película belga. Y, pese a que su rol es mucho más que terciario, llegó a aparecer en toda una superproducción bélica made in Hollywood: "55 días en Pekín", como el embajador español (Guzmán). Con esa pequeña aportación en una película de una calidad excepcional, cierro el homenaje al actor que sería Goya de Honor del Cine Bélico: Alfredo Mayo.

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