Rio Grande (John Ford, 1950)

Cierro el primer bloque de la sección del Western militar con el título que faltaba por comentar de la trilogía fordiana de caballería: "Rio grande", película que en casi todas las listas aparece como la menos lograda del maestro. Y que, pese a su bella factura y buen acabado, coincido en la opinión de que es la menos buena de las cuatro (si incluimos "Misión de audaces").

La película nos cuenta la historia de un Teniente Coronel al mando de un Regimiento cercano a la frontera con méxico y que combate a los indios mescaleros. Y como llega entre los nuevos reclutas, su hijo, tras fracasar en la escuela de oficiales de West Point. Poco después hará acto de presencia la ex mujer del protagonista con la intención de cuidar a su hijo. En esa situación familiar, la inminente lucha con los mescaleros pondrá patas arriba el asunto.

Lo primero que llama la atención de "Rio grande" es que Ford volvería al blanco y negro de "Fort Apache", tras emplear color en "La legión invencible". Wayne repetía por tercera vez y, en esta ocasión, recuperaba casi en su totalidad el nombre de su personaje de la primera muesca de la trilogía. En lugar de Kirby York, aquí su nombre será Kirby Yorke. Pero pese a poder confundir ´(y más con el doblaje en castellano) a ambos protagonistas como si fueran el mismo con el paso de los años, parece difícil llegar a comprender el cambio psicológico o mental de ambos roles.

Si bien este pueda quedar en cierto modo justificado por el paso del tiempo. ¿Y si el capitán Kirby hubiera ascendido hasta llegar a Teniente Coronel? Recordemos que al término de "Fort Apache" se encargaría del Regimiento tras el fallecimiento del alter-ego del General Custer, interpretado por Henry Fonda. No sería descabellado pensar que las vicisitudes pasadas en esos largos años de lucha tras ese encubierto Little Big Horn podrían haber hecho mella en su protagonista llegando a alcanzar un tono arisco que choca con el de "Fort Apache". En cualquier caso, es únicamente una suposición lanzada al aire.

Si en la primera película el duelo interpretativo entre Wayne y Fonda y la lucha eran protagonistas, y en "La legión invencible" el largo camino así como esa sensación crepuscular del que está a punto de jubilarse mostraban sus señas de identidad, aquí Ford se centra mucho más en esa vertiente familiar que, en menor medida, ya se habían visto en las otras dos películas. La sociedad que pretende retratar, y las vidas de los soldados, como ya hiciera con "La diligencia" son el motivo que hace avanzar la trama. Siendo esta, la de la lucha con los mescaleros, algo secundaria. Si bien marcará, por tercera vez, el clímax de la película.

No se puede ocultar que el clímax merece la pena. Esa batalla en una población mexicana tras hacer una incursión en teoría prohibida, para poner en su sitio las cosas y recuperar a unos pobres niños, está rodada con buen gusto por la acción. Es un buen clímax para una película que había ido por otros derroteros. Y eso que su inicio, demoledor, pone en situación. Es como si Ford hubiese girado dos partes, pues la sensación de "Fort Apache" con el inicio de las hostilidades al término de la película sí nos marcaba una primera parte... pero "La legión invencible" desde la tumba de la mujer del protagonista hasta ese final parecen indicar un fin de ciclo que pegaría (además del añadido del color) como tercera parte de la trilogía. Así pues, "Rio grande" parece haber llegado una película más tarde.

Ese inicio nos habla de los largos años de lucha contra los indios tras Little Big Horn, lo cual la uniría más, además del curioso nombre del Teniente Coronel, con la cinta interpretada por Fonda que con "She Wore a yellow ribbow" (título en inglés de "La legión invencible"). El tono pesimista de ese comienzo, con soldados abatidos llegando de la batalla también estaría más cercano al mensaje final de la primera. La conversación con su superior al llegar al fuerte, es una de las mejores escenas, poniendo en tesitura la guerra que hacen los políticos y comparándola con la que hacen los soldados, que deben obedecer órdenes. Órdenes y estamentos que volarán por los aires en la secuencia final.

Para llegar a ello, y tras un par de escenas de esas que apetece ver, como la de la sorpresa de Yorke al escuchar que entre los nuevos reclutas alguien se presentaba como "Yorke" y este resultaba ser su hijo, dando inicio a la trama, así como esa carrera de cuadrigas que ofrece el punto divertido a la par que aventurero a la película por los actores de riesgo que debieron interpretar la escena, son dos muestras de un buen cine para disfrute del espectador. Entonces llegará el drama familiar con el rostro de Maureen O'hara, con la que Wayne y Ford repetirían en una localidad que pasaría para la posteridad con el nombre de Innisfree, en la irlandesa y festiva "El hombre tranquilo".

El personaje femenino de la película cambiará el mundo del protagonista, que se verá cerca de esa mujer con la que en algún momento se descarriló sus vidas. Él del Norte, y defensor del ejército de la Unión durante la guerra. Ella, una sureña. La guerra provocó la ruptura, mostrándose como un elemento distorsionador capaz de destruir familias incluso una vez acabada. Esa escisión familiar vendría a representar la propia escisión dentro de los Estados Unidos. Y el hecho de que, acabada la guerra y años después, vuelvan a seguir enamorados y a formar familia, un claro mensaje de unión de un país que había pasado por años oscuros.

Destacar que la escena de la cena romántica que tiene lugar poco después de la llegada de la mujer al fuerte guarda muchas similitudes, música incluida, con algunas otras rodadas por el director como la de "No eran imprescindibles", obra maestra injustamente tratada por llegar con la fiesta (guerra) terminada. Es otra muestra, por ubicación de personajes y montaje, de un cine fordiano, clásico, bien trabajado y mimado. Un tipo de encuadres y de utilización de personajes para el drama en conflictos violentos que alcanzaría su excelencia, muy probablemente, en "El hombre que mató a Liberty Valance".

"Rio grande" no es una gran película si la comparamos con las otras dos hermanas mayores de esta trilogía. Tampoco si la comparamos con el mejor Ford. Pero es un muy buen western que nos lanza un mensaje de unión. Es un western militar donde la familia tiene una importancia más vital que en otros. Y es un western que ha demostrado ser querido, ya que entre vosotros lo incluisteis en la #LigadeWestern, entre los 20 mejores Westerns de la historia. Para mí no lo estaría, pero me parece justo reconocer que hay mucho trabajo y nivel en esta producción

Nota: 7,25

Lo Mejor: Un inicio demoledor y la manera en que trata el drama familiar.

Lo Peor: Acaba pareciendo la más romántica y menos bélica de las tres propuestas.

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