Un paseo bajo el sol (Lewis Milestone, 1945)

Penúltima parada de una sección que siempre me hace ilusión especial: La WWII narrada según el cine de la época. Todos los años procuro dedicar alguna entrada a este tipo de cine, pero en este han sido 12 las muescas (11 de momento) y tocaba recordar una película que tiene un hueco importante en mi memoria y corazoncito, no tanto por su calidad y acabado, sino porque fue un gran descubrimiento en su día, cuando la compré en VHS comprobar que un sueño que tuve de pequeño contenía imágenes de la película. Esta es la historia del sueño, la producción y la película del prestigioso Lewis Milestone: "Un paseo bajo el sol".

En el sueño, un combativo Imanol (Sí, yo) y sus amigos de infancia (hablamos de antes de Primaria) van a la guerra. Así de belicosero era yo. Lo que siempre me intrigó de ese sueño (o quizás lo imaginé y no fue un sueño) era que las imágenes en color de mis amigos y yo rumbo al combate contrastaban con imágenes en blanco y negro desde el interior de una casa. Ventanales de donde se observaban ametralladoras y, de frente, soldados en blanco y negro corriendo hacia la ventana, hacia la cámara. Años (muchos) más tarde, tras aburrirme como una ostra con "Un paseo bajo el sol" debido a su escasa dosis de combate, la escena final me levantó del asiento y una sonrisa. Eran las mismas imágenes que yo recordaba del sueño. Con lo cuál en mi infancia, posiblemente en televisión (mi abuelo no tenía la película en su colección) habría visto esos diez minutos finales.

Producción
La película fue estrenada en diciembre de 1945, con la guerra terminada. Ya el público parecía cansarse del conflicto y esos meses finales fueron una sepultura para el cine bélico que hasta 1949 quedó un tanto olvidado de la mano de Hollywood tras largos años de gloria. "Un paseo bajo el sol" fue de las últimas en llegar y, tanto por ese detalle como por la trama, acabó pasando desapercibida. No ayudaba que el conflicto fuese en Europa, donde la guerra había acabado todavía antes y el enemigo no era tan feroz como el japonés. En ese periplo bélico (1941-45) el cine de Pacífico había devorado al del frente europeo por parte de Hollywood. En Euoropa muy buenos títulos, generalmente de directores europeos, referentes a la resistencia de algunos países, dominaban las salas de cine. Sin embargo, poco cine sobre los yankees por Europa.

Curiosamente en poco espacio de tiempo llegaron dos propuestas sobre el mismo frente, el italiano. Por un lado "También somos seres humanos" que se llevó mejor fama, con un Robert Mitchum que llegó a ser nominado (por única vez) al Óscar, como Mejor Secundario. Y por otro lado este "Un paseo bajo el sol" con Dana Andrews al frente. Wellman y Milestone, dos grandes directores del género, sin duda. Y como nexo común, un Burguess Meredith que protagonizaba la primera y ponía la voz en off de narrador en esta secunda, una película (huelga decirlo) más modesta en pretensiones. Milestone contó con United Artist para producirla pero rápidamente bajaron del proyecto. Y la aparición de Darryl F.Zanuck (productor de "El día más largo") hizo posible que esta película viera la luz.

En el proyecto cabe destacar la presencia de muchos ilustres de izquierdas que pocos años después serían perseguidos, repudiados, y acusados por sus compañeros en la salvaje caza de brujas que azotó Hollywood. Además de un soviético de nacimiento Milestone, tenemos al guionista Robert Rossen que se hizo valer de la novela del mismo título escrita por Harry Brown y publicada en 1944. Los detalles narrados tienen lugar en 1943, así que tanto la novela como posteriormente la película se dieron prisa en ver la luz. También en la banda sonora se incluyeron un par de canciones de Earl Robinson (la música) y Millard Lampell (letra). Estos dos miembros también de ideas políticas de izquierda, dieron vida a la idea de Milestone de incluir un tema principal que introdujera y concluyera la película.

El resultado de esta múscia es una balada realmente emotiva que se inicia con "Fue tan sólo un corto paseo bajo el cálido sol italiano, pero no fue algo fácil...", un mensaje claramente humanista que era el enfoque que Milestone quería dar a una película que se salía de los cánones de la época donde el patriotismo estaba a la orden del día. El tema en los créditos finales concluía con "Es el paseo que desciende a través de una ciudad filipina y encuentra la carretera siete, al norte de Roma. Es el mismo camino que tomaron al salir de Stalingrado...". Sin duda, Milestone avisa de esa lucha ante el enemigo, presente en Filipinas, Roma o Stalingrado, mencionando de paso al aliado soviético. En este caso, su mensaje sí parece abordar una temática más belicista, pero no tan patriótica.

Esta música fue todo un invento del señor Milestone que en los años posteriores sería empleada como introducción a numerosos Westerns que tenían una balada propia que iniciaba la aventura y narraba las gestas de sus protagonistas. Además, como venía siendo habitual en algunas películas basadas en alguna novela, para recalcar que estaban escritas antes del largometraje, se empleaba un libro del que se iban pasando páginas con las imágenes de los protagonistas, o la introducción a la trama. Ya se empleó en el cine bélico en el film "Guadalcanal". Pero aquí es de elogiar el buen gusto de Milestone en presentarnos a sus protagonistas con alguna frase que les defina en ese largo "paseo bajo el sol". Además de poner el nombre del actor y su personaje, Milestone llega a mostrar imágenes previas al desembarco con buen gusto. Una luz parece molestar de golpe al espectador en una de ellas, y con ello se inicia oficialmente la película.

Reparto
Señalar que la película tiene un reparto coral. Por mucho que Dana Andrews fuese ya una estrella y fuese el actor más cotizado del reparto, la película cuenta con no pocos actores en papeles de peso repartido. Richard Conte como el italiano de Brooklyn ametralladora en mano, George Tyne como su acompañante de chistes, John Ireland con el personaje más carismático o esencial de la película e incluso el mismísimo Lloyd Bridges. Todos ellos, y otros cuantos, forman parte de ese grupo de hombres que deberá cumplir una misión dentro de las horas siguientes al desembarco en Palermo.

Película
Milestone se aleja desde el principio de lo que era el cine de la época. Pese a que podemos considerar al pelotón un grupo variopinto de hombres hasta cierto punto estereotipados para llegar al espectador, les da un factor psicólogico más potente que en otras películas. Estos soldados charlan en muchos casos sobre temas humanistas trascendentales, con ese John Ireland que constantemente menciona a su hermana a la que escribe cartas 'mentalmente'. Precisamente será este personaje el encargado de abrir la película con su luz... Y de cerrarla con una lapidaria frase: "Hemos ocupado una granja. Ha sido fácil. Terriblemente fácil". Ese apunte final dicho con toda la tranquilidad del mundo contrasta con el campo repleto de cadáveres en que se ha convertido el suicida asalto final.

Sin oficiales al mando, el Sargento interpretado por Dana Andrews será el encargado de liderar al grupo por esas tierras italianas. La película puede adolecer claramente de falta de ritmo, acusado por tener mucho diálogo y poco 'lerele'. Apenas par de ataques aéreos y el asalto a un tanque como escaramuzas bélicas previas a la escena final. Unos 100 minutos sin apenas guerra pero 100% bélicos. El tanque, por cierto, hecho con cuatro duros, pero que contiene un autohomenaje del propio Milestone. A saber, cuando acaban con la tripulación del tanque, de la misma sobresale el brazo de un alemán. Únicamente el brazo, que cae sin fuerzas, muerto. Es una escena similar al desenlace de "Sin novedad en el frente".

Fuera de ese homenaje, decía, la película tiene mucha verborrea. Muestra en muchos aspectos los pensamientos de los soldados, de los hombres. Y pese a los chascarrillos de Conte y Byrne para suavizar el contenido y equiparlo al resto del cine de la época, asistimos a algo diferente, precursor de títulos mucho más lejanos en el tiempo como serían "Playa roja" o "La delgada línea roja". Los soldados piensan, sufren y mueren, pese a ser soldados y tener que cumplir con su labor, no deja de ser esta un camino (corto o largo, según cómo se quiera ver) para poder lograr el billete a casa.

Justamente la voz en off de Andrews se apodera del film en el instante previo al asalto. Acompañada de barridos de cámara que muestran el mareo o vértigo, el miedo, y quizás la locura previa a la guerra, su voz recuerda a los caídos, en forma de homenaje, pero ofrece (al mismo tiempo) esa vertiente humanista que destaca en la película y la diferencia de otras de su especie. Este momento, junto al personaje de John Ireland ofrecen una visión pesimista y cercana claramente al pacifismo o antibelicismo. Está claro que tener la guerra acabada ayudó a poder hacer una película con ese mensaje y no tanto con el patriotismo por bandera.

No puedo engañar a nadie. No venderé "Un paseo bajo el sol" como una gran película. Ni siquiera de su época, porque no me lo parece. Tiene virtudes muy interesantes y una escena final que me ha gustado siempre, planos sensacionales porque Milestone es un pedazo de director. Pero eso no puede ocultar que falla el ritmo, que el guion por muy nutrido que esté en cuanto a diálogos acaba convirtiéndose en un día en las vidas de estos hombres, obviando que una película necesita algo más en su nudo para captar la atención del espectador. El realismo de algunos fragmentos queda en entredicho ante un paseo tan claro "bajo el sol" donde los hombres conversan como si no existiese enemigo alguno en kilómetros a la redonda. Y eso, tampoco parece de rigor.

"Un paseo bajo el sol" acaba siendo una buena película gracias a sus intenciones, a su gran director, a lo bien trabajado del personaje de John Ireland y, sobre todo, a esa escena final que por muy suicida y quizás no acorde a la táctica militar de la época, está rodada con muy buen gusto por lo espectacular. Pero tanta verborrea, tanto paseo bajo el sol, acaba tostando a más de un espectador (más aún si cabe, a la hora de la siesta). Buena película, que no notable, ni siquiera entretenida. Pero que considero que se debería ver alguna vez en la vida para apreciar el talento de ese sensacional director que fue Lewis Milestone.

La Escena
Travellings laterales de soldados saliendo del río para atacar la granja por un lado. Travellings laterales de los que, agachados en el campo a través frente a la granja salen al ataque. Los dos planos alternados en el montaje son brillantes. En frente, una granja de la que no veremos ni un sólo alemán. Que va, observamos la ametralladora en la ventana aguardando el asalto mientras vemos como esta dispara a los que se aproximan. Ya había hecho este tipo de planos de ataque/defensa en "Sin Novedad en el frente" e incluso en otra obra suya que me gusta como "Al filo de la oscuridad". Pero aquí considero que logra un esplendor maravilloso. Para aplaudir con las orejas.

Toda la escena, sencilla en cuanto al ataque y su conclusión, contrasta con la difícil ejecución de la misma, repleta de esos travellings, de planos subjetivos del punto de vista alemán (hasta entonces desaparecidos) y de todo lo que rodea a los personajes. Por si fuera poco ese parón con John Ireland respirando tranquilo y pensando su nueva carta, y con los supervivientes saliendo del edificio de uno en uno, aliviados, con el trabajo bien hecho, vivos... Milestone nos habla de hombres y de soldados. Pero no de héroes. Y eso acerca la película más a "Sin novedad en el frente" que el cine que se había hecho (él incluido) en los años previos de la guerra.

Nota: 6'25

Lo Mejor: La granja. Esos 25 minutos finales con tensión y una escena bélica brillante.

Lo Peor: Que pese a gustarme su idea de mostrarnos la realidad, pierde de vista su labor de entretenimiento, aburriendo o cansando por momentos.

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