Hoy tocaba dedicar unas líneas a uno de esos clásicos ambientados en la II Guerra Mundial que se pueden degustar (en VOSE) en la plataforma Netflix. Puro cine british de propaganda belicosera rodado, en esta ocasión, durante el propio conflicto. Se trata de "San Demetrio London" película inspirada en unos increíbles hechos reales y que tuvo cierto éxito y repercusión en Gran Bretaña pese a ser hoy en día una rareza olvidada de aquella época.
Tras las cámaras nos encontramos con Charles Frend, nombre que quizás os diga poco pero que entre su filmografía más de un 25% de películas son bélicas, comenzando por sus cuatro primeras propuestas, rodadas todas ellas durante el conflicto y que tienen en "San Demetrio London" su obra cumbre de esta época. No obstante, a Frend se le recuerda más por su cine posterior a la guerra, concretamente con su gran obra bélica: "Mar Cruel" con Jack Hawkins y ya comentada en el blog, además de la aventurera "Scott en la Antártida".
Con un reparto con rostros poco conocidos para nuestros días, la fuerza de la producción radicaba en el sugerente hecho real del que partía, acontecido en 1940, donde el barco VM San Demetrio fue rescatado por su propia tripulación después de recibir de lo lindo durante la batalla del Atlántico por parte de un acorazado alemán. En la película se nos mostrará estos hechos, con la tripulación teniendo que huir en botes. Sin embargo, uno de esos botes, compuesto por un puñado de hombres quedará a la deriva y acabará encontrándose con el petrolero que habían abandonado dos días antes, en llamas pero milagrosamente a flote. Sin otra opción para sobrevivir, decidirán abordar nuevamente el barco y mantenerlo a flote y repararlo con tal de poder llegar a tierra firme.
Esta gesta contó con la aportación del Ministerio británico dedicado a la producción de películas propagandísticas y su fuerza estaba, sin duda alguna, en esos marineros que lucharon por sobrevirir y por volver de vuelta con el barco. Se da poca importancia al hecho de devolverlo al propio país, excepto en ese epílogo donde se aplaudirá la gesta recompensando a los marineros con una suculenta oferta por haber "rescatado" un barco que habían dado por perdido.
Hasta ese epílogo donde observamos como el propio Gobierno británico pudiendo pasar por alto el hecho (ya que fue su propia tripulación quien lo mantuvo a flote) para evitar gastar dinero en esos marineros, parece dispuesto a recompensarles con tal de enaltecer ese sentido patriótico de que esa gesta merecía su recompensa. Pues estamos hablando de un barco mercante y no de miembros de la marina cumpliendo su deber.
La modestia de la situación prespuestaria obligaba a rodar la mayoría de escenas con maquetas y en tanques de agua. Era lo típico en aquellos tiempos, pues Gran Bretaña estaba en guerra. Y si bien la campaña del Atlántico había mejorado considerablemente, era lo normal poder rodar en Estudio. Es loable, sin duda, que bajo las bombas, el cine británico pudiera parir obras de toda índole, con el cine bélico a la cabeza. No pocas de ellas de aspecto marítimo como "Convoy", "We dive at dawn" o esta "San Demetrio London".
A diferencia de las dos mencionadas anteriormente, a "San Demetrio London" quizás le falte una trama algo más atractiva. Sus hechos reales son los que son y en ese sentido la película cumple perfectamente su función. No se le puede poner peros a recalcar hechos reales tal y como el cine británico ha sabido hacer con suficiencia desde el principio de su cine. Pero la falta de acción en algunos términos hace que la película acabe siendo una sucesión de escenas de marineros de charleta mientras pasa el tiempo, tanto antes de la escena cumbre que les obligue a abandonar el barco, como después de la escena en la que lo recuperan.
Es ese intervalo de tiempo el Tour de Force auténtico de la película. La única escena bélica del film, rodada (como he dicho) con propios medios y sin ver al enemigo derivará en una lucha por la supervivencia con otros barcos intentando descubrir el paradero tanto del San Demetrio, como de sus supervivientes. La hazaña de quienes quedaron a la deriva pero pudieron recuperar el barco, tras dos días de hambre, sed y mucho frío, es la que marcará la película. La puesta al punto una vez devueltos al barco, también merece atención.
En total es un intervalo de tiempo que compone más o menos media hora. A partir de ahí la lucha contra las tormentas o tempestades y un mar repleto (en teoría de submarinos) pero en el que no veremos ni uno solo hacen que no hay un punto emocionante o álgido a partir de la mitad de la película. Los hechos son los hechos y parece que en Gran Bretaña no llegan al nivel de EEUU de adornarlos por el bien del espectáculo. De ahí que pueda resultar algo aburrida esa parte. Sobre todo para los amantes del belicoserismo.
Estamos ante un drama con tintes bélicos. De hombres en época de guerra. Rodada pocos años después de que John Ford dirigiera "Hombres intrépidos", otra donde la verborrea y la camaradería están por encima de lo que se nos cuenta. De ahí se saca una idea de cómo se "alistaban" a algunos tripulantes, con una noche de borrachera y un contrato con el que se podría decir agente. Un bar de por medio, y obligados a zarpar. Esa escena cumbre de "Hombres intrépidos" tiene su similar en los primeros compases de "San Demetrio London".
Más allá de ese guiño no sé tanto si a Ford o a cómo de cruel era la vida en ese tiempo, la película no esconde la idea de aplaudir a quienes, sin ser británicos, lucharon codo con codo con estos. La multitud de procedencias, con el escocés de turno o con ese canadiense que llaman Yank, forma parte de una sugerente tripulación con la que estaremos durante poco más de 90 minutos. A diferencia de otros títulos del estilo, tierra firme no se huele ni se intuye desde que se zarpa en los primeros minutos, hasta esa escena a modo epílogo.
Destacable o interesante ese momento de suspense donde los tripulantes no saben ante qué costas han llegado. Curiosa la porra donde cada tripulante sacará un papelito donde vienen diferentes lugares como "Escocia, Irlanda, Inglaterra, Francia o Noruega". Quien destapa esta última señalará que "espera no ganar esta vez". Pese a ese guiño, y a tanta camaradería, no se atisba mucho humor británico en la propuesta, ni (como he dicho) excesiva acción. La supervivencia en el bote salvavidas tras abandonar el barco se podría considerar lo más interesante de una película a la que le acabará faltando chicha, que no alma.
Interesante y pasable relato para quienes quieran conocer un pedacito de historia. Para los amantes del cine propagandístico, del que me declaro defensor, sea made in Hollywood o británico (al que cada vez admiro más). Fuera de eso, quien quiera una película bélica al uso, que se aleje de esta y de la mayoría de producciones british de los 40 y 50. Pues el peso de las mismas, la importancia, estaba en las personas, en esos seres humanos. Sean marinos de buque bélico o mercante, sean civiles en sus casas soportando las bombas o resistiendo al enemigo como en "Went the day well?", el cine britsh de aquellos años defendía la unidad de la nación y a todos sus heroicos paisanos. "San Demetrio London" es una más de esa lista.
Tras las cámaras nos encontramos con Charles Frend, nombre que quizás os diga poco pero que entre su filmografía más de un 25% de películas son bélicas, comenzando por sus cuatro primeras propuestas, rodadas todas ellas durante el conflicto y que tienen en "San Demetrio London" su obra cumbre de esta época. No obstante, a Frend se le recuerda más por su cine posterior a la guerra, concretamente con su gran obra bélica: "Mar Cruel" con Jack Hawkins y ya comentada en el blog, además de la aventurera "Scott en la Antártida".
Con un reparto con rostros poco conocidos para nuestros días, la fuerza de la producción radicaba en el sugerente hecho real del que partía, acontecido en 1940, donde el barco VM San Demetrio fue rescatado por su propia tripulación después de recibir de lo lindo durante la batalla del Atlántico por parte de un acorazado alemán. En la película se nos mostrará estos hechos, con la tripulación teniendo que huir en botes. Sin embargo, uno de esos botes, compuesto por un puñado de hombres quedará a la deriva y acabará encontrándose con el petrolero que habían abandonado dos días antes, en llamas pero milagrosamente a flote. Sin otra opción para sobrevivir, decidirán abordar nuevamente el barco y mantenerlo a flote y repararlo con tal de poder llegar a tierra firme.
Esta gesta contó con la aportación del Ministerio británico dedicado a la producción de películas propagandísticas y su fuerza estaba, sin duda alguna, en esos marineros que lucharon por sobrevirir y por volver de vuelta con el barco. Se da poca importancia al hecho de devolverlo al propio país, excepto en ese epílogo donde se aplaudirá la gesta recompensando a los marineros con una suculenta oferta por haber "rescatado" un barco que habían dado por perdido.
Hasta ese epílogo donde observamos como el propio Gobierno británico pudiendo pasar por alto el hecho (ya que fue su propia tripulación quien lo mantuvo a flote) para evitar gastar dinero en esos marineros, parece dispuesto a recompensarles con tal de enaltecer ese sentido patriótico de que esa gesta merecía su recompensa. Pues estamos hablando de un barco mercante y no de miembros de la marina cumpliendo su deber.
La modestia de la situación prespuestaria obligaba a rodar la mayoría de escenas con maquetas y en tanques de agua. Era lo típico en aquellos tiempos, pues Gran Bretaña estaba en guerra. Y si bien la campaña del Atlántico había mejorado considerablemente, era lo normal poder rodar en Estudio. Es loable, sin duda, que bajo las bombas, el cine británico pudiera parir obras de toda índole, con el cine bélico a la cabeza. No pocas de ellas de aspecto marítimo como "Convoy", "We dive at dawn" o esta "San Demetrio London".
A diferencia de las dos mencionadas anteriormente, a "San Demetrio London" quizás le falte una trama algo más atractiva. Sus hechos reales son los que son y en ese sentido la película cumple perfectamente su función. No se le puede poner peros a recalcar hechos reales tal y como el cine británico ha sabido hacer con suficiencia desde el principio de su cine. Pero la falta de acción en algunos términos hace que la película acabe siendo una sucesión de escenas de marineros de charleta mientras pasa el tiempo, tanto antes de la escena cumbre que les obligue a abandonar el barco, como después de la escena en la que lo recuperan.
Es ese intervalo de tiempo el Tour de Force auténtico de la película. La única escena bélica del film, rodada (como he dicho) con propios medios y sin ver al enemigo derivará en una lucha por la supervivencia con otros barcos intentando descubrir el paradero tanto del San Demetrio, como de sus supervivientes. La hazaña de quienes quedaron a la deriva pero pudieron recuperar el barco, tras dos días de hambre, sed y mucho frío, es la que marcará la película. La puesta al punto una vez devueltos al barco, también merece atención.
En total es un intervalo de tiempo que compone más o menos media hora. A partir de ahí la lucha contra las tormentas o tempestades y un mar repleto (en teoría de submarinos) pero en el que no veremos ni uno solo hacen que no hay un punto emocionante o álgido a partir de la mitad de la película. Los hechos son los hechos y parece que en Gran Bretaña no llegan al nivel de EEUU de adornarlos por el bien del espectáculo. De ahí que pueda resultar algo aburrida esa parte. Sobre todo para los amantes del belicoserismo.
Estamos ante un drama con tintes bélicos. De hombres en época de guerra. Rodada pocos años después de que John Ford dirigiera "Hombres intrépidos", otra donde la verborrea y la camaradería están por encima de lo que se nos cuenta. De ahí se saca una idea de cómo se "alistaban" a algunos tripulantes, con una noche de borrachera y un contrato con el que se podría decir agente. Un bar de por medio, y obligados a zarpar. Esa escena cumbre de "Hombres intrépidos" tiene su similar en los primeros compases de "San Demetrio London".
Más allá de ese guiño no sé tanto si a Ford o a cómo de cruel era la vida en ese tiempo, la película no esconde la idea de aplaudir a quienes, sin ser británicos, lucharon codo con codo con estos. La multitud de procedencias, con el escocés de turno o con ese canadiense que llaman Yank, forma parte de una sugerente tripulación con la que estaremos durante poco más de 90 minutos. A diferencia de otros títulos del estilo, tierra firme no se huele ni se intuye desde que se zarpa en los primeros minutos, hasta esa escena a modo epílogo.
Destacable o interesante ese momento de suspense donde los tripulantes no saben ante qué costas han llegado. Curiosa la porra donde cada tripulante sacará un papelito donde vienen diferentes lugares como "Escocia, Irlanda, Inglaterra, Francia o Noruega". Quien destapa esta última señalará que "espera no ganar esta vez". Pese a ese guiño, y a tanta camaradería, no se atisba mucho humor británico en la propuesta, ni (como he dicho) excesiva acción. La supervivencia en el bote salvavidas tras abandonar el barco se podría considerar lo más interesante de una película a la que le acabará faltando chicha, que no alma.
Interesante y pasable relato para quienes quieran conocer un pedacito de historia. Para los amantes del cine propagandístico, del que me declaro defensor, sea made in Hollywood o británico (al que cada vez admiro más). Fuera de eso, quien quiera una película bélica al uso, que se aleje de esta y de la mayoría de producciones british de los 40 y 50. Pues el peso de las mismas, la importancia, estaba en las personas, en esos seres humanos. Sean marinos de buque bélico o mercante, sean civiles en sus casas soportando las bombas o resistiendo al enemigo como en "Went the day well?", el cine britsh de aquellos años defendía la unidad de la nación y a todos sus heroicos paisanos. "San Demetrio London" es una más de esa lista.
PD: Como detalle, la maqueta utilizada para esta película se puede observar en el War Imperial Museum de Londres.
Nota: 5,5
Lo Mejor: La parte en el bote salvavidas, sobreviviendo a la climatología, con la esperanza de ser resctados
Lo Peor: Le falta algo más de acción o emoción en su extenso tramo final.
Nota: 5,5
Lo Mejor: La parte en el bote salvavidas, sobreviviendo a la climatología, con la esperanza de ser resctados
Lo Peor: Le falta algo más de acción o emoción en su extenso tramo final.
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