Los invasores (Michael Powell, 1941)

En 1941 Europa estaba en guerra, Canadá era aliada de Gran Bretaña, pero EEUU se mantenía neutral al conflicto (si bien de ahí zarpaban buques con provisiones constantemente). Por ese motivo, y aunque el Ministerio de Información británico quería una gran superproducción sobre un dragaminas británico, el director Michael Powell, especialista en cine bélico en aquellos años, rechazó la propuesta y convenció de hacer una producción donde el protagonismo recayera en los alemanes, y la acción no transcurriera en Gran Bretaña, sino en Canadá, con ánimo de convencer a Estados Unidos de entrar en el conflicto. Su título original: "49th parallel" hacía referencia a la frontera entre los dos países norteamericanos, y llegaría a USA bajo el título de "The invaders".

La cuestión es que la producción tuvo problemas, ya que una vez iniciada, el Ministerio de Información, que había apostado fuerte por la película, se borró de la producción y esta tuvo que costearse de otras maneras, con un productor, Arthur Rank, haciendo frente a la costosa inversión. Sería la última vez que el Ministerio se embarcase tan a fondo en un proyecto, si bien siguió contribuyendo en la producción de otras cintas patrióticas. Por si esto fuera poco, el mensaje destinado a Estados Unidos para avisarles de lo malos y fascistas que eran los nazis, acabaría siendo en balde, puesto que cuando la película llegó a las salas estadounidenses, ya se había entrado en 1942. Y, por entonces, el gigante norteamericano ya había entrado en la guerra tras el bombardeo a Pearl Harbor.

La película, pese a todo ello, fue un éxito en su país de origen, logrando recuperar lo invertido y recaudar algo más. Algo que en plena guerra y con lo que costó, no era nada fácil. Y en cuanto a su éxito en Estados Unidos, la Academia de Hollywood acabó apoyando la producción nominándola en tres categorías: Mejor Película, Guión y Argumento. El film de Powell lograría este último premio, el de argumento, uno de esos que han desaparecido fusionándose con el guion.

Argumento
La película comienza con un submarino alemán acechando las costas de Canadá, con vistas a un posible ataque. El submarino acabará siendo hundido pero seis tripulantes que habían salido a completar una misión quedan en tierra, iniciando así su huida. Lejos de esconderse, el orgullo patriótico alemán, o mejor dicho, nazi, les llevará a cometer fechorías y a alardear de su raza aria por donde quiera que pasan en una escapada cuyo destino es llegar a la neutral Estados Unidos. Poco a poco, como es típico en este tipo de cine, irán perdiendo efectivos.

Reparto
El reparto tiene nombres reconocidos dentro del cine británico como los de Leslie Howard o Laurence Olivier, ambos con pequeños papeles de 10-15 minutos en pantalla. Eric Portman como un temible oficial nazi será el que mayor protagonismo tenga de todos los actores en un reparto coral en el cuál es el mensaje la clave de la producción. Ese mensaje que en cada escena debe quedar claro, que confronta a democracia y dictadura, a paz y guerra, al mundo aliado contra el Tercer Reich y el Eje.

Nótese la diferencia entre nazis y alemanes. Para ello, Powell emplea claramente a un grupo de alemanes y demás europeos cuyas familias emigraron y forman una curiosa familia en el campo en medio de Canadá. Allí, los fugitivos alemanes verán el momento de alzarse y convencer a sus "compatriotas" del mensaje de Hitler. Sin embargo, nadie se levantará, dejando claro a esos supervivientes que están solos. Que una cosa es ser alemán y otra nazi. Del mismo modo que uno del propio sextete que, llegado el momento y viendo la barbarie que cometen sus compañeros querrá quedarse a vivir en paz en esa comunidad, alejándose del nazismo. Algo que, como es obvio, sus propios compañeros no dejarán ajusticiándolo por deserción.

En definitiva es el mensaje claro de la película, mostrado en no pocas escenas. Cada escena contiene un duelo interpretativo donde alguno de los actores dará una lección de democracia por parte del bando aliado... y el alemán de turno (generalmente en boca de Eric Portman) será el encargado de ofrecer el contrapunto nazi. Orgullosos, defensores del mensaje del Führer y dispuestos a en su huida dejar huella. Alcanzar la meta de Estados Unidos será su triunfo. Ser cazados, su derrota.

El interés de la película, por lo tanto, está en cada uno de esos lugares que se van pisando. Desde que el submarino es destruido, los protagonistas se cobijarán en una cabaña donde acabarán incluso con esquimales disparándoles por la espalda, la mencionada comunidad tras su intento de huida en avión, el tren será otro de los medios o huir por las montañas donde los indios nativos de la zona tendrán su protagonismo. Poco a poco irán perdiendo efectivos en su viaje de diferentes maneras.

Pero, sin duda, la parte de la comunidad granjera, resulta el más interesante junto a la secuencia final en un tren con un patriótico canadiense con ganas de luchar contra el nazismo. Otro ejemplo más del mensaje claro de la película, el de mostrar a un hombre cansado de estar en la retaguardia y deseoso de ver nazis, dispuesto a vencer al nazismo a su manera. Algo aparentemente tan insignificante como que un solo hombre traspase la frontera se convierte, en definitiva, en algo vital e importante: Que el nazismo no pase esa frontera, que no cruce a Estados Unidos. Que Canadá, en su lucha contra el nazismo, salga vencedora.

Powell disparaba acertadamente en su película. Un argumento peculiar, diferente y, por ello, criticado por el Ministerio de Información que nunca entendió por qué se debía destinar dinero a intentar convencer a EEUU mediante un largometraje, metiendo miedo en el cuerpo a los espectadores del país norteamericano, en lugar de destinar esos fondos al enésimo enaltecimiento patriótico de la Marina, aviación o civiles británicos. El resultado es un interesante relato, mucho más cercano al suspense hitchcockniano que al cine bélico. Pero que resulta un título imprescindible para hablar del cine propagandístico de la época.

Ejemplos Propagandísticos

"Cuando pise suelo americano, Adolf Hitler y el pueblo alemán estarán conmigo. No nos oponemos a los canadienses, sino a su repugnante democrático".

Algunos de los momentos donde la película muestra claramente su mensaje son estos: Por un lado, el personaje de Eric Portman dirá "Esto es la biblia" en referencia al "Mein Kampf". En el breve fragmento de Laurence Olivier, este se nos muestra como un hombre que no cree en que la guerra haya estallado de nuevo en Europa ni que los alemanes sean capaces de volverla a empezar. Ni de que por invadir Polonia el resto del mundo entrase en guerra. Su ignorancia, es la de mucha gente en Canadá pero, sobre todo, es la ignorancia de EEUU. Ahí Powell dispara a dar lanzando el mensaje de que "Todo el mundo está en guerra". Obviamente, los USA no lo estaban y se les pedía tomar partido.

Antes, las escenas iniciales contrastaban la vida canadiense con esa vida a bordo de un submarino, donde el orgullo y el patriotismo, la fe ciega en Hitler y el III Reich estaban a la orden del día. A partir de ahí, la película entrará en esa vorágina del ataque gratuito donde deberán dejar marca. El nazismo quería dominar el mundo y, para ello, no se escondían. Ni siquiera en inferioridad y debiendo huir, evitaban actuar de auténticos cazadores. Powell, y su amigo Pressburger (aquí al guion) dejaban claras las pautas. Que no hubiese ni un atisbo de dudas de quién es alemán bueno, quien es aliado y quién es un nazi. Con estos últimos, tocaba luchar conjuntamente.

Nota: 6,5

Lo Mejor: La trama hitchckoniana, diferente al resto del cine british de la época

Lo Peor: Que el mensaje patriótico sea tan importante que los villanos actúan como auténticos villanos aunque la lógica les obligaría a esconderse un poco.

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