"Top Gun: Maverick" era, desde el principio en que fue concebida, una película innecesaria a todas luces. El homenaje a "Top Gun" ya podría haber sido esa parodia tan bien ejecutada como es "Hot Shots!" (que mejora incluso al original) con un Topper Harley Sheen excepcional llevando a Tom Cruise mucho más lejos. Como si hubiesen cogido dicha parodia como reboot o secuela, en esta tardía secuela Cruise, los guionistas y todo el entramado parecen empeñados en reírse de sí mismos, en la caricatura de trazo en ocasiones fina y en ocasiones gruesa, pero dejando claro que él es el hombre. Que Cruise y Maverick son, sin duda, la misma persona, porque no habrá un personaje más Cruise que este piloto con ese ego que extiende cheques que no podrá pagar (¿Existe guiño a esta cita en la escena de la taberna?).
Lo sorprendente es que se toma tan en serio como en broma a sí misma. "Top Gun: Maverick" está hecha a modo homenaje descaradamente a su predecesora. Aquí encontraréis todo tipo de gadgets y elementos que nos retrotraerán a los 80. Por si la endeble trama con el hijo de Goose de por medio para justificar la nostalgia no fuese suficiente, tenemos el kit completo de Maverick. Cuando digo completo es completo, incluso con pequeños detalles que pudieran pasar desapercibidos. Convirtiéndose en secuela y, porqué no, incluso por momentos en amago de reboot con guiños constantes a la obra de Tony Scott, que en paz descanse. De regalo, además, nos ofrece momentos de un tono crepuscular que acercan la obra a algo más maduro y adulto que lo que, por mensaje y contenido, ofrece.Pero toca aplaudir con las orejas la propuesta. Porque ser una secuela 36 años después y hacerlo con el salero y la gracia que nos traen no es fácil. Vaya por delante que "Top Gun" es un clásico ochentero, con su romanticismo a flor de piel, con pechos al descubierto y con la chulería de turno... y que en "Maverick" (abrebiaremos) los ingredientes son los mismos. Todo dentro de la misma cocktelera pero, es en ese autohomenaje, en esa imitación de sí mismo llevada por momentos a un tono más cómico que la original, donde sale claramente vencedora. Aquel era un título entretenido, espectacular y entretenido, pero nada más. Sin embargo, algo hay en esta secuela que maravilla, que capta la atención.
Comenzando, como no, con unas escenas aéreas que demuestran el sensacional cine bélico que se puede hacer si se sigue el camino marcado por el film. Kasinski y compañía elaboran una auténtica obra maestra en cuanto a escenas aéreas se refiere. Espectacularidad a raudales, efectos especiales y sonoros espectaculares pero, lo más sencillo de todo, sin abusar del croma y procurando poner a los protagonistas en vuelos reales y en las condiciones de vuelo necesarias para que todo sea puramente realista. Cruise se toma tan en serio la producción de esta película, como si fuese una cuenta personal con Goose, o con Tony, o con quien fuera que venga de aquel proyecto que reventó taquillas en 1986, que el resultado se saborea sin pestañear.Es ahí donde radica otra de las razones que hacen que "TG:Maverick" sea mejor que la predecesora. La acción y la aviación, entonces excusa para un "Oficial y caballero" de tomo y lomo, en esta ocasión son las protagonistas principales y no son únicas porque en los guiños y homenajes a la original tocaba meter una historia de amor, algo más entrada en edad y carnes y, por lo tanto, se ha de decir que menos pasional. No, no esperéis que el bacon corra por los ombligos como en "Hot Shots!". A cambio, por el precio de la entrada nos regalan escenas espectaculares, planos preciosos y todo lo que se le puede pedir a una película "Top Gun" sin caer en desgracia.
Todo en esta secuela parte de la gama básica. Como si a la hora de ir a comprar muebles cogieras los baratos, los que no te cobran pluses porque ya vienen preparados de fábrica. Y es que casi todo en esta película ya estaba ahí. El gran acierto es que, al resto de ingredientes, se les dota de autonomía de vuelo propia. Una trama bélica que se podría considerar 100% bélica y no una mera excusa como en la anterior y que marcará todos los entrenamientos y planificación acercan a la película a un hilo argumental mucho más fijo que el de su precuela (permítanme llamarla así). Los chascarrillos y la chulería dejando claro quién es el amo están claros.La nostalgia se apodera de nosotros con la presencia de algún que otro personaje, no lo podemos obviar. Recordar viejos rostros que unan las dos películas tan separadas en el tiempo se hace inevitable. Y con esa sencillez, con un guion hecho a base de autoparodiarse, que tiene momentos de summun en un clímax final que es más Top, más Gun y más Tom Cruise que nunca. Sin duda, Cruise tenía razón y la espera ha merecido la pena. La película se ha hecho con mimo para el público, sin pretender nada más que emocionarnos y hacernos pasar un rato agradable. Lo logra, sin que pienses en que te están vendiendo una americanada ni una ñoñada. En el fondo lo hacen, pero con un estilo tan suyo, tan particular, tan personal, que hace que asistamos a un museo. Donde todo, cada plano, nos recuerda y mejora la sensación de volar que ofrecía "Top Gun".
Nota: 7,5
Lo Mejor: La espectacularidad de sus secuencias aéreas, una delicia. Y asistir a un museo "Top Gun" en toda regla, donde el gusto por la autoparodia sobrepasa lo ofrecido por "Hot shots!"
Lo Peor: Que como buena película "Top gun" sus bases, su guion, su romanticismo, son de una sencillez que evitan que sea una obra maestra.
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