Hoy toca trasladarnos a Oriente Próximo de la mano de una de las pocas películas made in USA que reflejan la Guerra del Golfo. En 1999, una década poco belicosera en el cine, se estrenaba "Tres Reyes" con George Clooney, Mark Whalberg e Ice Cube interpretando a sus Majestades. Tras las cámaras un David O Russell con el que Clooney se negaría a volver a trabajar.
La acción nos traslada al final de la guerra. Tras encontrar un mapa donde vienen reflejados los búnkeres donde Saddam Hussein esconde lingotes de Oro que había robado a Kuwait, un grupo de cuatro aventureros soldados, liderados por un Mayor (Clooney) decide hacerse ricos antes de volver a casa, yendo a buscar el oro. Por el camino les llegará la oportunidad de demostrar si realmente es lo más importante en la vida esa 'necesidad' de la que nos habla el personaje interpretado por Clooney.
La película, al igual que "Los violentos de Kelly", film del que bebe en su esencia inicial (como locos a por el oro) tiene un tono cómico a la par que crítico con el Ejército de los EEUU. Tenemos todo el kit, con un Capitán con cierta pinta de palurdo, con soldados rasos con muy poco cerebro (a destacar a Spike Jonze, ese cuarto mosquetero que nos da las frases más estúpidas debido a su ignorancia) y con los Medios de Comunicación liderando y mandando sobre el Ejército. La película de O Russell dispara a dar, destacando deliberadamente a ese mundo de la Televisión que se encargó de narrarnos (como lo harían más de una década después en Irak) el conflicto bélico de corta duración.
La efusividad en las celebraciones iniciales sobre el fin de la guerra o un Mayor cuestionándose qué han ido a hacer allí son parte de ese disparatado, pero no tan alejado de la realidad, momento en el que se encontraban los allí presentes. Eso justificará que la oportunidad de hacerse ricos pudiera salvarles de sus insgnificantes vidas y dará pie a una trama que esconde cierta acidez en la crítica, pese a estar plagadas de barras y estrellas y que su final pueda ser interpretado como un elogio a kos USA y su aportación para el pueblo iraquí.
Pero, nada más lejos de la realidad. En diferentes momentos Clooney, junto a los resistentes iraquíes irán contándonos detalles de la situación política. De este modo veremos como se critica la aportación de los USA, que una vez rendido el ejército iraquí, se dejó al allí presente continuar campando a sus anchas, dejando de lado a la población iraquí que recibiría su escarmiento por parte del Ejército bajo las órdenes del dictador con bigote (no, Stalin no). Incluso el momento en que Clooney y los suyos intentan convencer a un ex militar iraquí de que les preste coches, debe ser asociado a la misma brillante idea: intentar engatusar y engañar al pueblo con palabras vacías. El estruendoso y jocoso 'No' por respuesta, uno de los hilarantes momentos de la película.
Al igual que "Los violentos de Kelly" se separará del tono humorístico en su tour de force final, donde la acción y el drama (viendo de cerca la muerte) se apoderará de la producción antes de su amable y buenrrollero final. Por el camino 105 minutos de una good feel movie con sus chistecitos o con momentos como el del proyectil que hace volar por los aires a una vaca. Todo para hacernos pasar un rato agradable mientras O Russell nos cuenta su historia. Y podría ser mejor película, incluso con sus momentos de acción, si no fuera por ese tramo previo al asalto final donde la historia y la política se apoderan en exceso del relato. Incluso la moralina sobre buenos y malos con los extremos perfectamente reflejados llega a echar un poco para atrás.
Es interesante aquí meternos de lleno en el personaje de Mark Whalberg. Es el más reacio a ayudar a la población cuando a George Clooney se le gira la cabeza con la ejecución indiscriminada de una mujer por parte de los iraquíes. Pese a ello, su posterior charla con un iraquí que, como él, fue padre pero perdió a su hijo, harán cambiarle de opinión convirtiéndose en un loable defensor de las causas perdidas en su epílogo. En el Mayor Clooney no hay cambio alguno, pues moralmente ya se cuestionaba la marcha del ejército de la zona.
En cuanto a la acción, apenas tenemos dos momentos, pero son muy entretenidos. Incluso el estilo visual de O Russell para narrar el primer tiroteo, pese a poder chocar, me llega a gustar. De forma diferente, el director juega en la sala de montaje con las velocidades y el sonido se ralentiza en cada impacto. Esos momentos, junto a la muestra didáctica del efecto que genera una bala en el cuerpo, suponen los sellos de identidad del director. Una especie de marca para justificar un estilo visual diferente al habitual. El horror de la guerra, pasado de puntillas en algunos momentos, es, sin embargo, la razón de otros tramos de la producción.
Así pues, la película juega en diferentes deportes a lo largo de su trayectoria. Comedia, acción, aventuras, crítica militar y, paradójicamente, un tramo final más cercano al enaltecimiento de los USA pese que al Ejército, como aquel General de "Los violentos de Kelly" pasaba por ahí sin saber por donde le daba el aire. O Russell logra plasmar, no a la perfección, aquella época, donde Estados Unidos volvía a ganar una guerra, a modo revancha postVietnam, mientras el mundo observaba desde el sofá de casa una guerra televisiva.
No puedo olvidarme de la trama de la corresponsal de guerra destinada allí en busca de una jugosa noticia, y de ese final donde las dos partes (ejército y medios de comunicación) parecen entenderse o utilizarse mutuamente. Un Win-Win de manual, como la propia película, que sabe tocar las teclas necesarias para ser un entretenimiento efectivo sobre una guerra tan televisiva y tan poco cinematográfica. El notable lo llega a tener, lo llega a tocar como tocan el oro. Pero al final, la vertiente moral vence y pierde parte del botín.
Nota: 6'5
Lo Mejor: Divertida en casi todo momento y didáctica
Lo Peor: Su doble moral hace que pases de abrazar su mensaje a todo lo contrario en poco tiempo.
La acción nos traslada al final de la guerra. Tras encontrar un mapa donde vienen reflejados los búnkeres donde Saddam Hussein esconde lingotes de Oro que había robado a Kuwait, un grupo de cuatro aventureros soldados, liderados por un Mayor (Clooney) decide hacerse ricos antes de volver a casa, yendo a buscar el oro. Por el camino les llegará la oportunidad de demostrar si realmente es lo más importante en la vida esa 'necesidad' de la que nos habla el personaje interpretado por Clooney.
La película, al igual que "Los violentos de Kelly", film del que bebe en su esencia inicial (como locos a por el oro) tiene un tono cómico a la par que crítico con el Ejército de los EEUU. Tenemos todo el kit, con un Capitán con cierta pinta de palurdo, con soldados rasos con muy poco cerebro (a destacar a Spike Jonze, ese cuarto mosquetero que nos da las frases más estúpidas debido a su ignorancia) y con los Medios de Comunicación liderando y mandando sobre el Ejército. La película de O Russell dispara a dar, destacando deliberadamente a ese mundo de la Televisión que se encargó de narrarnos (como lo harían más de una década después en Irak) el conflicto bélico de corta duración.
La efusividad en las celebraciones iniciales sobre el fin de la guerra o un Mayor cuestionándose qué han ido a hacer allí son parte de ese disparatado, pero no tan alejado de la realidad, momento en el que se encontraban los allí presentes. Eso justificará que la oportunidad de hacerse ricos pudiera salvarles de sus insgnificantes vidas y dará pie a una trama que esconde cierta acidez en la crítica, pese a estar plagadas de barras y estrellas y que su final pueda ser interpretado como un elogio a kos USA y su aportación para el pueblo iraquí.
Pero, nada más lejos de la realidad. En diferentes momentos Clooney, junto a los resistentes iraquíes irán contándonos detalles de la situación política. De este modo veremos como se critica la aportación de los USA, que una vez rendido el ejército iraquí, se dejó al allí presente continuar campando a sus anchas, dejando de lado a la población iraquí que recibiría su escarmiento por parte del Ejército bajo las órdenes del dictador con bigote (no, Stalin no). Incluso el momento en que Clooney y los suyos intentan convencer a un ex militar iraquí de que les preste coches, debe ser asociado a la misma brillante idea: intentar engatusar y engañar al pueblo con palabras vacías. El estruendoso y jocoso 'No' por respuesta, uno de los hilarantes momentos de la película.
Al igual que "Los violentos de Kelly" se separará del tono humorístico en su tour de force final, donde la acción y el drama (viendo de cerca la muerte) se apoderará de la producción antes de su amable y buenrrollero final. Por el camino 105 minutos de una good feel movie con sus chistecitos o con momentos como el del proyectil que hace volar por los aires a una vaca. Todo para hacernos pasar un rato agradable mientras O Russell nos cuenta su historia. Y podría ser mejor película, incluso con sus momentos de acción, si no fuera por ese tramo previo al asalto final donde la historia y la política se apoderan en exceso del relato. Incluso la moralina sobre buenos y malos con los extremos perfectamente reflejados llega a echar un poco para atrás.
Es interesante aquí meternos de lleno en el personaje de Mark Whalberg. Es el más reacio a ayudar a la población cuando a George Clooney se le gira la cabeza con la ejecución indiscriminada de una mujer por parte de los iraquíes. Pese a ello, su posterior charla con un iraquí que, como él, fue padre pero perdió a su hijo, harán cambiarle de opinión convirtiéndose en un loable defensor de las causas perdidas en su epílogo. En el Mayor Clooney no hay cambio alguno, pues moralmente ya se cuestionaba la marcha del ejército de la zona.
En cuanto a la acción, apenas tenemos dos momentos, pero son muy entretenidos. Incluso el estilo visual de O Russell para narrar el primer tiroteo, pese a poder chocar, me llega a gustar. De forma diferente, el director juega en la sala de montaje con las velocidades y el sonido se ralentiza en cada impacto. Esos momentos, junto a la muestra didáctica del efecto que genera una bala en el cuerpo, suponen los sellos de identidad del director. Una especie de marca para justificar un estilo visual diferente al habitual. El horror de la guerra, pasado de puntillas en algunos momentos, es, sin embargo, la razón de otros tramos de la producción.
Así pues, la película juega en diferentes deportes a lo largo de su trayectoria. Comedia, acción, aventuras, crítica militar y, paradójicamente, un tramo final más cercano al enaltecimiento de los USA pese que al Ejército, como aquel General de "Los violentos de Kelly" pasaba por ahí sin saber por donde le daba el aire. O Russell logra plasmar, no a la perfección, aquella época, donde Estados Unidos volvía a ganar una guerra, a modo revancha postVietnam, mientras el mundo observaba desde el sofá de casa una guerra televisiva.
No puedo olvidarme de la trama de la corresponsal de guerra destinada allí en busca de una jugosa noticia, y de ese final donde las dos partes (ejército y medios de comunicación) parecen entenderse o utilizarse mutuamente. Un Win-Win de manual, como la propia película, que sabe tocar las teclas necesarias para ser un entretenimiento efectivo sobre una guerra tan televisiva y tan poco cinematográfica. El notable lo llega a tener, lo llega a tocar como tocan el oro. Pero al final, la vertiente moral vence y pierde parte del botín.
Nota: 6'5
Lo Mejor: Divertida en casi todo momento y didáctica
Lo Peor: Su doble moral hace que pases de abrazar su mensaje a todo lo contrario en poco tiempo.
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