Días de gloria (Jacques Tourneur, 1944)

Volvemos a una sección que me encanta, la destinada a los títulos propagandísticos rodados durante la II Guerra Mundial. Es el turno de una americanada a favor del amigo comunista. Sí, sí, como lo oyen. En plena guerra se dedicaron esfuerzos a todo tipo de tramas y, en ocasiones, los soviéticos era los héroes de la película. El título que traigo hoy es la algo olvidada "Días de gloria", dirigida por un auténtico artesano de la época como Jacques Tourneur ("La mujer pirata", "La mujer pantera"o "El halcón y la flecha) y que tuvo como cabeza visible del reparto a un desconocido actor en el cine, pero que había labrado cierta fama en el teatro. Su nombre: Gregory Peck.

El reputado actor hizo su gran debut en la gran pantalla con esta película y en apenas seis años de carrera en el mundillo llegaría a ser nominado a cuatro Óscar, casi nada. Aquí Peck es el galán y héroe principal de la película si bien rn su arranque y algunos tramos pueda ser un film coral. Pero, ¿Cómo acabó aquí el bueno de Peck? El caso es que la productora no quería rostros conocidos para el film. Se trataba de dotar de mayor veracidad a la historia y que esta sirviera, gracias a la voz del narrador, algo así como algo cercado a un documental en el frente del Este. De ahí cayó el nombre de Peck que comenzaba a sonar en el teatro.

Junto a Peck, dentro del extenso reparto de rostros desconocidos toca hablar de Tamara Toumanova, bailarina rusa de gran reputación que haría sus pinitos en el cine gracias a esta película. ¿Cómo acabó en el proyecto? Fácil. En 1944 se casaría con el productor y guionista Casey Robinson, que fue el encargado de la producción y guión de "Días de gloria". En realidad se escribió la obra para lanzar en el cine a su mujer, con un papel hecho a su medida: Toumanova interpretaba a una bailarina rusa que acabaría colaborando con la resistencia soviética junto a Peck y cía.

La película arranca con una presentación, literal, de los protagonistas, mostrando sus rostros junto a nombre artístico y papel que interpretan en la película. Posteriormente volverá a presentarlos en los primeros diez minutos donde conocemos de donde procede cada uno o de que pie cojea. Tenemos a dos hermanos (chico-chica) donde la menor se encarga de ejercer, a falta de madre, de cocinera y ama de casa. Tenemos al borrachillo de turno para animar la fiesta (pese a no tener mucha gracia su papel), tenemos a una gran francotiradora femenina en una época donde llegaban noticias de buenas francotiradoras del país en la vida real, a una bailarina y al gran Camarada Comandante del peculiar grupo, un debutante Peck.

Precisamente su primera escena es una de las mejor rodadas de la película. El punto de mira de un francotirador señala a un alemán en motocicleta. Con un recurso visual muy atractivo vemos ese zoom, ese punto de mira y disparamos a la par que la protagonista. Así con dos motos. Inicialmente no veremos al francotirador, alguien puede pensar que será Peck... Pero nada más lejos de la realidad. Tras su abrigo se esconde un rostro con cabellos rubios, el de la otra actriz de peso en la película.

Tras este inicio para ponernos en contexto bélico asistimos a la presentación de los diferentes roles que conforman esa familia belicosera. Y al de una bailarina que han escondido ahí y que resulta no saber hacer nada más que bailar. Una escena, en la mesa del comedor, realmente inteligente en su puesta a punto. La pregunta del Camarada Comandante: "¿Entonces, qué sabes hacer?" Retumba en toda la sala, declarando culpable e inservible para la causa a la bailarina.

Como es lógico el resto de la película llevará dos derroteros. Por un lado el de demostrar al resto del mundo de lo que es capaz esa bailarina por su patria y su nueva familia. Y, por la otra, servir al espectador de una historia romántica que ocupará más rato en pantalla que el habitual en otras cintas bélicas de la época. Porque aquí Toumanova no es una mujer florero, es una guerrillera más de ese pequeño ejército de resistentes que asisten a la invasión de la Alemania nazi.

La historia de amor, toca recalcar, traerá consigo algún que otro momento de tensión romántica, por el despecho que causa en otra pretendienta del bueno de Peck, la gran francotiradora. Pero la guerra sigue su curso y la proximidad de una misión suicida donde dar el do de pecho por parte del grupo y demostrar su valía y valentía.

Ese será, en definitiva el mensaje claro de la producción, el de mostrar lo vil y salvajes que son los soldados afines a Hitler y el III Reich, y lo buenos camaradas y compañeros que son los soviéticos (quién pensaría que cuatro años después se iniciaría la Guerra Fría). Ese mensaje debe calar hondo en un espectador que ve como la guerra ya se va ganando y como desde otros frentes existe gente contribuyendo a la causa cono esos amigos camaradas. El bautismo de fuego de Toumanova tras uno de esos clásicos momentos de tensión con un alemán prisionero y sus fechorías provocará el arranque definitivo de la película.

Hasta el tramo final tampoco será una película tan bélica. A la escena del francotirador tocará añadir la voladura de un tren como muestras de lo que son capaces los resistentes (no solo la Resistance entiende de voladuras) antes del clímax belicosero final ante la gran avanzada alemana a la que toca hacer frente por el bien de la madre patria y, de paso, de la humanidad. Ahí es donde la maquinaria propagandística made in Hollywood tira de todo su repertorio con el ya tan manido y clásico momento en el cuál los protagonistas principales, supervivientes de una causa por la que merece la pena morir lanzarán sus ráfagas de ametralladora no únicamente al invasor alemán, también al espectador al que con las palabras adecuadas se venda que ahí se acaba la película, pero la guerra sigue con más camaradas luchando y muriendo.

El resultado final es un producto muy de la época. Quizás salpicado por su aluvión romántico en su parte central que justificase tanta presencia femenina, y que no acabó de calar entre el público, quizás por no tener rostros conocidos o por tener por protagonistas a soviéticos y no norteamericanos. El guion hecho más por encargo (esa sensación da) no saca todo el jugo que podía a la trama ni a unos personajes que durante 20 minutos parecen importantes y acaban siendo meros secundarios de una historia de amor y de guerra. Su corta duración ayuda a verla sin pestañear. Entretenida e interesante dada la trama que trata, poco llevada al cine de la época, pero poco más.

Cabe añadir, para concluir, que al igual que otros títulos de la época como "Misión a Moscú" o "La estrella del Norte" sería investigada años después durante la caza de brujas de McCarthy.

Nota: 6

Lo Mejor: Una curiosa cinta sobre el heroísmo y sacrificio soviético en la guerra

Lo Peor: Desaprovecha a sus secundarios en pos de una trama romántica y alejada del mensaje de hermandad que pretende

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