Mare nostrum (Rex Ingram, 1926)

Hoy me zambullo en cine casi centenario, en uno de esos títulos bélicos que nos deparó el cine mudo. Me sumerjo, de hecho, en pleno Mediterráneo al que hace honor el título de la película que trato: "Mare nostrum". Una película sobre el mar, submarinos de guerra y espionaje con la Primera Guerra Mundial de fondo y protagonismo español, puesto que el protagonista de la película, el Capitán Ferragut, nacido en Barcelona, nos mostrará como la guerra llega incluso a los países neutrales.

En 1914 se iniciaba la Gran Guerra, y España no tomaría parte en ella. Eso no implicaba que dentro del país crecieran las dos vertientes: Francófilos y germanófilos, en algunos lugares teniendo disputas alejadas de las trincheras. También el hecho de ser un país neutral deparó que pudiera ser un nido de espías. De eso trata "Mare nostrum", entre otras muchas cosas. Centrando la parte central de la trama en el espionaje bélico que se puede trasladar de un país a otro dependiendo las necesidades.

La película está dirigida por Rex Ingram y basada en una novela de Blasco Ibáñez. Justo cinco años atrás el director estadounidense realizó "Los cuatro jinetes del apocalipsis", basada en otra obra del autor valenciano. El éxito de tal largometraje ambientado también en la Primera Guerra Mundial acabó implicando que Ingram fuera el encargado de dirigir esta otra obra que compartían autor y conflicto. También el aspecto dramático a lo largo de la novela (y de la película) era un punto a favor para la propuesta.

Tras una intro en la que nos habla de qué significa "Mare nostrum" y que entra en aspectos como la mitología, la película de Rex Ingram entra de lleno en harina. Una breve introducción nos presentará al joven Ferragut y como su padre lo quiere alejar del mar al que tanto ha pertenecido la familia. Las historias mitológicas del lobo de mar que es su tío Tritón, harán de Ulises un lobo de mar cuando sea una persona adulta. 

Nótese los nombres, tan ligados a la mitología griega. De hecho, la película no evita en todo momento ese misticismo, con el amor platónico de Ferragut no solo con la mar, si no con la diosa que enamora a todos los náufragos perecidos en el Mediterráneo. Esa diosa marina que quedará representada en vida en la piel de una espía austriaca que lucha por su país y a la que caerá rendido Ferragut, iniciando así el comienzo de todos sus males, justo cuando pretendía alejarse de la mar para centrarse en su hijo y en una mujer a la que no ama.

Barcelona, Nápoles, Grecia y Marsella son los cuatro puntos cardinales costeros que recorren el Mediterráneo de Oeste a Este. Indudablemente hablamos de ciudades de diferentes países, algunos de ellos neutrales (no es el caso de Marsella, ni de Nápoles desde 1915 cuando los italianos entran en guerra). De hecho este hecho histórico aparece reflejado en un desfile militar que anuncia la puesta a punto de un ejército transalpino que estaba a la espera de ver su postura política. Durante su neutralidad, Nápoles será el punto de partida de la historia, con ese tridente austriaco dispuesto a todo, si bien la joven protagonista acabará enamorada de Ferragut.

¿Y qué hay de la guerra? preguntaréis. La guerra está presente desde el mismo momento en que se inicia, con esas víboras dispuestas a, sin escrúpulos captar aliados donde sea. Pero, sobretodo, "Mare nostrum" debe ser una película sobre el mar... por mucho que el mismo nombre sea el del buque capitaneado por Ulises Ferragut. De este modo asistimos a una de las pioneras en el género submarino, y una de esas rarezas sobre submarinos de la Gran Guerra, tan escasas en el panorama cinematográfico y hoy en día muchas de ellas difíciles de encontrar.

La misión que detonará todo, que hará caer las fichas de dominó, será bien sencilla. UIises navegará junto a un aristócrata austriaco en una embarcación hacia un lugar cerca de la costa española. Tras ellos, y eso lo desconoce Ulises, un submarino les ha estado siguiendo hasta ese lugar. Una vez esquivados los peligros gracias a la labor de nuestro protagonista, prendido por la espía austriaca, el submarino podrá campar a sus anchas por el Mediterráneo.

Pero es ahí, pasada mitad de la película, donde esta coge fuerza a un tramo final Tour de Force que tiene todas las mejores escenas de la película. El hundimiento de un barco de pasajeros, por parte del submarino alemán donde, cosas de la vida, viajaba el hijo de Ulises (que había ido a Nápoles infructuosamente a encontrar a su padre y traerlo de vuelta a casa) será el eslabón dramático que conseguirá que la segunda parte de la producción enganche por su trama, y por el poder de sus escenas.

No hace falta muchos efectos especiales. Pero la escena en la que un hombre narra lo sucedido con el hijo de Ulises estremece. Un flash-back (la película contiene varios cortos, muy bien situados y con un montaje ágil que la hace fácil de seguir) nos mostrará a un superviviente y al pequeño a bordo del barco, el niño se queda fuera cuando un plano nos muestra un torpedo bajo el mar, este impacta y el humo hace desaparcer al niño. Fin del flash-back.

El poderio de la escena, que volverá a verse desde otro plano posteriormente, nos llevará a una vorágine final muy bien realizada. Una persecución en las calles de Marsella, al grito de "¡Espía!" para dar caza al aristócrata alemán, donde todos los marselleses se unen a la patriótica causa de capturar al austriaco, o esa ejecución solemne, donde el protagonismo durante cinco minutos se aleja de Ulises Ferragut para mostrarnos a su amada. El fatal desenlace de una historia de amor condenada de antemano, con una heroica espía que pretende morir con honor pero no puede evitar su cara de horror cuando va a ser fusilada.

La escena, con trompetistas, con hasta dos pelotones, uno de ellos de fusilamiento, también es digna de presenciar. Todo el circo montado para apenas acabar con la vida de una prisionera que no ha empuñado un arma en su vida, pero que ha servido a su país, estremece. Forma, indirectamente, parte de la venganza de un Ulises cuyo único destino en la vida será, como el del Capitán Ahab, el de acabar con ese submarino y con quienes han destrozado su vida, aunque ello implique en él esa sensación extraña de estar enamorado y odiar al mismo tiempo a una persona. La constante presencia de su hijo, en sus pensamientos, le hará ir tomando las decisiones.

No me gusta destripar todos los pelos y señales de una película, pero llegados a este punto, es indispensable hablar de todas las escenas finales para poder analizar la película a fondo. Puesto que la escena final, con ese duelo entre el Mare nostrum y el U-boat en el mare nostrum (Mediterráneo) merece la pena. Los medios de la época eran los que eran, pero la aparición de ese escualo submarino, con la música (sí, el cine mudo tenía música) genera una tensión que merece la pena descubrir. El espectador asiste a un desenlace en el cuál todo puede pasar, pero parece inevitable su final.

El factor sorpresa de esa máquina de destrucción hundirá el Mare nostrum con toda su tripulación. Pero mientras celebran la victoria, el capitán Ferragut consigue llegar al cañón que los franceses habían instalado a bordo para destruir el U-Boat, y de dos cañonazos provoca el hundimiento del submarino. Unos instantes antes, el capitán alemán tachaba de una lista el nombre de Mare nostrum, en referencia al hundimiento de este... posteriormente, tras el hundimiento del sumergible alemán, un esqueleto (que nos recordará a "Los cuatro jinetes del apocalipsis") se encargará de tachar de una amplia lista al U-Boat alemán.

El misticismo con el que se inicia la película, llegará a su final, con Ulises Ferragut cayendo a las profundidades y encontrando así la paz en los brazos de su amada, la novia de los náufragos, de quienes acaban en las profundidades de mar, que tiene el rostro en todo momento de su amada Freya (la espía). Inevitable final que deja todo en su sitio y acaba mostrando el sinsentido de la guerra.

Con una historia sencilla en las bases, Rex Ingram dedica algo más de hora y media a narrarnos la novela de Blasco Ibáñez. Lo hace con una primera parte pausada, que va poniendo los ingredientes dentro de una historia dramática para, posteriormente, mover las fichas que tocan en una segunda parte más bélica y de espionaje, con una historia de venganza y de perdición donde todos los protagonistas, del primero hasta el último, acaban perdiendo.

Pese a tratarse de una obra centrada en el bando enemigo y dejando clara su posición francófona, como no podía ser de otro modo, la película parece dejar el mensaje de que en una guerra todo el mundo pierde. Los alemanes son los malos, como muestra el hecho de hundir buques de civiles, acabar con la vida de personas inocentes. Pero eso no oculta que en una guerra todos salgan perdiendo. Ferragut paga caro su flirteo amoroso y su falta de decisión en momentos clave. Cuando actúa al final, despechado y atacado por la ira, se convierte en el fiero lobo de mar que debería haber sido y, por amor, no fue.

Rex Ingram logra con "Mare nostrum" una película a mi gusto más redonda y fácil de digerir que con "Los cuatro jinetes del apocalipsis". Colocando algunos flash-backs necesarios para seguir la historia, con la mitología griega presente en diferentes parajes y con ese mar de fondo en constante movimiento, la guerra avanza y con ella el destino de sus diferentes protagonistas, condenados a esos últimos 20 minutos que suponen, junto a la escena del naufrágio del barco donde viaja el pequeño Esteban (el hijo de Ulises), lo mejor de la película. Entretenida trama que merece la pena ver si sois de los que dais oportunidad al cine mudo.

Remake

Destacar que en 1948 el cine español realizaría, junto a Italia, un remake de esta obra con el mismo título de "Mare nostrum", dirigida por Rafael Gil, y protagonizada por Fernando Rey y María Félix. Al igual que sucedería posteriormente con el remake de "Los cuatro jinetes del apocalipsis", la trama de esta nueva versión pasa de la Gran Guerra a la Segunda Guerra Mundial, si bien los protagonistas y los puntos de inflexión se mantienen. Esta obra la tenéis disponible en el catálogo de FlixOlé.

Nota: 6,75

Lo Mejor: La escena del torpedo, el fusilamiento de Freya y, sobretodo, ese submarino acechando al Mare Nostrum durante la tormenta.

Lo Peor: Para llegar al momento donde todo estalla, la película es algo lenta y sin ingredientes que enganchen.

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *