Una nave extraterrestre aterriza en la tierra. De la misma salen un androide con aspecto humano y un robot. "Klaatu, Barada, Nikto". Os sonará de algunas películas del cine de terror. Klaatu, el androide, pieza importante, viene a informar al planeta de que si siguen armándose nuclearmente, serán borrados del mapa. La película en cuestión se tituló aquí: "Ultimátum a la tierra", y no, no es la película que analizo hoy con la excusa de la Guerra Fría, pero sí una que bebe mucho y debe mucho al título que comento hoy, la algo desconocida: "Ultimátum", rodada en 1950 en Gran Bretaña.
De presupuesto y reparto modesto, esta película partía de una premisa clara: El armamento nuclear debe desaparecer. Un Científico roba una bomba y amenaza con hacerla estallar en pleno Londres en una semana si antes el Primer Ministro no asegura en público que el país dejará de fabricar dicho armamento. Como véis, la excusa final es parecida a la del film de Ciencia Ficción que sería famosísimo y es un hito en su género. Pues bien, "Ultimátum" llegó antes, y la idea tan original le supuso el Óscar a la Mejor Historia, un premio extinto que no se debe confundir con Mejor Guión.
He de reconocer que esperaba más de la película, sobretodo en el aspecto psicológico de la temática. La premisa es sugerente y atractiva para captar la atención del espectador e incluso ese momento donde el científico pasa de ser el hombre más buscado pero que no conocemos a ser el protagonista principal claro de la película le da un toque bastante interesante. Se mete de lleno en el suspense de un hombre perseguido, casi atrapado, y preso de sus actos... pero eso desdibuja la parte del ejército o la del despacho presidencial, que resultan militarmente y políticamente unos puntos de alto interés para una trama así.
Tampoco culparemos a "Ultimátum", pues tiene el mérito de haber sido quien puso las piezas en el tablero. Pionera en ese cine catastrofista del que tanto bebería la Sci-fi de los 50 o las películas de la Guerra Fría made in USA de los 60. En ellas sí que los militares o los políticos tenían mucho más protagonismo que en esta primera muesca en tan particular subgénero. Y pese a ello, resultan interesantes algunos momentos de la trama, como cuando el protagonista escucha al Presidente en la radio... desde un Museo de Historia Natural. Los esqueletos de un dinosaurio ocultan al loco científico, en un claro mensaje de extinción (la de la humanidad, de seguir por ese camino).
Los carteles con su rostro acto seguido, empapelando medio Londres, añaden otro punto de interés a la intriga y al suspense de la producción. No obstante, el desconocido reparto (al menos para los ojos del espectador medio de hoy en día) y la dirección que toma la película con esa particular relación entre psicópata y ¿víctima? que la acercan al cine de terror, no acaba ayudando a encasillar en ningún género en concreto a "Ultimátum".
Tenemos, pues, al Ejército por un lado con una Operación de captura a la que se le da muy poco protagonismo (casi inexistente), y eso que en la escena final, con esos camiones pasando como si fueran (o vinieran) de la guerra, con esa mujer atravesando el puente en un Londres amenazado por una bomba, bien merece la pena. Un claro homenaje a "El puente de Waterloo", con ese puente y ese ejército atravesándolo. Si bien aquí la mujer protagonista no está a la búsqueda de alguien, a diferencia del clásico de los años 30 ambientado en la Primera Guerra Mundial.
"Ultimátum" tiene, por lo tanto, muchos síntomas de la Serie B de turno, pero con un guión lo suficientemente mimado para ser tomada en serio. Es una pena que decida optar por el rumbo de presentarnos a un personaje que no acabamos de comprender su auténtica motivación más allá de la locura, dejando muy de lado a los que hubieran sujetado de manera más eficaz e interesante la producción. El mensaje, finalmente, acaba diluido. Porque pese a que deja claro sobre la mesa el tema de la bomba nuclear y su peligro de una humanidad camino de la extinción, acaba convirtiéndose en una mera excusa para una pasable película.
Una lástima, pues, ver que con mimbres para haber sido eterna, acaba siendo una película fácil de olvidar. No mala, ya que no se puede ocultar todo lo que sirvió de base para otras producciones que mejoraban lo aquí presente. El guionista Roy Boulting y el director John Boulting tenían entre manos una auténtica bomba de relojería, que bien llevada a cabo podría haber sido eterna. Pero optaron por entretener al espectador y servirle de vía de escape. Producciones posteriores sí tuvieron la testiculina necesaria para poner sobre la mesa un tema peliagudo y hacerlo volar todo por los aires.
De presupuesto y reparto modesto, esta película partía de una premisa clara: El armamento nuclear debe desaparecer. Un Científico roba una bomba y amenaza con hacerla estallar en pleno Londres en una semana si antes el Primer Ministro no asegura en público que el país dejará de fabricar dicho armamento. Como véis, la excusa final es parecida a la del film de Ciencia Ficción que sería famosísimo y es un hito en su género. Pues bien, "Ultimátum" llegó antes, y la idea tan original le supuso el Óscar a la Mejor Historia, un premio extinto que no se debe confundir con Mejor Guión.
He de reconocer que esperaba más de la película, sobretodo en el aspecto psicológico de la temática. La premisa es sugerente y atractiva para captar la atención del espectador e incluso ese momento donde el científico pasa de ser el hombre más buscado pero que no conocemos a ser el protagonista principal claro de la película le da un toque bastante interesante. Se mete de lleno en el suspense de un hombre perseguido, casi atrapado, y preso de sus actos... pero eso desdibuja la parte del ejército o la del despacho presidencial, que resultan militarmente y políticamente unos puntos de alto interés para una trama así.
Tampoco culparemos a "Ultimátum", pues tiene el mérito de haber sido quien puso las piezas en el tablero. Pionera en ese cine catastrofista del que tanto bebería la Sci-fi de los 50 o las películas de la Guerra Fría made in USA de los 60. En ellas sí que los militares o los políticos tenían mucho más protagonismo que en esta primera muesca en tan particular subgénero. Y pese a ello, resultan interesantes algunos momentos de la trama, como cuando el protagonista escucha al Presidente en la radio... desde un Museo de Historia Natural. Los esqueletos de un dinosaurio ocultan al loco científico, en un claro mensaje de extinción (la de la humanidad, de seguir por ese camino).
Los carteles con su rostro acto seguido, empapelando medio Londres, añaden otro punto de interés a la intriga y al suspense de la producción. No obstante, el desconocido reparto (al menos para los ojos del espectador medio de hoy en día) y la dirección que toma la película con esa particular relación entre psicópata y ¿víctima? que la acercan al cine de terror, no acaba ayudando a encasillar en ningún género en concreto a "Ultimátum".
Tenemos, pues, al Ejército por un lado con una Operación de captura a la que se le da muy poco protagonismo (casi inexistente), y eso que en la escena final, con esos camiones pasando como si fueran (o vinieran) de la guerra, con esa mujer atravesando el puente en un Londres amenazado por una bomba, bien merece la pena. Un claro homenaje a "El puente de Waterloo", con ese puente y ese ejército atravesándolo. Si bien aquí la mujer protagonista no está a la búsqueda de alguien, a diferencia del clásico de los años 30 ambientado en la Primera Guerra Mundial.
"Ultimátum" tiene, por lo tanto, muchos síntomas de la Serie B de turno, pero con un guión lo suficientemente mimado para ser tomada en serio. Es una pena que decida optar por el rumbo de presentarnos a un personaje que no acabamos de comprender su auténtica motivación más allá de la locura, dejando muy de lado a los que hubieran sujetado de manera más eficaz e interesante la producción. El mensaje, finalmente, acaba diluido. Porque pese a que deja claro sobre la mesa el tema de la bomba nuclear y su peligro de una humanidad camino de la extinción, acaba convirtiéndose en una mera excusa para una pasable película.
Una lástima, pues, ver que con mimbres para haber sido eterna, acaba siendo una película fácil de olvidar. No mala, ya que no se puede ocultar todo lo que sirvió de base para otras producciones que mejoraban lo aquí presente. El guionista Roy Boulting y el director John Boulting tenían entre manos una auténtica bomba de relojería, que bien llevada a cabo podría haber sido eterna. Pero optaron por entretener al espectador y servirle de vía de escape. Producciones posteriores sí tuvieron la testiculina necesaria para poner sobre la mesa un tema peliagudo y hacerlo volar todo por los aires.
Pido perdón, por lo tanto, por haber querido emplear como título de la Guerra Fría una película sin rusos y sin usanos. Una película sobre armamento nuclear en un periodo donde la humanidad podía irse al garete con una mala decisión. En ese sentido, sin ser bélica y sin tantos militares como parecía prometer, "Ultimátum" sí cumple los requisitos mínimos.
Nota: 5
Lo Mejor: La premisa, pionera, y el plano final.
Lo Peor: Desaprovechar tan buena idea, acabando en una película sobre un loco y sus fechorías.
Nota: 5
Lo Mejor: La premisa, pionera, y el plano final.
Lo Peor: Desaprovechar tan buena idea, acabando en una película sobre un loco y sus fechorías.
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