Trenes rigurosamente vigilados (Jiri Menzel, 1966)

Tras años en mi estantería, escondida en l parte trasera al comenzar con la 'T', por fin tocaba visualizar y analizar "Trenes rigurosamente vigilados", película checoslovaca que obtuvo el Óscar a la película de habla no inglesa en su momento. Un título ambientado en el tramo final de la II Guerra Mundial con ligeros (muy sutiles) toques a la Resistencia checoslovaca o al colaboracionismo.

Lo primero que quiero destacar de la película es que la esperaba más ambientada en el conflicto. Es decir, que el protagonista sería una especie de desafortunado héroe o pieza de cambio en el conflicto bélico. Sin embargo, ese joven dispuesto a esquivar el trabajo físico todo lo posible e intentar vivir, como buen miembro de su familia, de las rentas, se dedicará toda la película a calentarse la cabeza (y otras cosas) en un ejercicio sensual-psicológico.

La película, en efecto, es una comedia dramática sobre el descubrimiento del sexo, en todas sus vertientes... Y de la vida en general. El joven que tiene novia pero mira con cierta lujuria o morbo las vivencias del veterano curtido en mil líos amorosos y que tiene una de las escenas top cuando sella el culo de la secretaria. Por encima de ellos, el jefe de turno, con mujer. La voz de la experiencia, pero para el que el trabajo es lo primero y el sexo parece haber pasado a mejor vida: "Cosas de jóvenes".

Todo ese trajín repleto de numerosos momentos donde la sensualidad está patente tanto dentro de plano, con ese culo de mujer montado sobre el culo de una yegua, las enfermeras dando placer a los 'Okupas' alemanes o el sofá siempre presente. Incluso la charla con la mujer madura, con la oca (o era un ganso) parece tener su tono onanista. Todo está orquestado pada insinuar sobre sexo sin llegar a pasarse de la ralla. Todo para que nuestro protagonista principal, el joven Milos, acabe perdido en ese mundo de adultos para el que no parecía o creía estar preparado.

¿Y de la guerra qué? Pues la guerra es un ajente externo que cada cierto tiempo pasa por el lugar para recordarnos de que va el asunto. Únicamente la fabulosa introducción a la película y esa bomba de final parecen hablar de una guerra que por momentos parece no pasar por esa estación de mala muerte donde se dedican ver pasar trenes de largo. Hombres abandonados en cierta manera a su suerte. Condenados cuál marineros a dedicarse a beber y a las mujeres para matar el tiempo.

La guerra llegará, sobretodo, por parte de ambos frentes, el de la resistencia dispuesta a atacar esos trenes de provisiones, y el del colaboracionismo, perfectamente representado en el superior que pasa cada cierto tiempo por la Estación. A tener en cuenta esa escena en la que con mucha delicadeza habla de que los alemanes se están "retirando estratégicamente" en todos los frentes. Sin duda la escena cómica relacionada con la guerra más top de la propuesta europea.

Curiosamente (o no) será cuando nuestro protagonista llegue a su edad adulta, a esa madurez que conlleva haber superado sus miedos, lo que le hará más valiente (o tonto). Entonces será inevitable ver en su innecesaria valentía final un gesto de 'creerse mayor' donde quitados sus miedos sexuales parece acabar perdiendo todo miedo a la muerte y a encarar, en definitiva, el toro por los cuernos. Y así ser el héroe que su abuelo, el hipnotista, intentó en balde ser.

Porque si hay una escena por encima de todo, que merezca la pena, esa es la inicial, donde con unas pinceladas nos presentan al protagonista. Nos habla de sus antepasados, todos ellos vividores que cobrarían del estado sin dar palo al agua. Entre ellos su bisabuelo que se reía de los que trabajaban o su padre. Pero a destacar su abuelo, que intentó parar mediante la hipnosis la avanzada de los tanques alemanes. "Fue el único que intentó frenarles". Una demoledora frase que habla de como Checoslovaquia fue invadida/anexionada como si nada, ante la pasividad total por el miedo al gigante centroeuropeo.

Con fotografías, cambios de plano que nos muestran una habitación, al joven y los cuadros de sus difuntos antepasados varoniles, el joven Milos saldrá a la calle a conocer mundo, a descubrir el fabuloso trabajo de su padre, en los ferrocarriles. Dispuesto a seguir el legado familiar de vivir trabajando lo justo y no esforzándose por nada. Una vez lo tenemos preparado, fotografías de soldados alemanes y una música con toque a banda militar pondrán el regusto amargo del combate. Prometedor y demoledor inicio que, por desgracia para mis intereses, acaba siendo escaso.

Tras ese gran inicio, la película se va por otros derroteros, los del conocimiento de uno mismo, y el conflicto bélico, como decía, queda en un tercer plano. No puedo juzgar malamente a una película que tiene ese toque tan europeo (y tan del checoslovaco) de la época, pero reconozco no ser un gran fan del mismo y lo que creía ser una comedia sobre la guerra no tiene mucho que ver con ello. Por el camino, eso sí, escenas divertidas, momentos agridulces y la buena ejecución (en líneas generales) de su director. Pero no, no os esperéis belicoserismo más que con cuentagotas y la película puede llegar a hacer bola en su conjunto (que no en sus escenas sueltas).

Nota: 6,25

Lo Mejor: Ese inicio con la presentación del personaje y sus antepasados. Sensacional.
Lo Peor: Más allá de pasar la guerra de puntillas, el hecho de que en su montaje conjunto se pueda hacer algo lenta.

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *