También, dicho sea de paso, estamos ante posiblemente la mejor película made in USA ambientada en la Guerra de Corea. "Men in war", su título original atrapa porque desde el mismo título hasta la canción final muy cercana al Western nos habla de como pueden ser los hombres en el combate. Sin mucha moralina que valga, sin mujeres de por medio, solo un pelotón perdido en territorio enemigo y esos caras amarillas (coreanos) intentando acribillarles. Bien podría ser Vietnam de haberse rodado más tarde, o la II Guerra Mundial de haberse rodado antes. Pero "Men in war" se estrenó poco después de acabar el conflicto.
Ambientada en 1950, primer año de la guerra, sigue las peripecias (o el mal viaje) de un grupo perdido en el frente, condenado a replegarse y para ello alcanzar una colina (que posteriormente deberán asaltar). Con un brillante Robert Ryan, un especialista en el género, en el rol de Teniente encargado de sus hombres, y con Aldo Ray en su mejor papel en el género, el de Montana, un hombre dispuesto a jugarse el pellejo únicamente por el Coronel. Ese hombre que ha perdido la cabeza, víctima de los horrores de la guerra, y que parece ser el único que (a su manera silenciosa) comprende al despiadado, salvaje y poco cumplidor Montana. Uno de esos personajes que hay que querer.De este modo, el duelo interpretativo entre Robert Ryan y Aldo Ray es lo que ocupará la pantalla a lo largo de la hora y media que se ven las caras. Condenados a viajar juntos en medio de un territorio hostil, y condenados a intentar entenderse aunque no lo hagan en ningún momento de la película hasta ese tramo final donde, como dos buenos cowboys acabarán limando asperezas por el bien común. A fin de cuentas, ambos perseguían el mismo objetivo, aunque cada uno a su manera. Los dos (y el resto) quieren volver a casa. Pero el largo viaje es diferente según qué camino se tome.
"La colina de los diablos de acero" tiene diferentes escenas bélicas a tener en cuenta. Pero a destacar, sobretodo, la primera víctima del pelotón en su largo viaje. El sargento negro del pelotón, un personaje que nos han presentado junto a Ryan poco antes y que creemos que puede tener peso en la producción se entretiene a jugar con florecitas al más puro estilo "Sin novedad en el frente", donde el protagonista caía por intentar alcanzar una mariposa. Aquí lo que se intenta coger son flores, para adornar el casco en un claro gesto pacifista. El plano de sus pie sin botas, tembloroso nos hace intuir tras el largo suspense, que los coreanos le han alcanzado. Igualmente impactante es el momento en que Robert Ryan, arrastrándose, se topará con ese caso abandonado como única cosa en plano que queda con vida de ese sargento.Tenemos escenas bélicas de todos los colores, con el salvaje Montana dando caza a francotiradores y ajusticiándolos allí mismo. Curiosamente, tendrá razón en sus suspicacias acerca de qué escondía en el gorro el coreano cuando se estaba rindiendo. Eso hace que el espectador vaya empatizando con ese necesario Montana. Sin un tipo así, ese grupo no tendría futuro en tan alocada aventura. Y ello condenaría al personaje de Robert Ryan, obsesionado no con salvar a todo su pelotón si no al menos a uno para contarlo. El infierno que vivirán, será determinante.
La locura de la guerra y la tozudez de los altos mandos puede llegar a su punto cúlmen con la escena final. La que justifica su innecesario título en español. Esa colina que no aparece más que en el título y en boca del personaje principal hasta ese tramo final donde se inicia un sanguinario asalto. Uno de esos asaltos que por mucho que se justifiquen en pantalla al espectador le da la sensación de innecesario, de totalmente suicida. Y, en efecto, tras un largo camino donde pocos habían caído en su intento por sobrevivir al enemigo, el colofón final, a modo de fuegos artificiales lleva al extremo ese "Men in war".Es ahí donde la película se vuelve dura. No necesariamente crítica con el conflicto. Simplemente dura, por mostrar a unos personajes con los que hemos crecido a lo largo de metraje ir cayendo por apenas intentar atravesar una colina que no podrán rodear. Las muertes, uno a uno, de esos pobres diablos de acero, y ese momento en que Ryan y Ray deben acabar entendiéndose en una especie de fin de fiesta suicida, son los puntos fuertes de una escena final muy digna para el género. Una colina muy a tener en cuenta dentro del cine bélico ambientada en un conflicto muy olvidado como es la guerra de Corea.
Uno de los ingredientes potentes de la propuesta es el de los rangos militares. Un Coronel que no puede dar órdenes, víctima del conflicto bélico, un Teniente condenado a hacer de pastor con su rebaño. Y un Sargento que, por galones, debería obedecer a dicho Teniente, pero que se niega con tozudez una y tora vez. Él solo acatará órdenes de su Coronel si decidiera hablar y, mientras tanto, se debe a él y procura en todo momento que ambos salgan vivos de allí. Es sólo cuando ya está fuera de la ecuación dicho Coronel, cuando el alocado Montana acaba perdiendo los estribos y actuando sin el egoísmo que había prevalecido hasta ese momento.En definitiva, "La colina de los diablos de acero" es una película sobre la psicología humana. Sobre cómo actúan los soldados en el combate o, mejor dicho, los hombres. El hecho de que el rango militar más capacitado sea el más incapaz de todos no es si no un claro aviso de que, en definitiva, son seres humanos actuando como tales, con sus miedos, filias y fobias. De ahí que en más de un momento no actúen con la rigidez que un militar debería.
Es así como la película acaba siendo en cierto modo crítica con el militarismo y la guerra. Y por ello el Ejército de los EEUU no colaboró en la producción de la película. A fin de cuentas, pese a hacerlo con marcado disimulo, no hay gloria alguna en una película que parece beber de "Objetivo Birmania", con ese pelotón huyendo de un enemigo prácticamente invisible, pero que se mescarma claramente del carácter aventurero y glorificador de la victoria aliada en la II Guerra Mundial. Aquí, Mann deja la gloria aparte y nos muestra la dureza del combate, donde el ser humano actúa por instinto por muy entrenado que haya sido para la lucha.Nota: 7'5
Lo Mejor: el duelo interpretativo, con unos geniales Ray y Ryan.
Lo Peor: Una parte final del ataque a la colina (hasta aquí puedo leer).
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